CAPÍTULO 3

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Karol
Después de ese pequeño inconveniente nos tuvimos que salir de la habitación para que el chico super sexy se terminara de vestir.

—¿Crees que esté muy enojado? —le preguntó Mike a Agus.

—Nah, ya lo hemos visto desnudo. —respondió muy tranquilo.

Mike frunció el ceño. —yo jamás lo he visto desnudo.

Michael y yo abrimos los ojos como platos mirando a Agustín.

—¿QUÉ? No me miren así, nos bañamos juntos una vez cuando teníamos cinco años. —se cruzó de brazos y se sonrojo.

—Hermano, ¿quién se agachó por el jabón? —empezó a carcajearse Mike.

—Idiota. —lo golpeó en el hombro.

No entendí a lo que dijo Michael pero me reí para que no se dieran cuenta.

...
Luego de unos minutos el señorito nos abrió la puerta, lo miré detenidamente por unos segundos, analizando que tipo de persona podría ser y sin duda alguna se ve como un fresa.

—¿Qué me ves? —me cacho.

—N-na-nada...—tartamudee.

Me miró feo por unos segundos, un silencio incómodo estaba presente hasta que Mike decidió cortarlo.

—Hermano, Agus nos contó que a los cinco años... —el argentino le puso la mano sobre la boca.

—Les conté que somos bros desde hace años, ¿no es así MIKE? —lo fulmino con la mirada.

Le destapó la boca. —si, y también... —volvió a cubrirle la boca.

—También le conté que tengo mucha tarea que hacer, mañana tenemos entrenamiento temprano y tengo que acabarla ahorita, así que Mike y yo nos retiramos. —se llevó arrastrando al pobre Mike hasta la puerta.

—Ustedes coman toda la pizza que quieran, Chaito. —dijo antes de dar un puertazo.

Solo quedamos el Italiano y yo, supongo que me debo presentar por educación.

—Soy Lionel. —estiré mi mano y sonreí.

Rodó los ojos. —no me importa quien seas.—dirigió su vista a él celular dejándome con la mano estirada.

—¡Oye! —aclaré la garganta por que la voz me salió un poco afeminada.—si vamos a compartir habitación por lo menos hay que llevarnos bien.

Dejó su celular y se paró frente a mi, mirándome enojado con sus ojos grandes y marrones.

—No me interesa llevarme bien contigo, mi vida estaba tan bien antes de que ¡tú! Llegaras. —analizó mis ojos con mucha atención y su expresión de enojo se borró.

¿Cómo una persona tan frívola como el puede tener unos ojos tan lindos?

Dejó de mirar mis ojos para salir de la habitación, no sin antes azotar la puerta.

Y yo creí que las mujeres eramos las dramáticas.

...
Acomodé mi ropa, más bien la ropa del tonto de mi hermano en mi armario. Después de instalarme bien en la habitación le llamé a papá, con el se encontraba Lionel y pequeñín, no pude evitar ponerme sentimental al tenerlos tan cerca pero tan lejos a la vez.

—Bueno hija, tenemos que dejarte. Mañana comienzas tus clases y seguramente tienes que levantarte temprano.—habló mi papá.

—Ni me lo recuerdes papá, estoy muy nerviosa y ansiosa ¡mañana tendremos entrenamiento de patín! —siento que en este preciso momento mis pupilas están dilatadas.

Dicen que las pupilas se dilatan cuando vez o platicas sobre algo que te gusta, pues algo así me pasa  con el patín, es un amor inexplicable.

—Que bueno mi amor, le echas todas las ganas del mundo. —sonrió a través de la cámara.

—No te vayas a caer enana. —esta vez fue Lionel.

—Yo le echaré muchas ganas papá. —sonreí.—y claro que no me voy a caer, no estoy mensa como tu. —le saqué la lengua a lo que el me sacó el dedo de en medio.

—¡Ya niños! No se peleen.—nos regaño mi papá.

—Pues tu hijo empezó. —me crucé de brazos.

—No es cierto, tu empezaste.—me fulmino con la mirada.

Fue cuestión de segundos para que nos empezaremos a reír, es increíble como la distancia no hace que cambien las cosas entre nosotros.

—Cuídense los amo. —les mandé un beso.

—Nosotros a ti. —peque y papá se despidieron con un beso, a excepción de Lionel que me hizo una cara fea.

Me recoste en mi cama, y miré a mi costado la cama de mi compañero, al parecer seguía afuera desde el incidente donde lo vi semidesnudo. No pude evitar morderme el labio al recordar el cuerpazo que se carga ese chico.

¿Dónde estará ahora? Es demasiado tarde, sé que será difícil pero intentaré hacerme su amiga o más bien su "amigo", por que no quiero vivir con alguien que me odie y probablemente me haga la vida imposible.

Después de pensar tanto en el, caí en un sueño profundo.

Sueño de Karol
Me encontraba en una gran pista, patinando como si no hubiera un mañana. Me caí, pero volví a levantarme, así que intenté volver a hacer ese paso que no me salió, de nuevo me caí, con mucho dolor me paré a hacer el paso.

Perdí la cuenta de cuantas veces lo intenté y lo fallé en todos los intentos, hasta que escuché la voz de un hombre...

—¡Juliana! —fue ahí cuando supe que la del sueño no era yo. —¡tienes que levantarte! ¡Tienes que ser la mejor!

—Ya no aguanto... El dolor. —hablé con la voz de esa mujer, la reconocería en cualquier lugar, es Juliana la mujer que más admiro.

—¿Recuerdas que me prometiste que te graduarás como toda una gran patinadora profesional y que en ese momento podremos estar juntos mi amor?

La vi sonreír. —lo recuerdo Gary.

Nuevo capítulo, espero que les guste. Todos los sueños que tenga Karol a partir de ahora serán clave de un rompecabezas.

Internado para VaronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora