11 de febrero.

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Hoy, es el día en que Millie y Finn se conocieron, hoy es el día en que su amistad estaría de aniversario, pero si Millie no le tuviera resentimiento a Finn sería distinto.

Hoy, el hermano del rizado tenía que viajar, por temas de su trabajo. Mientras iban en el auto Nick le aconsejaba al pequeño Wolfhard de como disculparse, pero Finn no le prestó atención, iba concentrado en el camino del aeropuerto.

Hoy se cumplía un mes y una semana desde la partida de Noah, ambos castaños han estado en contacto todo el tiempo, no se les escapa ningún detalle. Y por eso es que Millie lo recordó, como podía olvidarlo. Se levantó de un brinco de la cama, se baño, vistió y arregló y se fue camino al aeropuerto.

Cuando llegó buscó por todos lados y lo vió, un avión, un bendito avión. Estaba ansiosa, miraba a todos lados hasta que lo vió a él. Ese rizado al cuál quería demasiado.

Nick Wolfhard.

Llegó hasta él y lo abrazó con mucha fuerza, Nick se iría a Europa por temas de su trabajo, y por nada del mundo se permitiría no despedirse del que fue como su hermano mayor durante 16 años.

Mientras Millie y Nick se abrazaban, el menor de los Wolfhard pensaba que estaba alucinando, pero luego realizó. ¡Hoy era su día! ¡Millie había venido al aeropuerto porque era su día! Que genial, ella ya no lo odia, Schnapp se había ido, la vida estaba a favor de él en este momento. Así que cuando Nick subiera al avión, Finn iría a hablar con Millie y la abrazaría como nunca.

Cuando el momento llegó, cuando Nick subió al avión, vió como Millie lo miraba con cariño, así que comenzó a acercarse lentamente, estaba a unos cuantos metros de distancia, pero el rizado se detuvo de golpe.

Noah estaba ahí.

Si, Noah estaba ahí, Millie creía que estaba soñando, ¡NOAH ESTABA AHÍ! Oh Dios mío. Sin pensarlo dos veces la castaña corrió hasta él, lanzándose encima, enrollando las piernas en el torso del ojiverde, haciendo que este soltara sus maletas, la gente de alrededor miraba la escena con ternura.

— ¡Dios mío estás aquí! — Millie lo abrazó con fuerza temiendo de que eso si fuese un sueño, sigilosamente se apretó para comprobar que era real. Dios, estaba tan feliz. — ¡Estas aquí Noah, estas aquí!

— Estoy aquí Millster — Noah apretó la pequeña cintura de la chica — Aquí estoy  — dijo mientras la pequeña Millie bajaba del torso del castaño

— ¿Por qué no me dijiste que vendrías? — preguntó con lágrimas de emoción — No sabes cuanto te extrañé Schnipper — Millie volvió a abrazarlo

— No te dije porque tenía una sorpresa — Noah sonrió. Esta chica lo tiene totalmente loco.

— ¿Cual? — Millie miraba a todos lados buscando sea lo que fuese la sorpresa

— Yo — Noah se apuntó a si mismo con sus pulgares — Por favor, quien no querría a un Noah Schnapp. — Millie lo empujó juguetonamente para luego abrir su boca para decirle algo, pero fue interrumpida por un dedo tapando sus labios, indicando a que guarde silencio. — No boba, esa no era la sorpresa — el castaño rió — Cierra tus ojos.

— ¡Listo! — dijo Millie. Noah abrió su maleta con sumo cuidado, pues seguían en el aeropuerto, y tenía miedo de que alguien rompiese lo que estaba por darle a la chica. — ¿Ya puedo abrirlos? — habló con emoción. Cuando Noah musitó un 'Mhm' vió como el castaño estaba arrodillado con un enorme ramo de margaritas.

Sus preferidas.

— No sabes cuanto me aguante por pedirte esto — Noah negó sonriendo completamente enamorado — No sabes cuanto me alegra haber encontrado a alguien como tú, que me comprenda a la perfección. Se que tienes miedo a volver a enamorarte, lo se perfectamente, porque yo también lo tengo, pero estoy corriendo el riesgo. — Millie lo miraba totalmente feliz. — Y me pregunto, si te gustaría correr este riesgo conmigo. — Millie asintió muchas veces, mostrando lo emocionada que estaba. — ¿Millster, te gustaría ser mi novia?

— Me encantaría ser tu novia Schnipper — Millie sonrió totalmente feliz. Noah se levantó, le entregó el ramo de margaritas y la abrazó, con fuerza, sin querer soltarla nunca. Estuvieron así unos minutos, sintiendo como si solo ellos existiesen en este momento. Por que este momento era netamente suyo.

Se separaron de su abrazo y se miraron profundamente, demostrando todo lo que estaban dispuestos a hacer el uno por el otro. Ambos sonrieron, y se besaron, se besaron con ternura, con deseo, con cariño, con amor. Sintiendo todo en aquel beso.

Pero nunca  sintieron la presencia del rizado que estaba a unos cuantos metros, con los ojos aguados mirando la escena con el corazón totalmente roto.

Feliz 11 de febrero, Feliz aniversario Mills.

F I N

Demasiado tarde. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora