Después de clases me dirigí directamente a casa para descansar, tal vez leer un buen libro o dibujar. Lo malo de no tener muchos amigos es que no tenía muchas personas con las que compartir mi tiempo. La mayoría del tiempo la pasaba en casa o estaba en casa de Amy. Para ella era igual, nos teníamos una a la otra.
Cuando llegue a casa mamá solo me saludó y yo salí corriendo hasta mi habitación, me di una ducha fría y después tomé mi cuaderno de bocetos. Me encuentro sentada en el pequeño muro que tiene la ventana de mi habitación. Sostengo mi lápiz de dibujo y trazo finas líneas a través de la hoja blanca de mi cuaderno de bocetos. A medida que ha pasado el tiempo papá me ha regalado varios cuadernos en donde he podido desarrollar mi habilidad para el dibujo, sé que un futuro los ocultaré con algo de vergüenza. Mi primer cuaderno de bocetos me lo dio papá a las siete años, ese es el cuaderno que está oculto en el lugar más recóndito de mi habitación, digamos que los muñequitos de palos y los soles cuadrados eran mi fuerte a esa edad.
Aún no consigo una forma por más que sigo haciendo trazos suaves sobre la hoja, debo admitir que estoy totalmente distraída con el recuerdo de Connor Pirce, pero no lo malinterpreten, el chico intocable me debía tres lápices y no los devolvía, ¿será que debía pedírselos? Aunque técnicamente se los había regalado, pero pensé que iba a comprarme los lápices que me había pedido y entregármelos, ¿no? Eso es lo más decente que puede hacer una persona.
Pero claro, esta ese pequeño detalle en donde él todavía me sigue pidiendo más y más lápices cosa que me estaba afectando gravemente, ¡no tenía más reservas y necesitaba comprar más lápices de dibujo!
Empiezo a notar que mi dibujo ya está tomando forma pero cuando descubro que es lo que mis dedos han obligado a trazar, me quedo pasmada.
Joder. Era Connor... o bueno, la silueta de Connor. No quiero presumir pero soy muy buena en los retratos, es lo que mejor se me da, por lo que cuando inclino la cabeza para detallar mejor el dibujo solo puedo ver a Connor Pirce en todo su esplendor, aunque todavía me falte dibujar los ojos, nariz y boca.
Muevo mi cabeza en negación y procedo a arrancar la hoja del cuaderno haciéndola una bola y desechándola en la papelera a un lado de mi escritorio. Decido bajar al despacho de mi papá a buscar una caja de lápices de dibujo, se iba a molestar pero se le pasaría rápidamente, no me quedaba de otra, mi cuenta bancaria de menores solo tenía algunas telarañas por no depositarle ni un centavo.
Mi padre es arquitecto y necesita con más prioridad ese tipo de lápices, pero yo no podría dejar de dibujar, lo veo prácticamente imposible. El sentir rozar la punta de grafito en una hoja de cualquier color, me tranquiliza. A muchos le calma la lectura, la música o tocar un instrumento, para mí el dibujar, me transporta a un lugar feliz y tranquilo.
Abro uno de los cajones del escritorio de mi papá, ese donde guarda todos sus materiales para su trabajo y tomo una de las cajas de lápices de dibujo. Me cercioro de que sea la marca más económica y así el regaño de papá no sea tan fuerte. Salgo del despacho, entro a la cocina encontrándome a mi madre la cual está preparando un pollo, pero apenas ella se da cuenta de que estoy ahí me llama con su mano. Me aseguro de colocar la cajetilla de lápices en la parte trasera de mis pantalones para que mi madre no se dé cuenta de que los he agarrado sin permiso.
—Oh, Daisy. Menos mal que decidiste bajar. Ya los vecinos se instalaron—canturrea alegremente.
— ¿Ya? Fueron rápidos. ¿A qué casa se mudaron?
—Donde vivían los Marshall.
¿Otra vez? En los últimos tres meses se habían mudado cuatro familias a esa casa, esta es la quinta. Una idea loca empieza formarse en mi cabeza.
— ¿Será que esa casa esta embrujada, mamá?—pregunto con miedo.
—No seas ridícula, Daisy. A lo mejor a los otros vecinos no les gustaba el lugar. Necesito que le lleves esto a la familia como bienvenida— Saca una torta del horno para luego pasarlo del molde a un plato. Miro a mi mamá con súplica. No quiero salir de casa—. Por favor, Daisy.
—Está bien—suspiro. Cojo el plato con la torta y salgo en busca de mis nuevos vecinos. Cruzo la calle, paso por el jardín de la casa color verde lima. Al estar frente a la puerta, diviso un timbre y lo presiono.
Unos minutos después, la puerta se abre mostrándolo a él, otra vez. Nombren la situación más cliché del mundo: descubrir que el loco de los lápices es tu nuevo vecino.
—Oh, hola, Daisy.
— ¿Qué coño haces aquí, Connor?
—Pues ésta es mi casa—responde mientras se toca el pelo.
Oh, eso fue sexy... Oh no, Connor malo, muy malo. Me quita mis lápices y ahora mi zona confort.
—¿Por qué se mudaron justamente a este vecindario?
—No lo sé, Daisy. Si quieres pasas y le preguntas directamente a mi papá—su sonrisita burlona me estresa.
Recuerdo que aún tengo la torta en mis manos y se la extiendo, él la mira curioso y con ese aire de arrogancia particular de los intocables.
—Mi madre les manda esto. Bienvenidos al vecindario—digo a regañadientes, sé que si digo otra cosa mamá se enterará y no solo tendré el regaño de mi padre por los tontos lápices sino también el de comportarme mal con los nuevos vecinos.
—Dile a tu mamá que gracias de parte de los Pirce—toma la torta sonrientemente y ahí se queda, mirándome, con su sonrisita.
Me doy cuenta que ya he terminado con mi deber, le doy un asentimiento y salgo corriendo de ese lugar como alma que lleva el diablo. No me doy vuelta, no veo su reacción, solo entro a mi casa con el corazón acelerado. Mi mamá viene a mi búsqueda supongo que para que le cuente como son los vecinos.
—¿Y bien?
—¡Más intocables, mamá!
—¿Intocables? ¿Pero de que estás hablando, hija?
Suelto un grito de desesperación y huyo de las preguntas de mi madre. Solo quiero entrar en mi habitación, sumergirme en mi cuaderno de dibujo y desconectarme del mundo.
Punto positivo de todo esto: al menos la caja de lápices que le quité a mi papá no se me cayó a medio camino.
1/3
Ganadora de la dinámica wattpad: Maria leon alias Angeles1607 <3 Espero que te haya gustado el capítulo.
Sigan leyendo, aun les quedan capítulos :)
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Régalame un lápiz: Versión extendida.
Romance¿La típica historia de amor en donde el chico choca con la chica accidentalmente, se miran fijamente a los ojos y es amor a primera vista? Primero, no chocamos. Segundo, trato de no mirarlo. Y tercero, no creo que haya sido amor a primera vista. Él...