¿Karma o Suerte? (Suerte #3)

21| Mejor Amigo

Tengo tres capítulos para hoy y los publicare en lo que resta del día. ¿Por qué?

Es simple, para que vayan asimilando lo que pasará en cada uno de ellos.

Empecemos...

Cap( 1/3)
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Greg había vuelto a casa y había cenado en compañía de su amada esposa y sus dulces y revoltosas hijas. Greg podía no aparentarlo pero era un hombre de familia. Le encantaba pasar tiempo con sus chicas, como solía llamrlas.

En ese momento estaba terminando de secar los platos cuando Keyla lo abrazó por la cintura y le besó la mejilla.

—¿Qué hice para merecer un esposo tan acomedido?— preguntó la mujer con voz melosa.

—Oh, no lo sé— Greg se rió y se giró para poder apreciar a su esposa. Ella tenía un largo cabello oscuro y unos ojos avellanados muy bonitos. —Aunque tengo la ligera sospecha de que el afortunado soy yo.

Compartieron un beso suave y dulce. Era agradable saber que después de dieciocho años de matrimonio, el amor estaba lejos de desaparecer y Greg podía jurara que cada día era más fuerte. Si, definitivamente era un hombre afortunado.

—¿Sabes?— dijo el rizado tomando la mano de Keyla y llevándola a la habitación, eran cerca de las once de la noche. Las niñas se habían ido a dormir y ellos también lo necesitaban. — Joseph me dejó plantado en el almuerzo y a que no adivinas por qué...

Keyla estaba al tanto de todo lo que sucedía con Joseph, porque a veces Greg necesitaba hablar de eso con alguien y quien mejor que su esposa.

—¿Salió con el chico de los tatuajes?

—Si— el rizado soltó una risa— lo hubieras visto todo emocionado. Hacia mucho que no lo veía actuar de aquella manera, como si fuera un adolescente.

—Tal vez sea el momento para que rehaga su vida. —Keyla empezó a deshacerse de su ropa para colocarse el piyama. —Porque Amanda lo esta haciendo.

—¿A qué te refieres?

—Es que no te lo había dicho— ella sonrió con disculpa y se sentó sobre la cama con las piernas cruzada al estilo indio. —El otro día me encontre con Amanda en el super y estaba acompañada de su novio, Glen Morris, un dentista.

—Vaya— Era bueno saber que Amanda estaba rehaciendo su vida, tal vez eso ayudaría a que Joseph haciera lo mismo. —Espero que le vaya bien.

—También yo...

El teléfono de Keyla empezó a timbrar justo en ese momento. Fue uno de eso extraños casos en los que hablas de una persona y de alguna manera la invocas, porque la llamada era de Amanda Kingsley.

—Es Amanda— susurró Keyla con los ojos llenos de desconcierto. Y no le quedo más que responder —¡Hola Amanda! ¡Qué sorpres...! ¿Hablar con Greg? — parpadeó confusa y el rizado empezó a hacerse una pequeña idea de lo que podía estar pasando y de verdad esperaba equivocarse. —Si, te lo comunico ahora...