Desde que había memoria, Sadie, Finn y Millie han sido inseparables.
Finn era nuevo en aquel pueblo, y las familias Sink y Brown eran Roomies. O sea que ambas vivían en la misma casa.
Una bastante grande, los padres de Sadie eran mejores amigos con los de Millie desde siempre. Tenían una vida perfecta, una amistad perfecta, hasta que llegó cierto Canadiense a revolotear su corazón.
Déjenme les explico como es que empezó todo
Millie había ido a comprar golosinas para su tarde de películas con su mejor amiga, topándose con aquel chico de cabello alborotado que se convirtió en su mejor amigo, y de coincidencia era su vecino de al lado. ¿Que mejor?
Desde ahí ambos muchachos se hicieron unidos, se sabían todos sus secretos, Finn era uno más del grupo. Hacía falta un hombre entre ambas chicas. Las cuales eran muy iguales en la mayoría de los aspectos psicológicos.
Pensaban igual, sus expresiones eran las mismas, su manera de vestir era similar. Compartían demasiadas cosas en común. Hasta se habían enamorado del mismo chico. Pero una de ellas nunca lo dijo.
Y así es como nació Fadie.