25.- La verdad.

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-James, yo… Yo puedo explicarlo.- Tartamudeé entrando al departamento. Estando en el club James no quiso empezar una pelea frente a todos, así que tuvimos que conducir cada uno en su vehículo hasta su casa.

-¿En serio? Me encantaría escuchar eso.- Cerró la  puerta de golpe y se dirigió a la cocina para sacar una lata de cerveza.

Tomé valor y hablé en un solo respiro.- El último mes y medio has estado recibiendo esas llamadas extrañas, le gritas al celular y dices que te tienes que ir. En las semanas pasadas has estado muy ocupado con “asuntos importantes” de los cuales no me dices nada. No quiero ser una novia psicópata, pero no me cuentas nada, ¿cómo te sentirías tú si te enteraras que tu novia tiene un medio hermano? ¿O si lo único que sabes de ella es su nombre?

Resopló y se pasó la mano por el cabello.- Hay una explicación del porqué no te he dicho nada y es que te quiero mantener alejada de toda la mierda que cargo encima.

-¿Y excluirme de tú vida te parece una buena manera?

-¡¿Qué más podía hacer?!

-¡Confiar en mí, James! ¡Decirme qué pasa!

-¡Tú fuiste la que me siguió hasta el bar!

Tomé aire y mantuve la calma.- Si me hubieras contado algo sobre tu vida, tal vez no hubiera visto la necesidad de seguirte.- Dejó la cerveza en una mesa, se acercó y tomó mi rostro entre sus manos.

-Pequeña, te quiero proteger, ¿bien? Quisiera poder decirte todo, pero mientras más alejada estés mejor será para ti.

-James, no quiero estar alejada de tu vida.

-Pero…

-No es tú decisión mantener alejada o no, es mía, acéptalo o déjalo.- Se apartó de mi y subió al mesón de su cocina.

-Ven.- Palmeó el sitio al lado de él y di un brinco para sentarme a su lado.- Mi madre y mi papá se conocieron en un bar, como los tuyos, sólo que eran circunstancias diferentes…- Tomé su mano para que siguiera hablando.- Mi mamá solía ser una dama de compañía, mi papá pidió sus servicios y... Ya te imaginarás qué pasó luego. Papá la sacó de esa vida al dejarla embarazada de mi, ellos pensaron que ese era el inicio de una nueva vida, pero ella simplemente era lo que era y no podía separarse de su pasado. Cuando yo tenía nueve años me presentaron a un niño llamado Jonathan, me dijeron que él iba a ser un hermano menor, así que lo primero que pensé fue que mi madre había tenido a un hijo de siete años directamente de tu estómago.- Rió por lo bajo.- Estúpido, ¿cierto? Pero tenía nueve años y no entendía de la vida.

-Pero el señor del bar dijo que tu madre lo había dado a luz cuando tú tenías nueve, ¿el niño no debería ser de doce años?

-Mike le dice eso a todos.- Volteó a verme por primera vez desde que llegamos al departamento.-  No quiere que la gente piense peor de mi, algo un poco complicado de lograr.

-¿Y la gente qué piensa? ¿Que estás arreglando algunos problemas con un niño de doce años en un bar del centro?

-De hecho, no, él suele decir que estoy con un Jonathan diferente.- Sonrió tristemente.

 -Si lo pienso mejor me doy cuenta de que la historia que me dio estaba un poco confusa.

- No es la persona más inteligente que haya conocido.-Apretó mi mano.- Volviendo a la historia. Bien, Jonathan llegó, pero mi mamá se fue. Por un tiempo él vivió conmigo y mi papá, pero un día mi madre llegó a casa y se lo llevó a la fuerza. Lo arrastró con él a su mundo de puta, creció entre drogas, bares y todo lo que tus padres te han advertido desde que eres una niña. No entendía qué pasaba hasta que cumplí trece años y nació Mason, mi padre pensó que ya era mayor para entender todo y me explicó el problema. Mi madre se había acostado con un cualquiera cuando yo tenía dos años y quedó embarazada. El matrimonio de mis padres siguió como si nada hubiera pasado, pero mientras mi papá y yo no mirábamos ella salía y seguía trabajando en el bar de siempre.

You are my troubleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora