Internado para Varones

CAPÍTULO 6

Otro día más comenzaba, hoy desperté antes de que sonara la alarma, vaya milagro. Miré a mi costado y pude ver un Ruggero plácidamente dormido.

Mi primer clase hoy era Historia, pero no cualquier tipo de historia, "historia del patinaje". Aunque yo ame demasiado el patinaje soy pésima para memorizar fechas y nombres, así que espero que me vaya bien, como dicen por ahí: Que sea lo que Dios quiera.

Terminé de alistarme, salí de la habitación cuidadosamente para no despertar a Rugge. Al terminar de cerrar la puerta sentí que alguien tocó mi cintura.

—¡Estúpido mi corazón idiota! —exclamé lo más gay que se podría ver un chico. Me aclaré la garganta y hablé más grave. —lo siento, hoy amanecí con gripa.

Agustín no dejaba de reírse por mi reacción, de tanto pero tanto reír se le salió un gas.

—¿Qué veo aquí? ¿Un rival? —apareció Mike y se echó un gas que sonó aún más fuerte que el de Agus.

Así comenzó una asquerosa batalla entre ellos.
«Los dejaré aquí y me iré lentamente»

Empecé a retroceder y mi diminuto cuerpo chocó con alguien.

—Lo siento. —me disculpé.

—No hay problema. —contestó un chico pelinegro de ojos azules y lentes negros, ahora que lo veo bien lo conozco, claro que lo conozco ¡es uno de los chicos que estaba conmigo hasta el final!

—¡Tú!

—¿Yo? —preguntó sonriente.

—Si, tú... —me percaté que estaba con un amigo, ¡que también reconocí! —y tú también. —apunté al pelinegro con rulos.

—¿Nosotros? —preguntó el rulos.

—Ayer que estábamos en la práctica los ví, estaban hasta el final conmigo junto con otro chico.

—¡Oh!  Si recuerdo haberte visto. —habló el oji-azul. —me presento, soy Gastón.

—Y yo soy Jorge. —le siguió.

—Yo soy Lionel, mucho gusto. Pero bueno, el punto es que ustedes también vieron quien tumbó a Ruggero ¿no es así?

Los dos se rascaron la nuca nerviosos.

—No sabemos de qué hablas, nos tenemos que ir, un placer conocerte. —dijo Gastón antes de retirarse con Jorge.

Esto será más difícil de lo que pensé.

...
El día pasó rapidísimo, tomé los apuntes de Ruggero en todas las clases ya que Agus y Mike no toman ni sus apuntes. Me dirigí a la cafetería a comprar algo de comida para los cuatro, ya que ellos dos llevaron a Rugge a su chequeo con la enfermera, hoy le dirán cuando puede regresar a las clases, pero tardará un poco más en poder regresar a entrenar.

—¡Comida! —exclamó Agustín al verme entrar.

—¿Cómo les fué? —pregunté.

—La enfermera dice que el próximo Lunes puedo volver a las clases y hasta que esta maldita herida se cierre podré volver a entrenar.—me contestó un italiano algo furioso y triste.

—Te traje los apuntes de hoy. —le di el cuadernillo con los apuntes, a lo que me sonrió.

—Gracias por todo esto que estás haciendo por mi. —hicimos contacto visual por unos segundos.

Michael carraspeo la garganta. —Si, gracias a ustedes también que me llevan a mis citas con la enfermera guapa. —les dijo a los chicos.

—Mucho mejor.—habló Mike y todos soltamos una risa.

Es increíble que en tan poco tiempo me hagan sentir parte de ellos, como si fuéramos una familia.

...
Michael y Agustín se habían ido, Ruggero estaba profundamente dormido así que aproveché para hacer videollamada con Carolina.

—¡Hola! —se entusiasmo al verme, a lo que le contesté un "Sh... ", miré a mi lado y al parecer no despertó.

—Lo siento, es que mi compañero está dormido.— susurré.

—Oh, ya veo. ¿Y cómo es? ¿Está guapo? —alzó ambas cejas.

—Recuerda yo aquí solo vine a estudiar, no a fijarme en muchachos. —me fulminó con la mirada. —bueno, sí. Está guapísimo. —me mordí el labio.

—¿Y?

—¿Y qué?

—¿Ya te lo echaste? —hizo una cara pervertida.

—Obvio no Kopelioff, recuerda que creen que soy hombre.

—Podrías hacerles creer que eres gay y conquistarlos.

—Estás demente. —reí.

—Pues yo digo que te lo eches. Pero a ver, cuéntame más.

—Hay demasiados chicos guapos aquí, te encantaría estar aquí. Muchos, muchos chicos guapísimos.

—¿Qué acabas de decir? —escuché la irreconocible voz con ese acento italiano-argentino.

HELP ME
S. O. S

...

Un nuevo capítulo, disfruten.