Un futuro sin luz II.

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        La rama de un árbol se le había encajo en la costilla antes de caer al suelo como un saco de papas, aterrizando justo sobre un roca. Escucho las ramas crujir de nuevo sobre él y miró hacia arriba, en donde  un cuerpo caía en dirección hacia al chico pelinegro.

       —No, no, no.– Trato de moverse pero una punzada de dolor que le recorrió desde la espalda baja, atravesándole la columna vertebral hasta llegar al cuello se lo impidió, provocando que el cuerpo pesado del otro chico cayera sobre él con un ruido sordo.– Pesas como doscientos kilos.– Murmuro sin aire en los pulmones, sintiéndose repentinamente exhausto.

       —Ha sido divertido, – Esa sonrisa de midió lado destelló en la oscuridad. – Oh Dios. – El tono de voz del chico rubio cambio drásticamente, sonando tan serio y sorprendido que le inquieto al pelinegro.- Pero que cómodo eres.

       — ¡Baja de mi ahora mismo maldito enfermo!– Michael soltó una carcajada.- ¿¡Que es gracioso!?– A Xie le faltaba el aire, tenía los dedos encajados en la tierra del jardín, tratando de incorporarse. Michael en verdad era muy pesado.

       — ¿Nunca te ríes?

       —Contigo, no...– Michael se colocó de rodillas sobre él y le dedico una sonrisa malvada, de esas que alguien hace antes de cometer un crimen.

       —Ahora lo harás.– Susurró, y con un rápido movimiento levantó la camiseta que cubría el torso Xie, al chico se le heló la sangre y trato de apartarlo, pero debido a lo pesado y fuerte que era Michael, el esfuerzo fue insuficiente. Comenzó a pasarle las manos por el abdomen desnudo, provocándole un tremendo escalofrío, cuando la mano de Michael estaba a punto de bajar la goma de sus calzoncillos, comenzó a hacerle cosquillas en las costillas de improviso, haciendo que explotara en carcajadas.

       —Este...– Comenzó Xie entre risas. –No es el momento de esto, tenemos...– más risas.- cosas que hacer... ¡Maldita sea Suéltame!

       —Shh... Despertaras a alguien. – Michael miro de un lado a otro y luego poso su roja mirada en él. Xie sintió algo raro rosar su estómago, algo de forma alargada y ancha, muy duro.

       —Michael. – Lo llamo y sus ojos destellaron en la oscuridad como pequeñas luces rojas.

       — ¿Aja?– asintió.

       — ¡Pudo sentir lo que está en tus pantalones! ¡¡Maldito bastardo!! Pervertido de mierda, ¿¡En serio te excitas tan rápido!?– Michael soltó una sonora carcajada, luego volvió a mirarlo a los ojos y metió una mano en sus pantalones. Un sudor frío recorrió  la espalda de Xie, de nuevo.

       — ¿Te refieres a esto?– Con agilidad, saco un oscuro objeto de sus pantalones, lo agito un poco y este comenzó a brillar con una tenue luz rojiza. – Esta echa con polvo lunar, es una piedra mágica, como una linterna, pero de energía infinita, creí que la necesitaríamos.- Michael Sonrió ampliamente al contemplar la expresión de horror de Xie, su sonrisa era molesta, y mucho, pensó.

       — ¿Podrías, Quitarte de encima?

       —La verdad es que me encuentro muy cómodo aquí, gracias. – Dio unos saltitos sobre él lo que hizo que perdiera el poco aire que había recuperado.

       — ¡QUITATE!

       —Shh...– Volvió a mirar de un lado a otro. – Nos van a descubrir.

       — ¡ME IMPORTA UNA MIERDA, ESTA ES MI CASA Y...– No pudo terminar, los labios de Michael se clavaron en los suyos tomándole por sorpresa, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, al mismo tiempo que el asco.

Moonlight Race: Alma de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora