Oscuridad, de nuevo oscuridad, se había vuelto tan común en su vida que ya era parte de él, se encontraba escondida en el fondo del corazón, estrujándolo desde adentro, haciendo de cada momento una agonía.
Era como si siempre esperara lo pero en todo, y esa oscuridad era la culpable, la desconfianza, el temor, la duda, todo venía de ahí, pero ¿De donde venía la oscuridad?
El muchacho comenzó a escuchar murmullos, que venían e iban en la penumbra, de aquí a allí sin tener una dirección. Al principio no tenían sentido, pero conforme avanzaba el tiempo, estos iban tomando forma.-Aléjate de él.- El susurró cruzó la habitación, llegándole directamente.- huye, escapa, corre, vete y no vuelvas jamas...- la voz susurrante, fría y distante, sonaba simplemente aterradora, como el susurro del viento contra una ventana.
-¿Quién está ahí?- preguntó el muchacho y el eco de su voz retumbó por todas partes, la habitación que hasta el momento había permanecido en penumbras, se fue iluminando con pequeñas esferas de luz que se esparcían por todas partes. Con el lugar ahora visible, caminó por la habitación con más confianza, el lugar estaba completamente vacío, como abandonado por cientos de años, había raíces en las paredes, el piso ahora era de tierra y cuando miró hacia arriba no había techo, sino que en su lugar había un cielo oscuro .
-Te miente...- volvió a decir el susurro, esta vez mas cerca.- te hará sufrir, él es malo, muy malo...- la voces eran distintas, una sonaba femeninas y otras masculinas.- No te fíes de él...- La voz ya estaba muy cerca, tanto que susurraba las palabras casi en su oído, sonaban humanas, pero lo raro estaba en que esas voces no causaban eco como lo hacía la suya, estas en cambio sólo se perdía en sus oídos, como si estuvieran dirigidas únicamente hacia ahí.
-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó el muchacho, y por un momento le tembló la voz.
-Sólo te usa, eres su juguete, un capricho, no siente nada por ti.- las voces empezaban a sonar paranoicas, como la voz de un loco.- Te hará daño, mucho daño.- ¿quién le haría daño?, tenía una idea, pero no quiera pensar en él de esa manera. La voz cada vez estaba mas cerca de él, aun murmurando.
-¡No sé de qué están hablado!- gritó, y dio un paso hacia atrás, se comenzaba a sentir incomodo.
-De Xie...- dijo una de la voces, e Isaac abrió los ojos de par en par, así que de él de trataba.- tú no le importas, para él eres sólo basura, basura, basura, basura. No le mereces...- el muchacho comenzó a asustarse, pues las voces aunque demenciales, había permanecido neutras, pero esa ultima, un tono de odio y rencor se hizo notar, algo estaba mal, muy mal, ¿Y si le hacían daño?...
-¡Cállate!- chilló, llevándose las manos a sus oídos.- ¡No saben nada!
-Tú no te mereces nada de lo que tienes, la basura nunca deja de ser basura.- susurró de nuevo, la misma voz.
-¡Cállate de una puta vez!- gritó Isaac de nuevo, y una estridente risa retumbó por todas partes, llenándole los huesos de miedo.
La risa seguía y seguía, mientras Isaac apretaba sus manos cada vez con mas fuerza, cerró los ojos y cayó de rodillas al suelo, comenzando a derramar lagrimas.
Nada de aquello era real, se repetía a sí mismo, era un sueño, Xie no lo usaba, lo ayudaba, eran ¿amigos?
El muchacho despertó con estrépito, tratando difícilmente de respirar. Sudaba a mares, la ropa se le pegaba a la piel y los cabellos a la frente, miró de un lado a otro aun asustado, y todo se hizo claro frente a él de repente, estaba en su habitación de nuevo, mas bien la habitación de huéspedes. Respiró profundamente y volvió a cerrar los ojos, había sido sólo un sueño, pero algo no estaba bien... Isaac abrió los ojos rápidamente preocupado.
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Moonlight Race: Alma de fuego.
FantasyÉl es salvado de una muerte segura por un chico de extraños ojos azules, y este, sin saber todos los secretos que su pasado esconde, decide llevarlo a su hogar y mostrarle su cara más obscura. Ese misterioso muchacho le mostrará un mundo que sus ojo...