Sorpresa #2/ Sustos en el estacionamiento.

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-Ya James, deberás calmarte, sé que algo debió pasar para que él no viniera.

-¿Qué tan importante tuvo que haber pasado como para que mi propio padre no viniera a mi cena de aniversario?

-No lo sé, ¿has intentado llamarlo?

-Ni por asomo.

-¡James!- Le grité.

Hace ya dos días que habíamos tenido la cena de aniversario y James todavía le daba vueltas al asunto de que ni su padre, ni su esposa ni Mason habían venido. Entendía que estuviera molesto por eso, pero si no lo llamaba nunca sabríamos porqué habían faltado.

-No lo quiero llamar, pequeña, a ninguno. Mason ya tiene quince años y perfectamente pudo venir por su cuenta.

-¡Es tan solo un niño!

-Un niño de quince años capaz de venir por su cuenta.

-¿Y hacer qué aquí? ¿Aburrirse en una reunión de puros adultos y dos niños que aún no llegan a los dos dígitos de edad?

-¡Sí!

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-Pequeña...

-Mmhmm.- Dije medio dormida.

-Despierta.- Acarició mi mejilla.

-¿Max necesita algo?

-No...

-¿Entonces?- Contesté algo molesta de que me despertara sin razón.

-Alguien lleva media hora tocando el timbre de abajo y el vigilante dice que entraron al estacionamiento tres personas que no conocía.

Me levanté sobresaltada y me senté en la cama.

-¿Estás seguro que eso nos incumbe? A lo mejor son amigos de algún vecino.

-No. Jack dice que entraron directo a nuestra zona del estacionamiento.

Suspiré cansada.- ¿Y por qué Jack no va a revisar? Es el guardia del edificio, ¿no?

-Dice que vio a alguien entrando con un arma y la suya no funciona realmente, es solo para asustar.

-Tienes que estar jodiéndome...- Me pasé las manos por mi cara y me levanté.- Revisa que Max siga durmiendo. Sacaré tu arma de la gaveta y bajamos.

-Dominante la pequeña.- Dijo James con tono gay.

Volteé los ojos y me vestí para tomar el arma de James y esperarlo en la entrada. Bajamos en el ascensor y yo solo podía pensar "por favor que solo sean borrachos"

Llegamos al piso del estacionamiento y nos bajamos con mucho silencio. Abrimos la reja y buscamos entre la oscuridad el puesto que nos correspondía para nuestros carros. Solo eran dos puestos los cuales estaban ocupados por el carro de James y el mío ya que, cuando nació Max, James tuvo que decirle adiós a su moto para comprar algo más seguro para su bebé.

Cada día se lamentaba de no tener a su pequeña moto con él.

-Anabella, detente.- Me susurró/gritó James mientras ponía su brazo enfrente mío para que dejara de caminar.- Ahí.- Señaló unas sombras a unos metros.

-Mierda.- Susurré para que no nos oyeran. El arma de James temblaba en mi mano así que se la di a él antes de que apretara el gatillo sin querer.- ¿Qué haremos?

-Esto.- Apuntó al techo y disparó. Me tapé los oídos al instante y sentí mi corazón latir fuertemente. Las sombras hicieron un movimiento como si estuvieran volteándose y mi corazón se aceleró el doble, si es que eso era posible.- ¿Quiénes son?- Gritó.

You are my troubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora