— Dime, si tú te enamoraste de él, dame una buena razón para que ella no lo haga — a Jaeden toda esta situación le había cansado. Solo que él no se daba cuenta que estaba pasando por lo mismo que Millie.Millie amaba a Finn, Finn amaba a alguien más.
Jaeden quería a Millie, Millie amaba a alguien más.
— Sadie no está enamorada. — Millie negó bebiendo su malteada — La conozco.
— Mills — Ouch, Finn solía llamarla así — Es tiempo que dejes de aferrarte a alguien que te hace daño, y que solo te hace sonreír por momentos, y lo que más hace es destrozar tu corazón.
— Lo hace involuntariamente Jae — suspiró con pesadez
— Deberías darle la oportunidad a alguien más Millie. A alguien que de verdad te quiera — Jaeden se armó de valor.
Desde hace unas semanas después de lo ocurrido en la biblioteca, Jaeden y Millie se han convertido muy unidos. Lieberher había caído rendido a los pies de Millie desde aquel día. Y hoy, después de tres semanas, se lo diría.
— No hay nadie más.
— Si lo hay. — Millie giró levemente su cabeza. Estaba confundida. Jaeden suspiró, y se acercó lentamente a ella, esperando que Millie se alejara, y así fue.
Amigos míos, esto no es un cliché. Esto es la vida real. Y con real me refiero a cruel.
— ¿Te gusto? — preguntó seria
— Mucho — Jaeden miró sus manos.
— Podría intentar corresponderte — sonrió de lado. ¿De verdad lo intentaría?
Sí. Lo haría, porque si esto le estuviese pasando a ella le gustaría que hicieran lo mismo.
— ¿Lo harías? — Millie asintió, y se acerco al rubio dándole un casto beso.
— Wow — Jaeden pegó sus frentes. Este era su primer beso y este inició Lieberbrown.