Capítulo 28.

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La noche no tan esperada llegó y mis nervios estaban a flor de piel

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La noche no tan esperada llegó y mis nervios estaban a flor de piel. Sabía que papá le haría la vida imposible a Connor y bueno, mi novio también contribuía a que pasarán esas cosas, todavía no puedo creer que comentara sobre sus múltiples visitas a detención esta mañana. Mamá sabía sobre esas cosas, le hablé sobre ello, incluso se carcajeó cuando vio a la vieja Montgomery ser pinchada con aquellos chinches hace unos años atrás. Papá por el contrario no sabía mucho sobre los intocables, pero una vez escuché que comentó con mi mamá que su vecino—el padre de Connor—, ya no hallaba que hacer con la mala conducta de su hijo.

Realmente espero que se haya olvidado de eso.

Connor y los intocables no eran mala conducta, solo eran demasiado... ¿Atrevidos?

Muchas veces odiaba las bromas que ellos hacían, en otros momentos no puedo negar que me hacían reír, pero siempre es divertido cuando le hacen las bromas a los demás, cuando te las hacen a ti... No es nada bonito. A veces me ponía en los zapatos de los demás. Como la vez en que el cabello de Mary Russell fue teñido de rosa, me reí demasiado, luego me sentí mal y me imaginé que yo tenía el cabello rosa. O la vez que a Lewis Black se le fue arrebatado su más grande orgullo, su cola de caballo, sip, él era el único chico de la clase con una y él estaba realmente orgulloso de ello. Tristan fue el culpable pero Bart también se culpó, seguido de los demás intocables. Entre ellos siempre se echaban la culpa, nunca quedaba un intocable fuera... Bueno, casi, Bart se divertía también solo, realmente le encantaba estar en detención.

Pero, a pesar de todas las bromas poco a poco he podido conocer los intocables y de una extraña manera u otra... No son solo bromas para ellos, es como si los intocables vivieran de ello. Adoran lo que hacen, ¿lo peor? Son jodidamente buenos en eso.

Mi teléfono suena despejando mis pensamientos, lo levanto y veo que Connor me ha enviado un mensaje, los nervios empiezan a comerme porque sé lo que significa, ya viene para acá.

Mi señora lápiz, llego en diez.

Estoy preparándome mentalmente para lo que sucederá esta noche.

Te quiero

–C.

Me rio en voz baja por su comentario. Si, se debe preparar mentalmente para esta noche.

Tal vez le di un par de tips a Connor, pero no lo ayudé demasiado, me gusta verlo nervioso, es gracioso, pero sabía que tendría que intervenir si mi padre se ponía... especial.

Enfundada en mi vestido color rosado y unos pequeños tacones, bajo cuidadosamente las escaleras.

Llego a la sala y me encuentro con papá viendo el béisbol, supongo que mamá estará en la cocina. Algo que tiene mi familia es que es cien porciento fanática de los Phillies de Filadelfia, el béisbol es como una religión y mi padre hace cumplirla, aunque me sigue pareciendo una tontería que adore tanto un equipo estadounidense.

Régalame un lápiz: Versión extendida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora