Es mi primer día de clases en otra escuela y voy tarde. No es porque yo quisiera, mamá y papá estuvieron tomándome fotos como si fuera aún una niña de pre-escolar. Papá me trajo, en todo el camino hacia el nuevo instituto me dio instrucciones explícitas de cómo podría volver a casa luego de clases. Estaba nerviosa desde que puse mi trasero en el asiento del copiloto, no sólo porque sabía que me perdería de regreso sino también que me asustaba iniciar en un nuevo lugar.
Lo entendía y tampoco es que tuviera un montón de amigos en mi otro instituto para estar molesta o triste por habernos mudado. Siempre he sido una chica solitaria y aplicada, nunca he estado fuera de las reglas. Me destacaba en el dibujo, papá es un arquitecto que poco a poco ha estado engrandeciendo su nombre, él me ha ensañado todo lo que sé. Su trabajo fue una de las razones que nos llevaron a este lugar.
Cuando me dieron la noticia de que estaría en otro instituto no hice ningún drama. En el último día me despedí de las pocas amistades que tenía y emprendimos rumbo hasta acá.
Y aquí estoy, caminando algo perdida por el Instituto Greenwood buscando la Dirección para que se me fueran asignadas mis clases.
Veo los dígitos de la hora en mi celular, pronto sonará la campana y yo aún sigo aquí, a la mirada extrañada de algunos a mí alrededor. ¿Qué? ¿Acaso tenía algo en la cara?
Finalmente tomo un respiro y me acerco a una chica que está recogiendo algunas cosas en su casillero, es la más inofensiva que puedo encontrar para preguntarle.
—¿Hola? Disculpa que te moleste—Doy tres toquecitos en su hombro y ella se da la vuelta poniendo su atención en mi—. Soy Daisy Rogers, soy nueva y me preguntaba si podrías decirme hacia donde está la Dirección.
La chica me sonríe y extiende su mano.
—Soy Amy Butler y claro, yo misma te llevo.
Amy me deja en la entrada de Dirección explicándome que debo hablar con la secretaria del director para que me dé la información. Me despido de ella agradeciéndole para luego entrar, escucho dentro que la campana suena indicando que las clases han iniciado y yo me pongo aún más nerviosa. Eso significaba que tendría que interrumpir una clase, odiaba interrumpir clases, todo el mundo se te quedaba mirando como si fueras un espécimen.
—¿Hola? Soy...
—Daisy Rogers, te estábamos esperando, cariño.
La señora muy amablemente me da la información pero me dice que no puede acompañarme a mi salón. Gracias a Dios me da algunas instrucciones de cómo llegar.
Camino por los largos pasillos que son como laberintos en estos momentos ante mis ojos, pero finalmente lo encuentro. Salón J, con el profesor Riggs. Veo por la ventanilla y si, como me temía, el profesor ya está dando clases y todos están atentos a él. Empiezo a sudar, levanto mi puño para golpear pero me detengo, ¿debo tocar o solo entrar?
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Régalame un lápiz: Versión extendida.
Romance¿La típica historia de amor en donde el chico choca con la chica accidentalmente, se miran fijamente a los ojos y es amor a primera vista? Primero, no chocamos. Segundo, trato de no mirarlo. Y tercero, no creo que haya sido amor a primera vista. Él...