James
-Te dije que te mantuvieras alejado.- Grité al celular que tenía en mi oreja.- ¡No me importa si venías borracho!- Caminé con la mano en el aparato hasta el baño.- ¡Casi matas a la novia de Nicolas!- Golpee el lavábamos.- Jonathan, aléjate de nosotros, haz algo con tu vida lo único que haces es traernos más mierda a la nuestra.- Colgué y me lavé la cara para estar listo antes de que Anabella llegara.
Ya habían pasado unas semanas desde que la había visto por última vez y estaba loco por probar sus labios de nuevo.
“Sé que vas en serio con Anabella, ¿cuándo le dirás todo?”
Esas fueron las palabras exactas de Nicolas ayer cuando hablamos por teléfono. Yo quería decirle todo sobre mí pasado a ella, la amaba más que nada, pero el miedo que se formaba en mi pecho al pensar en ella dejándome por todo en lo que mi vida era hace dos años me paralizaba.
Nicolas no se quedaba atrás, pero él tuvo más cerebro que yo a la hora de ir a un bar y tomar de más o de meterse en una pelea callejera.
Salí del baño y me lancé en el sofá para poder pensar un rato. Desde que comencé a salir con ella siempre tuve en mente contarle los problemas que tenía en el pasado y que, pueden o no, afectarme en el presente, pero era un cobarde de primera.
Traté decirle un millón de veces, pero sus ojos verdes te veían tan dulcemente que hacerlos llorar era simplemente impensable.
Alguien tocó la puerta y me levanté para abrirle. No dudé ni dos segundos cuando ya tenía sus labios sobre los míos. La tomé de la cintura y cerré la puerta tras nosotros.
-Un simple hola también hubiera estado bien.- Me dijo con la respiración entrecortada después del beso.- ¿Adónde iremos?
-De hecho, pensé que podríamos quedarnos aquí.- Respondí esperando que aceptara. Lanzó su bolso a la mesita que había en frente del sillón y se lanzó en él.
-Me alegro que digas eso porque hoy One Direction se presenta en vivo y adivina quienes van a verlo.
Suspiré.- ¿En serio me harás ver a esos niños brincando de un lado al otro cantando?
-Puedes irte si quieres, yo estoy muy cómoda aquí.- Me guiñó un ojo.
-Ni lo creas, señorita, es mi casa.- Reproché sentándome a su lado.
-Pero yo tengo el control remoto.- Lo movió enfrente de mi cara. Traté de quitárselo, pero fue más rápida que yo. Encendió la tv y me besó la mejilla.- Solo por hoy, por favor.
Volteé los ojos y acepté.
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-¡Don't look back, baby follow me! - Susurró en mi oido.- ¡I don't know where I'm going but I'm finding my way. Same old sh*t but a different day!- Literalmente gritó en mi oido.
-Pequeña, si cada vez que oyes a One Direction te vas a lanzar a mi espalda y cantarme desafinado en el oído, empezaré a restringirte el acceso a mi apartamento.
-Tú fuiste el que se paró del sofá para no seguir viéndolos, yo solo te detuve.
-¿Lanzándote sobre mi espalda? Digo, no es que me moleste tenerte encima de mí, pero quisiera que fuera una situación diferente.- Dije seductoramente. Sabía que estos comentarios la ponían incómoda.
-Repito, eres un depravado sexual.- Respondió bajándose de mi espalda. Me volteé y la pegué a la pared.
-Soy todo lo que tú quieras, pequeña.- La besé desesperadamente, como si ese beso pudiera decirle todo lo que quería confesarle.
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You are my trouble
Novela JuvenilEn un perfecto cliché del destino, Anabella y James se vuelven a encontrar al otro lado del océano, un año después y en una boda. Ninguno con muchas expectativas de quedarse en la vida del otro, pero nada sale como esperamos. Ella es muy cabezota pa...