Cap (4/4)
================Eran cerca de las once de la mañana de el día sábado y Messer estaba ansioso porque el reloj marcara las doce. Esa era la hora en que le darían el alta y no es que no le gustara el hospital. En realidad a Messer le gustaba porque las enfermeras eran muy ambles y había hecho un amigo. Alfred era le chico con el compartía habitación.
Pero en aquel momento Alfred había sido llevado a cirugía pues se había roto dramaticamente la pierna y nececitaba de aquella operación para arreglarla. Así que era una lastima pero Messer intuía que no podría despedirse. Aunque quizá podría volver a visitarlo después.
Mike y Sam había estado ahí pero se habían ido para arreglar los últimos asuntos de papeleo. Por lo tanto Messer estaba aburriendose terriblemente. Se recostó en la cama y cerró los ojos, esperando a que sus amigos volvieran para decirle que era libre de volver a casa. Aunque la perspectiva de volver tampoco era del todo agradable. El doctor había dicho que necesitaría un par de semanas antes de poder quitarse el cabestrillo, lo que significaba que no podría tatuar en ese lapso de tiempo, lo que significaba que sería un infierno estar sin poder utilizar uno de sus brazos.
En esos derroteos mentales estaba cuando alguien acarició suavemente su cabello. Messer sonrio por inercia al reconocer la fragancia masculina y seductora.
—Hola Joe—dijo sin abrir los ojos.
—Creí que dormias. —La voz de Joseph seguía siendo igual de seria, pero Messer era capaz de notar la ligera diferencia, era como si filtrara cierta calidez en su tono y eso le gustaba mucho al pelirrojo.
—No, solo trataba de ser paciente. — Messer abrió los ojos y casí soltó un suspiro enamorado. Joseph estaba usando una camisa azul oscuro y unos pantalones color caqui que le sentaban bastante bien. Además de que se había recortado un poco la barba dándole ese aire elegante que era parte de su atractivo. —Oye, que guapo te ves.
—Coqueto— Pero Joseph le regalo una pequeña sonrisa y luego se inclino para depositar un casto beso en sus labios. —¿Ya desayunaste? ¿Tomaste tus medicamentos?
—Si y si. — El pelirrojo se movió en la camilla hasta quedar sentado. Aun no podía creerse que Joseph hubiera aceptado intentar tener algo con él. —Me encanta que te preocupes por mi.
—Bueno, no te acostumbres. Esto es solo porque estas en el hospital.
—¡Que malo eres! Siempre sabes como acabar con los momentos románticos.
—No soy un hombre romántico, Messer. —Joseph se encogió de hombros y cierta medida no mentía. Nunca se le había dado demasido bien eso de ser detallista. Las cursilerias no eran lo suyo...sin embargo Messer le provocaba ciertas cosa que no podía controlar.
—No me importa. También me gusta que seas todo serio, con ese aire inalcanzable que te rodea. —Messer elevó ligeramente la barbilla y ya que Joseph seguía inclinado hacia a él, no le fue difícil frotar su narices juntas. —Eso me motiva a conquistarte y veras que un día de estos caeras rendido a mis pies.
—Eso es lo que crees ¿eh?— Joseph observó esos ojos amielados y suspiró. Aun seguía sintiendo esa parte de si mismo que le gritaba que lo que hacia con Messer estaba mal. Pero estaba luchando fuerte para empezar a pensar con libertad y no con los prejuicios que se negaban a irse. —Pues sigue intentando, parece que funciona.
El pelirrojo parpadeo sorprendido y luego sonrio ilusionado. ¡Joseph lo estaba lentando a continuar! Una semana atrás eso parecía imposible. Era sorprendente notar los pequeños cambios en aquel hombre y Messer se sentía emocionado de ser quien estaba haciendolo cambiar.
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¿Karma o Suerte? (Suerte #3)
RomantikSi te emocionaste con: "Un golpe de Suerte". Si te enamoraste con: "La suerte del capitán". Preparate para una historia que te hará darte cuenta de que los prejuicios pueden dejarse de lado, que hay segundas oportunidades, que todo depende de abrir...