Regreso a la ''normalidad''.

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        Se despertó con unos brazos rodeando su cintura, cálidos y fuertes. Isaac se movió lentamente, girando su cabeza de un lado a otro con delicadeza. Estaba desconcertado, un poco mareado y aturdido, parecía como si hubiera estado en una borrachera el día anterior, le dolían los brazos y las piernas, sintiéndose realmente cansado aún. Miró más allá de  su nariz, topándose con la luz del día entrando por la puerta de cristal del balcón. El muchacho se giró un poco, volviendo a sentir un peso sobre su abdomen y se sobre saltó, viendo como Xie dormía profundamente abrazado a él.
        Sus mejillas se sonrojaron intensamente al recordar todo lo que había acontecido la noche pasada, sintiendo un ligero hormigueo en los labios... se habían besado nuevamente. El muchacho dejó de tensar su cuerpo, recostándose nuevamente sin hacer muchos movimientos, permaneciendo justo al lado de Xie. Isaac se quedó unos minutos observando las facciones de Xie de cerca, sus labios tenían un tono rosado pálido, su nariz era afilada y el hueso de su tabique era a un poco plano, como si lo hubieran golpeado de Niño. Tenía unas grandes pestañas igual de negras que su cabello y una cejas muy marcadas. Su cabello lacio caía sobre su frente haciéndolo parecer aún más joven.
Usualmente Xie parecía unos años mayor, su altura y carácter ayudaban a eso, pero en ese momento, acurrucado sobre el pecho de Isaac parecía un niño apaciblemente dormido

        —Incluso parece humano...— susurró el muchacho para si mismo, pasando su manos sobre el hombro de Xie. Por un segundo había olvidado que estaban en ropa interior, el rubor de su cara volvió a arder.— Quisiera que fueras así de dócil todo el tiempo.
        —Eso es parte del encanto.— susurró Xie, aún con los ojos cerrados y apretando más su agarre.— hoy volveré a tratarte como siempre... no te preocupes.
        —¿Entonces lo de ayer no pasó?— Xie abrió solo un ojo, azul y resplandeciente. Después frunció el ceño.
       —Déjame dormir.— el chico hundió su cabeza en Isaac y sus cabellos le hicieron comezón en la cara.— No, nada pasó...— Isaac frunció el ceño, tratando inútilmente de no sentirse herido.
       —¿Entonces debo pretender que no sigues abrazado a mí?— Alexie no se movió ni un centímetro.
        —Ajá...— Isaac guardó silencio un minuto, pero no podía estar así más tiempo.
        —¿De verdad no pasó?— un tono algo tristón sonó en su voz, a lo que rápidamente Alexie se incorporó, poniendo ambos brazos sobre la cama para verlo a los ojos, inclinado hacia enfrente.— es solo que... me sentí muy bien.— Alexie frunció el ceño, se inclinó un poco más y lo besó en la frente.
        —¿Mejor?— gruñó, volviendo a recostarse sobre su pecho. Isaac emitió un sonido afirmativo.— Entonces cállate de una maldita vez...
        —No puedo seguir durmiendo...— Isaac intento quedarse callado, pero no lo logró. Alexie volvió a gruñir.
       —Si te cuento una historia ¿Te callarás?— la voz áspera de Xie hacia que los vellos de Isaac se erizaran. Pero el chico asintió, Alexie no se levantó de su pecho ni abrió los ojos.— hace muchísimos años, había un príncipe llamado Tristán, él dominaba todo un reino de fieles guerreros pues su padre se lo había heredado desde pequeño...— Isaac quedó fascinado al momento en que pequeñas figuras de fuego comenzaron a formarse sobre la cabeza de Xie, un gran castillo medieval, una corona y un montón de soldados con armaduras.— el príncipe lo tenía todo en la vida, una familia, felicidad, estabilidad... pero había algo que siempre le faltó, el amor de una dama... un día su padre lo vio tan tríate, que organizó un bailer pera que su hijo conociera a una mujer, se enamorarán y se casarán. La noche del baile llegó y el príncipe estaba emocionado, todo el pequeño reino estaba invitado, conocería muchas personas nuevas y si tenía suerte, tal vez encontraría el amor...
        —¿Dónde está situada esta historia?— lo interrumpió Isaac y Xie gruñó.
        —Eso no importa, cállate.— las figuras de fuego cambiaron, muchas parejas pequeñas se meneaban de un lado a otro rítmicamente, bailando.— Tristán estaba emocionado, había muchas mujeres hermosas, pero... realmente no le gustaba ninguna.— la pequeña figura del príncipe se giró, dando la espalda a todas las demás que se disolvieron en el aire.— el príncipe nunca estaba conforme con nada, por eso jamás había encontrado a su futura reina, ninguna mujer lo había vuelto loco aún y eso lo entristecía ¿sería que no había nadie para él?— Xie se movió un poco e Isaac sintió el roce de su piel sobre el pecho.— A mitad del baile el príncipe ya estaba cansado del ruido y la atención, así que cuidadosamente se escapó por una de las puertas del castillo. Tristán caminó por los grandes jardines de sus tierras, metros y metros de verdes pasturas y aleros árboles.— sus palabras seguían materializándose en fuego y Isaac no podía estar más cautivado.— llegó a unos de los mausoleos de su familia, estaba atardeciendo así que el lugar estaba bañado por luces de colores que reflejaban los mosaicos del un ventanal, dibujado un arcoíris en el suelo... el príncipe se sentó en el piso, bañado por el reflejo del atardece y aclamó en voz alta "¿Dónde estás, amor? Que mi corazón no soporta la soledad y la falta de ti, ¿eres real, alma gemela? Te sigo esperando cada atardecer, dibujando lunas con mis lagrimas cada que llega la noche. ¿Estoy volviéndome loco? Porque te veo en todas las ventanas, te escucho en todas las notas del piano y te sueño cada madrugada. ¿Dónde están tus brazos cuando los necesito? En esta soledad, este abismo de carencia, faltan tus manos sobre mí, tus labios contra los míos. ¿Cuando volverás, mi amada rosa roja? O es que haz dejado mi jardín para nunca volver"
        —¿Entonces el príncipe ya tenía una amada?
        —Te dije que te callaras, solo escucha.— Alexie se apretó aún más contra el pecho de Isaac.— al caer la noche, el príncipe se quedó dormido dentro del mausoleo, con el corazón impaciente, esperando el regreso de su amor. Durante meses, Tristán recorría los jardines, llegando al mausoleo y esperando hasta la madrugada, hasta que un día antes de su caminar, su padre lo detuvo. Le contó que su gran amigo, un caballero que servía a la causa del rey, había quedado gravemente herido hacía meses, perdiéndose en la batalla y fue dado por muerto. El corazón del príncipe había dando un vuelco. Su padre le leyó la carta, la cual informaba que el caballero había sido acogido por una familia campirana, y pasó todos esos meses recuperándose... el príncipe le exigió a su padre que le revelara el paradero de su amigo, así lo traería al castillo y podía ser atendido ahí, su padre, sin entender la urgencia, le reveló el paradero... el príncipe tomó su caballo y galopó toda la noche, llegando justo a la puerta de la choza, tocó fuertemente y en poco segundos una hermosa mujer atendió su llamado, el príncipe quedó cautivado, pero no estaba ahí por ninguna doncella. Le dijo a la mujer del hombre que habían cuidado, diciéndole que él era un príncipe y venía a ayudarlo, ella lo llevó hasta su amigo y Tristán no puedo evitar correr a abrazarlo cuando lo vio, el caballero no devolvió su abrazo y lo que hizo fue darle una reverencia al saber que era el príncipe... ¿Qué ha pasado? Preguntó el príncipe, ¿No me reconoces? El hombre respondió diciendo "me he golpeado la cabeza, no puedo recordar nada. Esta buena mujer me ha ayudado, me ha dado un techo y comida y me he enamorado de ella."
        —¿No estás inventando esta historia? Tiene amnesia como yo.
        —Que te calles te dije.— Alexie soltó un largo suspiro, para después continuar.— Esa misma noche el príncipe regresó al castillo, su amigo ahora estaba con una buena mujer y se casaría pronto. Quería sentirse bien pero él... algo en su interior no lo dejaba. A la noche siguiente regresó al mausoleo, pero el sentimiento de tristeza no lo dejaba solo, los días pasaron y nunca recibió la carta que tanto esperaba, la carta que dijera: "Pronto regresaré a tus brazos, y volveremos a ser uno de nuevo, amado"... los años pasaron y el príncipe jamás consiguió amar a alguien, su corazón seguía perteneciendo a alguien que...

Moonlight Race: Alma de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora