—He-Hermana, puedo explicarlo.— Isaac tartamudeó como una grabadora averiada y se apartó ligeramente de Xie, colocándolo un poco frente a él... no sabía si quería esconderse de su hermana, o protegerse a sí mismo. Sus labios aún sabían a él.
La puerta se seguía abriendo aún, soltando un pequeño chirrido como todo en aquella casa antigua.
Isaac observó la fina figura de la chica que se asomaba por el umbral, era alta, de tes blanca y cabellos largos, lacios y castaños. Reparó en que llevaba un vestido amarillo de una tela delgada y un largo abrigo blanco de lana, su altura la hacía tener una presencia aún más fuerte, parecía medir al rededor de un metro ochenta aunque usaba unos tenis blancos y planos. Su rostro era alargado y anguloso, sus labios delgados formaban una sonrisa apretada y nerviosa, sus ojos avellana brillaban, pero Isaac no pudo distinguir si de alivio o furia.
—¿¡Explicar qué!? ¿qué te estás besando con ese mientras nosotros pensamos que estabas muerto?— la castaña muchacha perdió la paciencia en muy poco tiempo y como de costumbre, Isaac sintió el estómago revuelto. Tenía razón. La chica se adelantó por el recibidor, haciendo un ademán con las manos tan rápido que apenas podían verse, moviéndolas con brusquedad hacia Xie quien solo permaneció al margen a pesar de que ella le había dicho "ese", Xie se distrajo, siguiendo el movimiento de la muchacha como un gato miraba una mosca.
Isaac debía ser honesto consigo mismo, no la recordaba del todo, solo tenía vagos momentos de lucidez donde imágenes de su vida pasaban por su cabeza rápidamente, como un flash. Había algunos recuerdos completos sobre Eleonora, uno de ellos era de cuando Isaac tenía cinco o seis años de edad, el pequeño niño se había caído de su bicicleta y Eleonora después de consolarlo, había curado sus inofensivas heridas. Otro de los recuerdos pertenecía a la escuela, una chica de anteojos y cabellos rojos lo abofeteó por haber hecho algo que no recordaba, pero Eleonora se había hecho cargo de que nunca le pusiera un dedo más encima.
Esas partes estaban totalmente intactas, pero si trataba de irse más atrás, todo permanecía borroso, imágenes escasas de sentido y validez alguna. De verdad quería recordarla, pero muy pocos recuerdos acudían a él, no tenía ni mínima idea de cómo reaccionar. Isaac suspiró, dándose cuenta de lo obvia que había sido la acusación de la chica.
—De verdad no es lo que piensas, yo no recuerdo...— Isaac se detuvo, miró a su hermana y se percató de que aún se escondía tras Alexie.— han sido unos días de locos.— se excusó, dando un paso al frente, temerario y valiente.
—¡No me importa! ¿Tuviste un día difícil? Perdón, pero no haz sido tú quien ha que tenido que tratar con todo lo que conlleva tener dos padres muertos.— Eleonora gritaba con furia, pero sus ojos representaban una tristeza extrema.— no recuerdas, no, no lo haces. ¿A caso no es por gusto? Siempre te ha gustado el camino fácil.
El hermano menor de Isaac se había quedado quieto, aún tenía los brazos de Eleonora rodeándolo. Isaac se sintió verdaderamente culpable, ¿y si ella tenía razón? Quizá no quería recordar, quizá no quería verse atormentado con todo lo que había pasado. El chico sintió una mano agarrar su costado, se giró para ver los brillantes ojos de Xie resplandecer. Isaac le hizo un ademán con las manos, diciéndole "yo me encargo"
—Deberíamos hablar esto mañana, descansar y ponernos al corriente.— los ojos de Eleonora se entre cerraron, aún furiosa.
—¿Crees que voy a poder descansar?— la muchacha se irguió, apreciándose aún más alta.—¿¡Crees que voy a poder dormir hoy!? Después de todo lo que me he enterado esta noche ¿de que nos están cazando? ¡No puedo solo irme a dormir y estar tranquila sabiendo que mis hermanos están en peligro!
—Aquí estarán a salvo.— Maryce había entrado en la escena, tratando de tranquilizar a los chicos como solo una madre sabía hacerlo.— he hablado con tus abuelos, me he encargado de arreglar todos los acuerdos acerca de su tutela temporal y ellos han entendido que su seguridad es lo más importante. Isaac tiene razón, deben descansar. Todos estamos exhaustos.
—Aún no entiendo esa parte entre la relación entre mis padres y usted.— Eleonora apretó aún más a su hermano.
—Es una vieja amistad, después habrá tiempo para hablar de eso.
—Solo un segundo...— Eleonora soltó al pequeño muchacho para tomar a su otro hermano, Isaac sintió El Fuerte agarre en su hombro para después ser arrastrado hacia una esquina de la habitación.—¿Cómo sabes si podemos confiar en ellos?— Isaac soltó un largo suspiro.
—He visto a mamá...— la muchacha abrió mucho los ojos, más asustada que sorprendida.— en... en un recuerdo. Ella me habló sobre esto, sobre venir a Francia y encontrarme con esta familia.
—Ella siempre nos dijo que algo grande pasaría, y que debíamos estar listos...— la muchacha comenzó a susurrar.— pero esto está fuera de todo lo que imagine, ellos están...— Su voz se estremeció, rompiéndose al final de la palabra.— ellos se han ido y yo tengo que hacerme cargo de nuestra familia, Dylan y tú ahora son todo lo que tengo.— Dylan, el muchacho regresó la mirada y vio a Alexie encorvado cerca de su hermano, sonriéndole y hablando con él. Dylan le sonreía de igual manera.— Él no habla de ello... simplemente lo ignora por completo.
—¿Cómo estás tú?— Isaac sabía que era inútil susurrar o alejarse, ellos aún podían oírlos.
—Eso no importa, solo importa nuestra seguridad... Necesito ser la coherente en estos momentos.
—Ellos pueden ayudarnos, créeme.
—¿Quién es el chico del mechón blanco? Me parece familiar.— Alexie seguía charlando con Dylan, se habían sentado en las escaleras. El chico se miraba muy cansado, despeinado y desalineado. Isaac sintió un escalofrío recorrerle la espalda.— te gusta mucho, ¿cierto?— El chico sintió un rubor extremo apoderarse de su rostro.
—¿¡Qué!?— ¿le gustaba realmente?—Yo no... no lo sé. No soy...— Eleonora inclinó la cabeza, recuperando un poco el color natural de su cara.
—¿Gay?
—Hola, soy Alexie,— intervino Xie haciendo que las mejillas de Isaac enrojecieran aún más. No se había dado cuenta de cuando se había movido, pero ahí estaba, apenas de pie extendiéndole una mano a la muchacha. La cual tomó con cordialidad.— mucho gusto.— Alexie retiró su mano, apretando el puño con tanta fuerza que Isaac imaginó que algo le dolía. A Xie no le gustaba demostrar que estaba sufriendo. Eleonora no lo dejaba de ver, con una mirada que rompería cualquier pared.— Bueno, yo voy a... ah, a a ver donde.— el muchacho dejó escapar un suspiro mientras relajaba su cuerpo, se apartó un poco y Isaac se dio cuenta que cojeaba con el pie izquierdo.
—No...— Isaac tiró de su muñeca, pero era tan pesado que no pudo moverlo ni un poco, era extraño que lo fuera.— tú vas a quedarte.— susurró el muchacho, pidiéndole ayuda.
—Son tus problemas, yo salí del armario hace mucho y esto ya no me incumbe.— sus ojos azules brillaron con cansancio e Isaac no sabía que podía ruborizarse más, Xie había escuchado todo.— Yo ya tengo suficiente con Miranda, ¿no lo haz notado? Cuando éramos niños le prendía fuego a mi cabello...— Xie ladeó un poco su cabeza y señaló un pequeño punto calvo.
—Creo que tu hermana no...— trató de decir, pero Eleonora lo interrumpió abruptamente.
—¡Quiero que me digan que está pasando! No me interesa lo que ustedes dos hagan cuando nadie los ve, quiero que...
—¿¡Quieres calmarte!?— gritó Xie, perdiendo la compostura que había intentado guardar hasta el momento y la muchacha solo lo miró sorprendida.—¿haz pensado que tu hermano estaba muerto? Lo tienes enfrente, ¿y todo lo qué haces es gritar y exigir? Te tengo una noticia, ni siquiera nosotros sabemos lo que está pasando, pero deberías practicar la gratitud. Siento mucho que hayas perdido a tus padres, pero la mierda pasa...— Xie fruncía el ceño, pero Isaac sabía que a pesar de las cosas que decía, se estaba conteniendo. Podía ser mucho más hiriente.— esta es mi casa, eres mi invitada igual que tus hermanos pero no soportaré un grito más.
—¡No puedo pararme aquí y pretender que nada pasa!— Gritó Eleonora, era la primera vez que Isaac veía a alguien hacerle frente de aquel modo a Xie.— ¿sabes quienes somos, todo en lo que estamos envueltos en este momento?
—Son un dolor de cabeza.— respondió Xie, dándose la vuelta para irse pero Isaac volvió a detenerlo.
—Tanto Isaac como nosotros pertenecemos a la casa Windsor, somos parte de la realeza, la prensa se ha enterado del incendio de nuestra casa, estamos por todos los periódicos... aún no saben lo de nuestros padres.— Isaac quería salir corriendo, todo aquello era demasiado para procesar.— sino regresamos a dar la cara se hará toda una polémica y...
—Y estarán muertos.— cuando Xie se dio la vuelta, sus ojos brillaban como antorchas.— Isaac acaba de rescatarme de mi padre maniático, el cual me secuestro y trató de matarme. ¿Te parece si dejamos esto para otro momento?
—¡Isaac!— Dylan había corrido desde las escaleras para abrazar a su hermano, apretándolo fuertemente.— ¡estás vivo!, lo lamento, no quería interrumpirlos pero no aguanté más...— el cabello rubio del chico le hizo cosquillas en la cara, era un poco más bajo que él y mucho más delgado, con unos grandes ojos obscuros y cristalinos.— ¡wow! esta casa es genial, ¿dónde está mi habitación? la señorita Maryce dijo que tendría una solo para mí, quiero que sea azul y que este a lado de la tuya, ¿él es tu novio?— apuntó a Xie y el rubor rosado volvió, más no fue capaz de decir nada pues el chico seguía hablando.— es muy guapo, ¿porqué está herido y sin playera? ah no importa, ¿quién es aquella chica bonita del vestido azul?— Apuntó a Miranda.— ¿porqué sus ojos son de colores distintos? ¿tiene novio?¿querrá uno? por que estoy dispuesto a...
—¡Dylan!— Isaac lo había interrumpido antes de que Miranda le prendiera fuego.—¿estás más alto?
—Cinco centímetros desde la ultima vez que me medí... también uso una talla más grande de todo... los abuelos dijeron que estaba en la etapa del crecimiento y que me desarrollaría por completo dentro de poco.— Dylan se miraba la ropa y extremidades.— me dijeron que debía comer bien y bañarme todos los días porque sino apestaría... también dijeron que tendría vello corporal y yo les contesté que ya tenía, se enojaron mucho cuando les mostré...
—¡Dylan!— Isaac lo detuvo de lo que fuera que quería mostrarles.
—¿Qué? tu novio también tiene vellos en las axilas y también en...— Dylan señaló los pequeños bellos que crecían sobre el pecho de Alexie, para después bajar el dedo y señalar su abdomen.
Isaac se tomó un pequeño momento para apreciar el cuerpo del muchacho, tenía razón con los vellos. La piel del muchacho era completamente lisa, no había rastro de las marcas que vio la noche del acantilado y a pesar de lo que pensaría, el tono tan pálido. Su pecho era ancho al igual que sus brazos, su cintura se formaba justo debajo con una curva que lo hacía parecer un instrumento musical.
Alexie estaba sucio y con algunas heridas, lo que hizo que Isaac pensara en limpiar cada centímetro de su cuerpo... el muchacho sacudió la cabeza, regresando a la realidad y percatándose de que su hermana le hablaba, más bien le gritaba.
—¡Isaac! respóndeme.— Eleonora chasqueó los dedos, no supo porque, pero ese gesto le molesto muchísimo.— ¿él es tu novio?
—No.— dijo rápidamente.
—Si.— Xie respondió al mismo tiempo. ¿Cómo podía decir ser su novio cuando unos días atrás lo quería aventar por un risco? literalmente, pensó Isaac.
—Es complicado.— Corrigió el muchacho, Xie lo miró expectante, con chispas en los ojos.
—Tengo tiempo.—dijo Eleonora cruzándose de brazos.
—Tambien yo.— Xie imitó el gesto.
—Él salvó mi vida.—soltó un suspiro.— se la debo.
—¿Y se lo pagas con besos?
—Déjame terminar,— Isaac le dedico una mirada a Xie, nervioso, tomó un largo inspiró y se decidió tomar a su hermana del brazo, alejándola de él para hablar en privado lo cual era una pérdida de tiempo, sabía que Xie lo estaría escuchando.— él me gusta...— susurró.— pero es confuso, no recuerdo haberme enamorado antes y menos de un chico, pero él tiene algo especial.— estaba muy nervioso, volvía la mirada de reojo y él sonreía complacido.— es un controlador, lo sé, pero tiene muchas otras cosas buenas... Tampoco es que todas las noches antes de dormir piense en él, o que llevo toda la noche pensando en como me besó, y luego imaginé que una cosa llevaba a la otra, o que deseé tirarlo a la cama cada que sonríe de esa manera que solo él sabe y me haga sentir como algo en mi...
—¡Muy explícito!— gritó Xie desde el otro lado de la habitación.—ve con calma, estamos en horario familiar, hay niños viendo esto.— apuntó a Dylan, quien frunció el ceño. Xie le sonrió de esa manera a propósito, una sonrisa que decía "espera a que estemos solos".
—Lo siento,— el chico se acarició un brazo, aún nervioso.— el punto aquí es que el significa algo para mí, algo fuerte, se que sonará cursi y estúpido ya que nos conocemos hace poco pero, pero realmente quiero que esto funcione a pesar de todo lo que nos rodea.
Isaac se sintió en un cuento de hadas, cuando la princesa se enamora de un príncipe a los tres días e imagina toda una vida junto a él, paro, él no era un princesa y Xie no era un príncipe. Pero había algo fuerte que lo ataba a él y no quería soltarse.
—¡O.M.G!— deletreóo Dylan, quien había aparecido entre Eleonora y él.— Hermano, eres un cursi de segunda, pero aún así estuvo muy lindo, un momento...— el chico sacó un teléfono de su bolsillo y tomó una foto de Isaac donde Xie salía a su espalda, sonriéndole.— Esto irá directo a mi pagina, "Mi hermanito encontró su otra mitad, ¡ya tenemos a los reyes señores!".— citó, mientras sus dedos se movían con rapidez.— #PrinceIsaac #trueLove #YOLO.— soltó unas risitas.
—Trae acá.— Eleonora le quitó el teléfono.— estamos perdidos si la gente se entera de esto.
—¿Porqué?— Dylan hizo un puchero.
—¡Por que esto no esta bien visto!— Eleonora apretó el telefono en su mano y lo agitó en el aire.
—¿Porqué?
—¡Por que!— ella soltó un suspiro de exasperación.— ¡Por que no!
—Yo creo que se ven muy bien juntos, no tanto como yo y esa preciosura del fondo.— le guiñó un ojo a Miranda, quien arrugó la cara.— pero igual se ven lindos.
—¿Cómo tomas todo esto así de simple?— Eleonora enarcó una ceja.
—Por que ya lo sabía desde antes.— no le tomó importancia a lo que dijo y le volvió a arrebatar el teléfono a Eleonora, aprovechando la confusión.
—¿Qué?— Isaac y Eleonora preguntaron al unísono, ambos igual de sorprendidos.
—Una vez vi a Haziel besar a Isaac, no sabía que pensar, luego le conté a mamá, ella me dijo que Isaac siempre sería Isaac, que nunca cambiaría ni dejaría de ser mi hermano. Me dijo que ella amaba a Isaac como fuera, que también yo debería hacerlo. Ella dijo que si yo fuera como él o incluso tú,—señaló a Eleonora.— nos amaría igual, por que no importaba cual fuera la orientación de alguien, lo que en realidad importaba era su interior.— Isaac notó la tristeza en sus ojos, incluso él mismo estaba a punto de llorar.— Yo sé que mamá ya no esta aquí para decírtelo Ele, pero estoy yo, sé que soy el menor, pero también sé que Isaac es un buen hermano y eso es lo importante para mí, debería ser lo para ti también.— Eleonora se deshizo, sus brazos y piernas habían perdido la fuerza cayendo de rodillas al piso con la cabeza agachada. Dylan se acercó, arrodillándose junto a ella pero Isaac no supo que hacer.— Todo estará bien...
—Eres muy fuerte...— Eleonora se limpiaba las lágrimas con la manga de su suéter blanco.— una pequeña pulga muy valiente.
—¡Oye! yo no tengo la culpa que seas una gigantóna.— se burló Dylan. Ambos rieron.
La tensión había disminuido considerablemente, Isaac podía respirar con más tranquilidad y lo agradeció bastante. Pasó lo mirada por sus hermanos, aún se abrazaban. ¿Sería capaz ahora de llevar todo esto? Claramente la presión lo estaba aplastando poco a poco. No sabía como reacciones o que acciones tomar, solo tenía tres cosas claras.
1.- La pérdida de memoria no evitaría que continuara intentando avanzar.
2.- Protegería a sus hermanos con todo lo que tuviera y:
3.-No dejaría que nada lo distrajera de resolver todos sus problemas.
Nada, nada, nada... ¿nadie? Los ojos de Isaac bailaron de un lado a otro, se había comenzado a poner más tenso. ¿Ahora Xie y él eran algo? Estaba aquel primer beso que le había dado, en el baño de aquel restaurante, pero, ¿no había sido él quien besó a Xie? Ahora Xie lo había besado, y le dijo que gustaba de él...
Su cabeza dio una punzada de dolor. ¿Le gustaba el hijo del hombre que...? Ni siquiera quería decirlo. Sabía que no era culpa suya lo que su "padre resucitado de la muerte" hiciera, pero...
—Santo Dios... ¿qué estoy pensando?— susurró Isaac, pensando en que nadie lo escucharía. Su cabeza nuevamente era un lío, absolutamente nada de lo que había pasado tenía sentido alguno, ¿después de todo Isaac aún tendría sentido común? Hasta ahora había tomado desiciones que una persona dentro de sus cabales no tomaría. Por un segundo miró a Xie, con sus cabellos despeinados y la postura encorvada. Sus hermanos habían dejado de abrazarse y ahora conversaban, mientras Xie les sonreía débilmente. Debía estar exhausto.— Alexie me ha salvado de ahogarme, de morir envenenado y de ser secuestrado por alguien malvado.— soltó, y ambos hermanos se sorprendieron, sin saber qué decir.
—No es para tanto, tú también me haz...— Alexie pasó saliva, parecía no gustarle reconocerlo.— salvado, tú sabes....
—Hemos ido a nuestra casa.— volvió a decir Isaac.— ahí Maryce me ha ayudado a recordar y nos han atacado de repente... sabemos quien ha sido, pero no hay más información.
—Deben dejármelo a mí.— antes de que alguien respondiera a Isaac, Maryce regresaba a la habitación, llevaba una larga bata de dormir color azul obscuro y su cabello suelto sobre los hombros.— ustedes... todos ustedes son apenas unos niños, de ahora en adelante yo me haré cargo lo cual quiere decir, que están bajo mi protección... soy el adulto a cargo.
—No podemos quedarnos cruzados de brazos.— comenzó Eleonora, dando un paso al frente.— es mi deber como la mayor...
—Tú deber como hermana mayor es apoyar a tus hermanos, no enfrentar un crimen.— aunque las palabras de Maryce fueran duras, decía la verdad.— ahora, su único deber será ir a la escuela y tomar terapia para afrontar lo ocurrido.— Isaac pensó que por fin alguien decía algo "normal" desde que había llegado ahí. Finalmente una opción que no requería magia ni ocultismo.— pueden tomar la terapia en la escuela, conseguir un profesional, o pueden asistir a terapia conmigo...— la mujer entrecruzó los dedos de sus manos, jugueteando con sus delicados anillos.— tengo un título en psicología.
—Es muy amable de su parte, señora Maryce.—Isaac se puso frente a sus hermanos, cerrando los puños y sonriendo delicadamente. Estaba afrontando su papel como el hombre de su familia.— mis hermanos y yo estamos agradecidos, y con gusto aceptaremos su ayuda.— la mujer asintió, asintiendo de igual manera.
—Quería esperar hasta mañana, cuando ya hubieran descansado, pero ahora que están todos aquí...— Maryce pasó una mirada por todos los presentes, el único que había salido de la habitación fue Sebastian, Miranda estaba apartada en una esquina, revisando su celular.— debido a todos los inconvenientes, nos mudáremos a un lugar que pueda ser cómodo para todos, esta casa aunque es nuestro dulce hogar, no es un lugar óptimo para ustedes.
Miranda y Xie saltaron de sus lugares, el teléfono de la muchacha casi cae al piso e Isaac pudo jurar que su cabellera se erizó de la sorpresa.
—Pero mamá...— Miranda casi corrió por la habitación.— no podemos irnos así, ¿A dónde iremos?
—Yo la verdad no tengo amigos...— Alexie se cruzó de brazos, su sorpresa fue fugas, ahora parecía indiferente.— Tampoco voy a la escuela, no tengo trabajo y realmente vivir en medio del bosque es un poco... ¿cosa de la Edad Media?
—Yo puedo ser tu amigo...— Dylan se acercó a Xie, sonriendo ampliamente.— solo 29.99$ al día.
Isaac tiró de su hermano, bastante avergonzado.
—La casa de mis padres,— comenzó la mujer.— la vieja casa de mi niñez está en el mismo distrito que su escuela, solamente unos cuantos minutos de distancia y me pareció buena idea regresar a la rutina.
—¿Escuela?— a Isaac se le revolvió el estómago, después de todo no recordaba a ningún compañero.— no recuerdo... nada de ahí...
—Te haz retrasado un año.— comentó Eleonora.— deberías estar a punto de graduarte de preparatoria pero te haz tomado un año.
—No te preocupes por nada, ya que...— había comenzado a decir la mujer, pero Isaac se distrajo.
—Supongo que necesitarán una mascota, encajarás perfecto.— Le susurró Xie al oído.— me emociona la idea de la humillación pública... tal vez demasiado...— su labio superior tocó su oreja, y el rubio se ruborizó.— tal vez con un traje de colegiala, unas medias muy ajustadas y una falda muy corta, ¿Te gusta la lencería?— Isaac se ruborizó intensamente.
—No debes preocuparte porque Xie estará en tu mismo grupo...— había terminado de decir Maryce, Isaac pudo sentir como el cuerpo de Alexie se tensó tras él, y el agarre de su mano se le aferró a la cintura.
—¿¡Qué!?— Alexie se acercó a su madre, incrédulo.— sabes que yo nunca he ido a la escuela, estudiamos en casa desde niños... ¡Yo no quiero socializar!
—Tú haz dicho que quieres proteger a Isaac ¿recuerdas? Que mejor manera que compartiendo clases.
—Tú sabes que no me llevo bien con gente de mi edad...— gruñó el muchacho de negros cabellos, frunciendo el ceño.— prefiero vivir entre lobos.
—Tal vez vivir entre lobos te ha dejado esos modales.— Miranda se acercó a su hermano, tomándolo del hombro.— será bueno para ti tener un poco de desarrollo socio-cognitivo.— se burló la muchacha. Aunque tuviera la razón.— ejercitar tus grandes dotes de convivencia...
—Me alegra que pienses así Miranda.— Maryce le sonrió a su hija, una sonrisa traviesa.— porque tú estarás en la clase de Eleonora, me ayudarás a cuidar de su seguridad.— los ojos de la muchacha se abrieron anchamente, no le gustó— el tiempo que sea necesario.
—¡Pero mamá! ¿¡Qué hay de la semana de la moda!? ¡No puedo perdérmela!
—¡He dicho, soy su madre y harán lo que les diga!
—Estoy no es una dictadura. Ni siquiera nos haz preguntado antes...— Miranda comenzó, pero si madre continuó por ella.
—No me haz avisado cuando chocaste tu auto...— la muchacha dio un paso atrás.— no me avisaste cuando tomaste mi tarjeta de crédito para comprar boletos a ese concierto que no te deje ir, tampoco olvidemos la vez que tú y tus hermanos allanaron propiedad privada en el Vaticano ¡Y no se molestaron en avisarme que robaron una pintura!— Miranda ya había retrocedido tres pasos más.— he dejado pasar muchas faltas a mi confianza, me deben esto.
—Si, señora...— Alexie retrocedió también, colocándose a un lado de Isaac.—
—Creo que compartiremos la humillación pública...— le susurró Isaac, recibiendo una mirada matadora.—¿te gusta el encaje?
