Capítulo Especial.- Perdidos.

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NOTA: Éste capítulo está contado en su totalidad como un narrador omnisciente (lo sé, es raro)

Nicolas había convencido a Madeleine de ir a la licorería más cercana para comprar algunas botellas de alcohol para celebrar, sin embargo, en el camino Nicolas perdió el rumbo por estar enfrascado en una entretenida conversación con la chica de al lado.

Era tan hermosa bajo la luz anaranjada que desprendía el cielo atardecido, que no cruzó en la cuadra que debía y habían caminado sin rumbo durante una hora hasta que Madeleine advirtió que habían llegado al final de la playa; una zona alta con rocas puntiagudas desfilando debajo de ellos.

-Nicolas, ¿dónde estamos?- Preguntó Madeleine asustada por la altura a la que se encontraban.

-Las rocas…- Respondió pensativo dándose cuenta de dónde se encontraban. Aquel sitio había significado uno de los peores momentos de su vida.

-Gracias por la observación.- Madeleine se consideraba una rubia inteligente, pero justo ahorita sus neuronas estaban fundidas y atrapadas por el miedo de caer.

-Made…- Nicolas volteó a verla.- yo… no sé cómo volver a la cabaña.

Perfecto, nos perdimos.- Gritó una vocecita dentro de la cabeza de la chica rubia. Ésta se sentó lo más alejada que pudo del borde del abismo e invitó a su compañero a sentarse con ella.

-Juguemos a algo, ¿sí?- Preguntó emocionado Nicolas.

-Supongo.

-Es como “diez preguntas”, pero con menos preguntas, yo lo modernicé.

-¿No te parece eso un cliché? Digo, todos  juegan a eso.

-Pero juegan a diez o más preguntas,  aquí sólo serán dos.- Fijó su vista en el sol que se ocultaba ya casi por completo.- ¿Por qué eres tan cerrada en el tema del amor?

Madeleine abrió los ojos como platos, claramente impactada por la pregunta. Ella esperaba algo más “¿Si hubieras podido comer una sola comida, cuál sería?”

-¿Debo decir la verdad pura?

-Eso es lo divertido del juego.

-Bien.- Suspiró.- Supongo que me cierro tanto porque de pequeña la gente siempre decía que nunca tendría un novio y se burlaban de que nunca había besado a nadie, y todo eso sigue siendo cierto hasta el día de hoy, pero esas burlas me dolían y creo que eso logró que le huyera al amor.- Contestó sintiendo como un peso era retirado de sus hombros. Nunca había hablado de eso y se sentía bien compartirlo con alguien.- Mi turno, ¿has tenido alguna novia?

-Si.- Contestó en un solo monosílabo.

-Eso no se vale, estas eludiendo mis preguntas de manera inteligente.

-Pero estoy diciendo la  verdad, así que entra entre las reglas. ¿Qué buscas en un chico?

-Estoy empezando a ver por dónde llevas este asunto de las preguntas. No es por sonar infantil, pero mi chico “ideal” sería algo como el de algún libro, supongo. No sé decirte con exactitud, nunca me he puesto a meditarlo.

-Cuando lo hagas, házmelo  saber.- Le guiñó un ojo y ella se ruborizó.

-Última pregunta, ¿por qué te gusto?

Nicolas definitivamente no esperaba esa pregunta, pero con gusto la iba a responder.

-No te mentiré, me atrajiste desde el primer momento en que te vi y sé que no llevo ni un mes conociéndote y me creerás loco por ir tan rápido contigo y haberte querido besar aquella vez, pero siento que si no me arriesgo ahorita, no lo haré después y eso me desespera demasiado.

You are my troubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora