¿La típica historia de amor en donde el chico choca con la chica accidentalmente, se miran fijamente a los ojos y es amor a primera vista?
Primero, no chocamos.
Segundo, trato de no mirarlo.
Y tercero, no creo que haya sido amor a primera vista.
Él...
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Amy y yo llegamos al instituto a tiempo, ella estaciona algo lejos de la entrada porque los puestos más cercanos están ocupados. Realmente no me molesta caminar un poco, por Dios, Amy me ahorró un buen viaje.
—Gracias a Dios tienes un auto, la próxima vez que vea a tu padre se lo agradeceré.
—Tengo auto gracias a que el noventa y nueve por ciento de mi familia está loca, ¿recuerdas porqué mi papá me dio el auto?
Claro que lo recordaba, una de sus muchas primas se tuvo que quedar una temporada en su casa. La casa de Amy no es tan grande, por consiguiente ella tuve que cederle su habitación. Al parecer su prima destrozó mucha de sus cosas, obviamente la familia Butler se molestó y la dejaron en un hotel, pero Amy no estaba satisfecha y les echaba en cara a sus padres el llevar una destructora a la casa, específicamente a su habitación. Su padre para calmar sus molestias le compró un auto, creo que debería intentar eso con mis padres pero estoy segura de que no funcionaría el que yo me quejara con ellos, tal vez lo único que podría conseguir es un auto de juguete.
—Sí, lo recuerdo... ¿Podría tu familia adoptarme?
—Tú sabes muy bien que no te gustaría ser miembro de mi familia.
Tiene razón, su familia está loca, todos ellos lo están, son pocos los que son algo cuerdos, Amy está entre ese escaso grupo de personas.
Caminamos hasta la entrada del instituto, acompaño a Amy a su casillero para recoger sus libros, luego ella me acompaña hasta el mío. Cuando estoy cerrando el casillero una figura a nuestro lado interrumpe nuestra conversación sobre las evaluaciones que tenemos hoy. La vieja Montgomery se dirige a Amy mientras que a mí me ignora deliberadamente.
—Señorita Butler, la necesito en mi salón. Ya hable con el señor Gómez y le expliqué que no podrá realizar el taller.
—¿Y cuándo lo haría entonces, profesora Montgomery?
—Si haces las tareas que te daré satisfactoriamente yo le pediré al señor Gómez que elimine su taller. La espero apenas suene el timbre.
¿Profesora Montgomery, por qué mejor no me escoge a mí?
La vieja Montgomery nos deja atrás y supongo que se va a su salón, Amy me mira confundida y se encoge de hombros.
—Tal vez sea mi día de suerte.
—Y tal vez el mío sea otra vez horrible. Si tú no estás en el taller eso significa que no tengo pareja.
—¡Rayos, cierto! Sera mejor que hable con Montgomery para que otra persona la ayude.
—¿Estás loca? No, sabes que el taller de Gómez será horrible, líbrate de eso.
—¿Y tú?—me pregunta con preocupación. Tan linda mi mejor amiga.
