You are my trouble

15.- Gemma.

-¿Salimos hoy?- Le pregunté a Madeleine por mensaje de texto.

-Lo dudo mucho, cariño, iré al cine con Nicolas y unos amigos, lo lamento;)

-¿Estarás ocupada hoy?- Le mensajeé ahora a Emily. Ella no estaría ocupada, ¿cierto? Aron no estaba en la ciudad, creo.

-Un poco, Aron llega hoy y me ofrecí a buscarlo junto con su familia. Ya sabes, tengo que ir ganando puntos con sus familiares. Xoxo.

Última oportunidad, no me defraudes Gemma.

-¡Gemma! Dime por el cielo que no saldrás con Charlie, porque si me dices eso juro que mataré a alguien.

-Calma, leona, estoy desocupada, ¿quieres salir un rato? Vamos al café que está en el centro, ¿te parece?

Acepté y sonreí por primera vez desde que me había levantando. Hoy tenía ganas de salir con mis amigas y todas estaban ocupadas con sus relaciones/no relaciones, aún no sabía cómo definirlas.

La mía tampoco era muy normal que digamos.

Bajé y me senté en las escaleras de la entrada de mi casa. Esperé un par de minutos hasta que el carro de mi pelirroja amiga se estacionó frente a mí. Me levanté y me monté en el asiento del copiloto.

-Vamos, suéltalo.- Me dijo poniendo en marcha el auto.

-¿Qué?- Pregunté distraída.

-Estás molesta, ¿qué pasó? ¿Fue James? Rubio de…

-¡Gemma! No fue James, con él está todo excelente, pero me siento excluida de la vida de mis mejores amigas.- Contesté un poco deprimida.- Desde que volvimos de la playa no he hablado ni con Made ni Emily, sólo contigo y fue hoy. Han estado muy ocupadas con sus cosas que…- Lo pensé antes de hablar.- Siento que no confían en mí o que no quieren contarme nada.- Gemma volteó a verme dejando el camino del lado.- ¡Gemma, ve por dónde vas!- Le reproché cuando el carro se dirigía directamente hacia la acera. Ella lo controló de nuevo y no dejó de ver la carretera.

-Fue solo una semana, Anabell, no exageres, ¿sí? Ninguna ha tenido una relación antes, están extasiadas nada más, no es que ya no confíen en ti. Espera uno días, no te sientas mal.

-¿Y qué pasa si prefieren a sus novios antes que a mí? No quiero ser la segunda opción que les quede cuando quieran salir a hacer algo.

-Anabella Beckhold, mi latina hermosa, ellas te aman y nunca te dejarían de lado, de hecho, a mí tampoco me han hablado, solo debes tener paciencia, dales chance de darse cuenta que tienen que balancear la relación con sus amistades.

Resoplé y el vidrio del carro se empañó, hice una carita feliz y reí. Tal vez ella tenía razón y yo solo era una exagerada.

Lo eres, Anabella, eres una exagerada.

Pensándolo bien, creo que si exageraba mucho, yo fui igual cuando Eric y yo comenzamos a salir.

Eric…

Hace tanto que no hablaba con él, lo extrañaba en serio, a pesar de haber sido mi novio, fue uno de los mejores amigos que tuve y esas conversaciones hasta la madrugada eran lo más divertido que había en esta vida.

-Llegamos, rubia.- Me avisó Gemma. Volteé los ojos ante su comentario. Nos bajamos del carro y caminamos hasta las puertas del local.

-No soy rubia, soy castaño claro, creo que eso ya había quedado claro.- Ella pasó su brazo por mis hombros y se rió.- Eres un dolor en el trasero, rojita.- Entramos al local, pedimos nuestros cafés y nos sentamos en unos sillones a un lado de la cafetería.