—¡Espere, esperen y esperen!—Dylan se adelantó porque habitación, dirigiéndose directo a Miranda. Isaac intentó tomarlo del brazo, pero este se le escapó.— ¿Me están diciendo, que un grupo de guapos adolescentes van a cuidar de mis hermanos, y que yo me quedaré solo y sin protección?— Isaac levantó una ceja, ¿Dylan estaba aprovechando la situación para ligar con Miranda.— estoy bastante dispuesto a tomarte a ti...— apuntó a Miranda.— como la protectora de mis días y noches...— Dylan era casi del mismo tamaño de Miranda, unos centímetros más alto. Ella no era muy alta tampoco.— no quiero ponerme poético, pero ¿qué te parece me muestras mi habitación y de paso te quedas a jugar videojuegos conmigo, flor?, tengo un chocolate.— Dylan metió la mano a sus bolsillos, buscando hasta sacar una barra de chocolate aplastado, Miranda frunció el ceño.
—No quiero sonar grosera.— inició la muchacha, pero Isaac pensó que si quería.— pero tienes cuantos ¿12 años? No soy niñera.
—¡Wow, está hermosa rosa tiene espinas!— Dylan se acercó aún más a Miranda. Sonriendo ampliamente.— Tengo 15, soy dos años menor que Isaac pero mil veces más agradable y elocuente.— Isaac abrió los ojos de par en par, tal vez lo era.
—Soy mucho mayor de lo que parezco.— Miranda se acercó a la cara de Dylan, sus ojos brillaron y su sonrisa se ensanchó. El muchacho de los cabellos rubios quedó hipnotizado por los ojos bicolor.— y mucho más peligrosa de lo que crees.
—Me gustan los riesgos, una vez...— Dylan se cruzó de brazos, cerró los ojos y sonrió complacido.— me caí de un caballo y solo lloré dos veces, después lo volví a montar. Porque me gustan los retos.
Isaac palideció, Dylan era todo lo contrario a él, sincero, seguro de sí mismo y no le importaba lo que los demás pensaran de él, era el menor de los tres, y parecía el más peculiar de todos, los ojos de Miranda brillaron con más intensidad e Isaac temió por la vida de su hermano, pero fue Maryce quien actuó primero.
—¿Qué les parece si yo les muestro dónde dormirán? Por ahora se quedarán en la habitación de invitados los dos juntos, lamento no tener más espacio.— entres tirones y regaños, Eleonora y Maryce lograron llevarse a Dylan. El menor se había despedido de Isaac y Xie, pero Eleonora no dijo una palabra.
—¿Entonces compartiremos la humillación pública?— en el justo momento en que todos salían de la habitación, incluso Miranda, Xie había rodeado a Isaac en sus brazos, tan fuerte que el muchacho no fue capaz de protestar.
—Podemos compartir mucho más que eso.— por primera vez, Isaac se dejó llevar por los brazos de Xie, y se percató de que cuando él dejaba de estar tenso y tratando de alejarse, el agarre de Xie se volvía más y más suave, hasta sentirse como una caricia.
—Me disculpo de ante mano.— Alexie estaba tan cerca de su cara, que podía ver aquellos pequeños destellos dorados en sus ojos, como hojuelas de oro.
—¿Porqué te disculpas?
—Por mi comportamiento... yo sé que no soy el hombre más... ¿amable?
—No lo eres.— Xie ladeó la cabeza.— pero... aún así me gustas.
Las manos de Xie se deslizaron por su cintura, apretando los costados de su torso y atrayéndolo contra él, sus cuerpos se pegaban cada vez más.
—Dilo de nuevo...— Alexie lo abrazó, clavando su cara entre el cuello y la clavícula.
—Me gustas.— el chico abrió su boca, y Isaac pudo sentir su aliento, más caliente de lo normal. ¿A que estaba jugando? Ese juego Parecía muy peligroso.— me gust...
No pudo terminar, la boca de Xie se había clavado sobre su cuello, primero sintió una pequeña mordida, para después darle paso al cálido y húmedo tacto de su lengua, delicados y tímidos roces sobre su piel. Isaac reprimió un gemido, aferrando sus brazos sobre los hombros de Xie, por otro lado, los labios del pelinegro comenzaron a dar pequeños besos por todo su cuello, hasta llegar debajo de su oreja.
—Di que eres mío...— le susurró al oído, no con su habitual tono demandante, sino como una pequeña y delicada súplica.
—Soy...— Xie seguía besando su cuello. Los pensamientos dentro de la cabeza de Isaac ahora solo giraban en torno a aquel chico. Nada más existía aparte de ellos dos. Isaac pensó en lo que estaba a punto de decir, si lo hacía, no había marcha atrás. ¿Sería suyo? Quería ser suyo, pero algo dentro de él le gritaba que era una mala idea, sentía que hacía un pacto con el diablo... aunque jamás pensó que el diablo lo fuera a hacer sentir de esa manera. Cuando los dedos de sus pies se aferraban a la suela de sus zapatos, sentía como un hormigueo le recorría las piernas, hasta llegar a su estómago y apretarle las entrañas. No podía siquiera respirar correctamente, solo soltaba suspiros y jadeos entrecortados. Se sentía vulnerable, como una presa entre los colmillos de su depredador, pero no le importaba que las zarpas de Xie lo rodearan, no le importaba ser su bocadillo.— soy tuyo...
—Sabes a sudor...— Isaac se sonrojó, apenado.— adrenalina, miedo y a... perdedor.— Xie sonrió aún sobre su cuello.
—Lo siento...— Isaac apartó la mirada, pero Xie buscó sus ojos.— no me han dado tiempo de ducharme.
—No, no... es perfecto.— Alexie se relamió los labios, sonriendo, e Isaac sintió como su cara casi se prendía en fuego.— me gusta saborear cada momento de este tipo, donde yo no soy yo y tú no eres tú... donde somos dos extraños solamente cegados por lo que deseamos.
—¿Qué es lo que deseas?— Isaac echó su cabeza para atrás, dejando su cuello al descubierto.— ¿Qué esconde tu mente?
—¿De verdad quieres saberlo?— susurró Xie, e Isaac asintió.— quiero complacerte en todos los aspectos...— Alexie volvió a hundir su cara sobre Isaac, besando nuevamente su piel, bajando por su clavícula y tirando lentamente del cuello de su camiseta. Continuó por la parte superior del pecho e Isaac se estremeció al sentir su lengua sobre la piel. El muchacho clavó sus dedos entre los cabellos de Alexie, acercándolo aún más contra su cuerpo. Las manos de Xie se movieron, aferrándose al pecho de Isaac y apretándolo levemente, acariciando con la yema de los dedos sobre la delgada tela.— pero también quiero someterte y hacerte desesperar, hasta que ya no puedas más y entonces...
—¿Entonces qué?
—Averígualo por ti mismo.— de un momento a otro Alexie lo soltó, alejándose lentamente de él. Las piernas de Isaac temblaron cuando su peso dependió totalmente de ellas, se echó hacia atrás y suspiró fuertemente. Su cabeza vibraba y miró borroso unos segundos.
—Espera...
—Huelo a macho, necesito darme una ducha y dormir...— Alexie comenzó a subir las escaleras, sin siquiera voltearlo a ver.— es bastante tarde y al parecer tenemos que empacar mañana.
—Es que yo pensé que...— Alexie había desaparecido detrás de los muros del segundo piso, Isaac se quedó ahí solo, sonrojado, aturdido y fuera de sí. ¿Qué acaba de pasarle? Realmente estuvo de nuevo tan cerca de él... por un segundo pensó que estaba soñando por el tacto de Xie lo mantuvo en la realidad.
De nuevo solo había jugado con él y lo había dejado como sin nada. ¿Era algo nuevo?
—¿Vas a quedarte ahí toda la noche o...?— Alexie asomó la cabeza, con una expresión de fastidio.— ¿qué esperas? vamos a la habitación.
Rápidamente Isaac subió las escaleras, siguiendo al muchacho por el pasillo como si fuera la primera vez, entraron a la habitación la cual brilló bajo la tenue luz de siempre. Alexie había entrado primero, arrojado sus zapatos a un lado, Isaac ni siquiera sabía cuando se había quedado sin camisa, pero ahora solo llevaba pantalones. Su robusta espalda se ensombreció bajo la luz de la habitación, dándole forma a sus músculos. El cuerpo del muchacho era extremadamente fuerte, pero no parecía serlo, lucía totalmente normal. No tenía un aspecto de súper modelo, ni de actor perfecto, la única parte realmente torneada en él eran sus grandes brazos.
Isaac lo contempló danzar de un lado a otro, dejando sus pertenencias donde iban y por un segundo se permitió contemplarlo sin decir nada.
Su piel también tenía cicatrices, mucho más grandes que las suyas y de apariencia más mortales. Sin darse la vuelta, Xie desabotonó sus jeans obscuros, bajándolos rápidamente. Llevaba unos calzoncillos negros ajustados que le llegaban un poco más arriba de la rodilla. Tenía unas largas y gruesas piernas que quedaron al descubierto también.
—¿Vas a verme así toda la noche?— Alexie se giró y Isaac subió la mirada rápidamente hacia su cara, no sabía lo que estaba viendo. Más bien no quería admitirlo.—¿Nunca haz visto a otro hombre desnudo?
—No lo recuerdo.— Alexie hizo una mueca ante su obvia respuesta.— por lo menos sé que a ti nunca... solo sin camisa.
—¿Quieres verme desnudo?— la voz de Xie no sonaba para nada burlona como habitualmente lo hacía, sino que había sido una pregunta legítima. Isaac negó con la cabeza, mentía.— déjame...
Con fuertes pisadas, Alexie se acercó, aún en calzoncillos y por primera vez Isaac mantuvo los ojos fijos en los de él, no quería ver nada más, más bien, no sabía si ver algo más le traería problemas. El muchacho de negros cabellos extendió sus manos, sujetando el cinturón de Isaac y desabrochándolo sin problema alguno. Tomó las correas de cuero que colgaban de sus hombros y se las sacó de un tirón, después agarro la camiseta de la parte de abajo la levantó para quitársela, Isaac no puso resistencia.
A diferencia de otras veces, no se sentía incómodo bajo la mirada de Xie, de una extraña manera una cómoda calma le envolvía el cuerpo.
—Tu...— Alexie se había inclinado para desabrocharle los pantalones, se detuvo cuando lo escuchó hablar y levantó la mirada para verlo a la cara. Isaac se sonrojó inmediatamente.— Tu cuerpo es muy bonito.— Alexie sonrió, una sonrisa verdadera.
—¿De verdad lo piensas? No siento que sea la gran cosa.— alexie le quitó los pantalones de un tirón, después se arrodilló frente a él y sin previo aviso, lo arrojó hacia atrás. Isaac aterrizó sobre la cama, rebotando.— no hago mucho por él, solo corro en las mañanas y hago un poco de peso... ¿sabes? Somos fuertes por naturaleza, nacimos para proteger...
—¿Algún día me dirás que eres?— Alexie había comenzado a desatarle los cordones de las botas que llevaba, para después quitárselas, primero la derecha luego la izquierda. Sonrió.
—Ya lo sabes...— dijo, arrancándole los pantalones de un tirón. Alexie se quedó un momento hincado.— en el momento que tú recuerdes toda tu vida, yo te contaré toda la mía...
—¿Es un trato?— Xie se puso de pie y Isaac le extendió su mano, dispuesto a sellar sus palabras. El muchacho miró su mano extendida, luego lo miró a él y sonrió.
Con una palmada, Xie alejó la mano de Isaac, el muchacho rubio estaba recostado en la cama y el otro parado frente a él. Isaac se decía a sí mismo que no debía dejar de verle a los ojos. Sin que se lo esperara, Alexie colocó una mano sobre el pecho del muchacho, arrojándolo de lleno a la cama para después con un lento movimiento pasar una pierna, luego otra y después sentarse sobre su regazo.
Isaac abrió mucho los ojos y se quedó quieto, viendo como Xie lo miraba desde arriba, sus tímidas manos no sabían que hacer, pero decidió llevarlas lentamente por las piernas de Xie para apoyarlas en sus muslos, pudo sentir los vellos suaves en ellas y el calor que su piel desprendía. Alexie sonrió y bajo la tenue luz, sus facciones se volvieron angulosas.
—¿Quieres cerrar un trato conmigo, dándome la mano?— el muchacho se encorvó sobre él, recargando sus manos sobre la cama en cada costado de su cabeza.— ¿qué te párese si mejor me besas?
—¿Puedo hacerlo?— Isaac respondía por puro instinto, su cerebro estaba muerto hace media hora.
Alexie tomó su mano, llevándola lentamente por su torso y colocándola un momento sobre su pecho, sobre el fuerte latido de su corazón. Isaac sintió la suavidad de su piel y la dureza de sus pectorales.
—Puedes hacer lo que seas capaz de pedir...— susurró Xie, besando lentamente la mano de Isaac.— solo... pídelo.
—Bésame...— nuevamente Isaac respondió por instinto, aunque no le molestó.
Alexie sonrió, para después inclinarse hasta quedar justo frente a su cara. Isaac lo miró a los ojos, que por primera vez no brillaban de ninguna manera, eran simplemente las aguas azules y cristalinas de un lago, tan tranquilas, que se sintió relajado solo de verlas.
—Creo que realmente me gustas mucho.— susurró Isaac, sin dejar de ver sus ojos.— no puedo dejar de sentir algo en mi estómago, que crece por todas partes y se extiende hasta mis manos y mis pies. No sé si estoy nervioso, emocionado o ansioso. Tal vez las tres, tal vez mucho más.— Alexie sonrió complacido.
—Me gusta cuando hablas.— confesó Alexie, devolviéndole la mirada.— cuando eres capaz de expresarte así, me siento contento de escucharte... sé que te confunde mi actitud, y lo siento, pero lo intento de verdad...
—¿Qué es esto?— preguntó Isaac, aún tranquilo.
—Es un vínculo... me tienes y yo te tengo.
Y sin previo aviso, Alexie selló sus labios contra los del otro, en un beso tan lento y dulce que Isaac pensó estar soñando, era cauteloso, sin prisa, detallando cada movimiento y gesto que el otro hacía, sus cabezas danzaban de un lado a otro siguiendo el ritmo de sus corazones hasta que de pronto, Isaac sintió un fuerte tirón en su labio, una pequeña mordida que lo trajo a la realidad. Sus manos bailaron sobre el pecho de Alexie mientras este subía y bajaba lentamente sobre su cuerpo.
El chico de negros cabellos se detuvo, lo miró un segundo y después dejó que su cuerpo cayera por completo sobre Isaac, acurrucándose ahí. Nadie dijo nada, solamente sintieron el calor mutuo que emanaba de sus cuerpos, los roces de tersura que les hacían cosquillas y el rítmico latido de sus corazones, que poco a poco, los fueron arrullando hasta quedarse dormidos, uno en los brazos del otro.
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Moonlight Race: Alma de fuego.
FantasyÉl es salvado de una muerte segura por un chico de extraños ojos azules, y este, sin saber todos los secretos que su pasado esconde, decide llevarlo a su hogar y mostrarle su cara más obscura. Ese misterioso muchacho le mostrará un mundo que sus ojo...