CAPÍTULO 10

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—Buenos días... —habla Carolina muy adormilada.

—Buenos días.—contesto con una sonrisa sin despegar mi vista del teléfono ¡un momento! ¡¿DÍAS?! Chequé la hora en mi celular, son las ¡OCHO DE LA MAÑANA!

—Traes una cara de mapache querida, ¿no dormiste? —negué apenada. —casi siempre tu eres la que suele dormirse antes y aprovecho para pintarte la cara ¿qué te está pasando Sevilla?

—No lo sé, es que estuve hablando con Ruggero...

—Con que por ahí va la cosa... —me interrumpió.

—Si, estábamos hablando, le dije que el que se durmiera primero perdía y se pasó volando el tiempo. —recordar la plática de anoche me hizo sonreír.

—Yo conozco esa cara.

—¿Cuál cara? —fruncí el ceño.

—Esa que traes ¿no te das cuenta? —muestra sus dientes con una sonrisa.

—Ve al grano Kopelioff.

—Estás E-NA-MO-RA-DA. —apachurró mis mejillas.

¿Enamorada? ¿Cómo sabes que estás enamorada? Jamás en mi vida me he enamorado, bueno si he tenido un par de novios pero nunca he sentido lo que dicen que es "amor", ¿cómo saber si es amor? ¡Qué alguien me explique!

De pronto la canción de Tito Bambino " Él amor" Me sacó de mis pensamientos, si, Carolina la había puesto justo para este momento y está muy inspirada cantandola.

El amor es una magia, una simple fantasía, es como un sueño... Y al fin lo encontré. —dibujaba corazones con sus dedos.

Y ahí venía la parte rápida. —iba creciendo y creciendo como nubes en el cielo, dando vueltas por el mundo es increíble, así es el amor ¡y al fin lo encontraste! —le cambió a la última frase de la canción y me la dedicó.

—Suficiente.—le quité su celular y apagué la música.

—¡OYE! —me aventó una almohada.

—¡Oh! No me digas que hiciste eso. —la miré fulminante.

—Oh... Si lo hice. —me devolvió la misma mirada y así comenzamos una guerra de almohadas.

...
Al finalizar nuestra guerra de almohadas hicimos un gran escándalo que terminamos despertando a todos en la casa, la verdad que los ojos ya me estaban empezando a pesar, pues como no, si no dormí en toda la noche.

Ayudamos a mi papá en el desayuno, lo terminamos y conversamos todos en familia. Entonces Carolina se tuvo que ir pero me prometió que volvería a eso de las 6 para arreglarme para la "cita", por poco olvidaba ese mínimo detalle.

Ella ya tenía todo planeado, hasta le pidió el permiso a mi papá y todo, parece más contenta ella con la cita que yo.

—Cariño, ve a dormir, se nota que te hace falta. —dijo mi papá al verme limpiar la mesa con todo el sueño del mundo.

—Gracias papá. —sonreí y me fuí a mi cuarto a echarme un buen sueñito.

...
Estaba en el inmenso campo del Roller, pude notar al entrenador pero años más joven, hasta se parecía a Max. En eso veo un grupo de chicas corriendo entre ellas pude reconocer a Juliana, sonó su molestoso silbato y pararon.

—Muy buen entrenamiento chicas pueden retirarse... —todas empezaron a tomar sus cosas. —tú no. —tomó del brazo a Juliana.

—¿Qué querés? —preguntó ella algo estresada, era muy notorio que no le gustaba estar cerca de él.

Internado para VaronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora