-Gemma, me estás asustando.- Dije caminando hacia atrás, pero golpeé con una mesita.
-Anabella, yo debo confesarte algo…- Se detuvo a un par de metros de mí y, aún en la oscuridad, pude ver como su rostro cambiaba y una sonrisa se colaba en él.- ¡Feliz cumpleaños!- Acto seguido se prendió una luz, se escucharon gritos y varias personas gritaron “¡Sorpresa!”
Grité de la emoción.- Pero mi cumpleaños no es hasta mañana.- Recordé.
-Esto es una fiesta por adelantado, mañana iremos a celebrarlo los siete en otro lado.- Explicó Gemma.
-¡Feliz cumpleaños, cariño!- Me gritó Madeleine abrazándome. Sonreí y acepté su abrazo.
-¡Estás vieja!- Fue la felicitación que me propicio Emily. Reí y la abracé con gusto.
-Yo pensé que no querían hablarme.- Confesé apenada.
-Todo fue una mentira, nena, estábamos organizando tu fiesta.- Explicó la pelirroja colocándose a mi lado.
-¿Toda una semana?
-Sí, bueno, los primeros tres días si fueron porque estaban hipnotizadas con sus parejas, los otros días fueron en la preparación de todo esto.- Reí de emoción al saber que mis amigas no me estaban ignorando.
-¡Anabella, feliz cumpleaños!- Se me lanzaron encima Nicolas y Charlie aplastándome como a un maní.
-No te conocemos mucho, pero te trajimos un pequeño regalo.- Dijo Charlie señalando la mesa con la que había tropezado hace rato y que estaba llena de bolsas y paquetes con un lazo arriba.
-Gracias por venir.- Les dije a todos mis amigos.- ¡Y a ustedes también!- Le grité a las personas que estaban bailando con la música que alguien había puesto o hablando en los sillones. No superaban las treinta personas, pero a todos los reconocía; varios de la universidad, uno que otro de mis vecinos, compañeros de mi anterior trabajo en la tienda de animales, sin embargo no veía a una persona en concreto.
-Oye, Gemma.- Le dije viendo hacia la sala.- ¿Dónde está…- No pude terminar porque una voz me interrumpió detrás de mí.
-Pensé que tardarías más tiempo en preguntar por mí, pequeña.- Comentó James. Volteé y pude ver una sonrisa burlona en su cara. No tuve chance de hablar porque se aproximó a mí y agarró la trabilla de mi pantalón y plantó sus labios sobre los míos.
Oh dios, si que extrañé eso.
El beso no era suave y lento, pero tampoco era fuerte y exagerado. Estaba en las nubes en esos momentos, pero pude escuchar los silbidos de las personas y los gritos obscenos.
¡Encuentren un cuarto!
¡Hay menores presentes!
¡James, amigo, espero que vengas preparado!
Aunque no lo quería creer, esos gritos habían sido aportados por Emily, Nicolas y Charlie. Los mataré en otro momento que no tenga a un rubio comiéndome la boca.
-Feliz cumpleaños, pequeña.- Susurró James separándose de mí.
-El mejor de todos.- Respondí acercándome a su oído. Los silbidos aumentaron y me reí volteándome a ver a mis amigos.- Son unos pervertidos.- Bromeé.
-No éramos nosotros los que le comíamos la cara entera a James.- Dijo Emily aguantando la risa.
-¡Dejen el show y vengan a bailar!- Nos gritó uno de mis vecinos. Tomé la mano de James y todos fuimos a la pista de baile improvisada en la sala de Charlie.
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You are my trouble
Ficção AdolescenteEn un perfecto cliché del destino, Anabella y James se vuelven a encontrar al otro lado del océano, un año después y en una boda. Ninguno con muchas expectativas de quedarse en la vida del otro, pero nada sale como esperamos. Ella es muy cabezota pa...