Capítulo 27.

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Mamá se enteró de lo mío con Connor

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Mamá se enteró de lo mío con Connor. ¿Pueden creer que tenga Instagram? Yo no estaba enterada de eso y no sé cómo sentirme acerca de ello. Bueno, iré al punto, si mi mamá se enteró obviamente mi papá también lo hizo, así que sabía que lo enfrentaría en cualquier momento y sé que ese momento es ahora, por eso es que mi pie rebota varias veces sobre el suelo.

El timbre suena, mi papá y yo aún sentados en la isla de la cocina nos miramos fijamente y es en ese momento que la carrera hacia la puerta empieza... Lastimosamente no resulto ser la ganadora de esta contienda.

Mi padre, con su mirada de mil demonios y una mueca en su rostro abre la puerta aún sonriente Connor que luego de ver el genio de su muy reciente suegro empieza a encogerse en su sitio y su muy bonita—y sexy—, sonrisa es remplazada por una mueca. No me quejo, todavía se ve sexy.

—¿Tu otra vez por aquí?

—¡Papá!—me quejo al apenas llegar a su lado. Miro Connor, el cual me pide ayuda con sus ojos—. Ya tenemos que irnos, es algo tarde.

—¿Tarde? Pero cariño, entras dentro de una hora, todavía hay tiempo de sobra, ¿verdad, Connor? —Mi padre da palmadas fuertes en la espalda de mi novio, estoy segura que lo escucho resoplar un poco—. Y a Connor le gustaría entrar, ¿verdad, Connor?

Repite su acción de los golpes poniendo aún más incómodo a Connor. ¿Por qué esto me tiene que suceder a mí?

—Bueno, yo...

—¡Viste, hija! Pasa Connor, creo que tenemos mucho de qué hablar.

Mi padre arrastra al pobre Connor dentro de la casa, mamá desde la cocina lo saluda silenciosamente. Gracias a Dios Christie no está aquí, seguro para molestarme estaría ayudando a mi padre en este vergonzoso e incómodo momento.

Connor finalmente es arrastrado al sofá y antes de que mi papá le siga yo me siento a su lado, tomo su mano algo húmeda y empiezo a hacer suaves movimientos sobre ella. El pobre está asustado.

—Entonces, ¿cómo está la escuela, Connor?

—Emm muy bien, ya no me están castigando demasiado—Connor se pone blanco luego de decir eso. ¿Cómo se le ocurre decir aquello?—. No es que... me castiguen demasiado... pero ya sabe.

—No, no lo sé, ¿por qué no me lo explicas, Connor?

Connor está haciéndolo más fácil para papá.

—Señor Rogers...

—¿Sabes qué? Tengo una mejor pregunta para ti—Mi papá lo corta rápidamente—. ¿Cuáles son tus intenciones con mi hija?

—Yo emm... yo... Daisy...

—Ajá, tú y Daisy—invita mi padre a que prosiga.

Está bien, luz verde para salir de aquí cuanto antes.

Régalame un lápiz: Versión extendida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora