CAPÍTULO 23

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Tocar su mano era como estar soñando, siempre quise tener un momento así.

— Karol...—paró por un momento de caminar para mirarme a los ojos, la lluvia continuaba pero eso no nos importaba, igual ya estábamos empapados.—perdón, estuviste demasiado tiempo esperando y mereces una explicación pero no puedo dartela, así que espero que puedas comprender... De verdad lo lamento mucho, sé que soy de lo peor y...—no lo dejé terminar por que le robé un beso, mi corazón revoloteaba sin parar.

— Si vuelves a decir que eres de lo peor no me queda otro remedio más que...—ahora el tomó la iniciativa tomándome de la cintura y juntando nuestros labios en otro glorioso beso.

— ¿Qué decías?—susurró agitado sobre mis labios después de haberse quedado sin aire por el beso.

— ¿ Y si mejor dejamos de hablar?

— Me parece una fantástica idea.
—lo tomé del cuello y mis labios volvieron a tener contacto con los suyos, no cambiaría este momento por nada del mundo.

(...)

Después de estar un rato "jugando" con nuestras bocas decidimos ir a nuestro dormitorio, obviamente el a su dormitorio y yo al mío, como la lluvia y la impuntualidad arruinó nuestra cita quedamos en que tendriamos nuestra cita el próximo fin de semana.

No puedo explicar por que siento tanta felicidad en mi corazón, no sé si debería preocuparme por que estoy sintiendo cosas que jamás había sentido por nadie en mi vida.

¿Eso es bueno o malo?

Como sea, sé que tal vez salga lastimada, por que el amor es dolor, pero quiero animarme a dar todo de mi por que yo lo quiero a él en mi vida.

— ¿Agus? ¿Qué haces aquí?—me sorprendí al llegar a mi dormitorio y verlo sentado en mi cama.

— Es lo mismo que me pregunto yo, ninguno de tus amigos me deja dormir agusto es tan insoportable...—escupió sinceramente Valentina, mi querida compañera.—iré a la cafetería, seguro ahí me dejan dormir de una vez por todas.—salió azotando la puerta.

Que humor el de esta chica de verdad.

Agustín seguía sin decir ni una palabra así que me senté a su lado.

— ¿Se puede saber qué es lo que te pasa?—pregunté intentando que me mirara, volteó sus ojos que se veían algo tristes y me miró fijamente.

— Me gusta demasiado una chica.—volteó su mirada a la pared, yo no tardé ni dos segundos en sonreír.

¿A mi querido Agus le gusta una chica? ¡Qué emoción! Me encanta hacerla de cupido.

— ¿Y luego Agus? ¿Por qué no te animas a decirle?

— Ella está enamorada de alguien más...

¡MALDITA!

— Esa chica si que es una verdadera tonta, es decir, eres un chico increíble, eres atento, caballeroso, humilde, guapo, generoso y sobre todo sabes escuchar, tienes todo lo que una chica quiere.

— No es una tonta...—sonrió.
—es todo lo contrario, es la chica más inteligente que conozco, algunas veces tiene unas ideas tan locas—empezó a reír recordando momentos.—me divierto mucho con ella, pero sobre todo cuando la veo sufrir siento como si se me partiera el alma y tal vez soy egoísta pero no quiero que ella esté con algún idiota que pueda romperle su corazoncito.—su rostro se tornó serio.

Jamás había escuchado a Agustín Bernasconi hablar tan profundo de una persona

— Agus...—me miró.—¿puedo saber quien es esa chica? Claro, si no te molesta.

Suspiró profundo.—esa chica... Eres tú.

...

Internado para VaronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora