Capitulo 2:

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Eran casi las 3 am.

Seguíamos en la orilla de la piscina, Adam, el rubio que si estaba peinado, me ofreció un cigarrillo.

- Oh... Uhm... Lo siento, no fumo...- los cuatro se miraron y rieron.

En el transcurso de las horas sólo me había limitado a escuchar las cosas de las que hablaban, reírme de los chistes que hacían y mirar de reojo al moreno que no parecía inmutarse del frío.

De alguna extraña y retorcida manera, me sentia muy a gusto.

Como si realmente encajara con ellos.

Como si al fin hubiera encontrado un lugar en el cual encajara.

- Eres la sobrina de Desiree, verdad?..- pregunto George, el rubio despeinado.

- Uhm... Si, la conocen?..- a pesar del frío, sentí mis mejillas arder.

Apuesto a que era conocida como la niñita golpeada por el esposo de su tía.

- La madre de Matt era su amiga, era muy amable... Cuando éramos niños nos daba galletas, verdad Matty?..- golpeo su hombro.

- Si... Fue hace mucho, la ultima vez dijo que su sobrina vendría a vivir con ella, no la veo desde hace 2 años... Creo...- tomo su lata de cerveza y la sacudió.

- Vas por mas a la cocina cariño?..- sentí un retorcijón en la parte baja del estómago.

Matt me había dicho "cariño".

- Uhm... Claro...- sonrei a medias y me levante.

Sentí la mirada de Ross sobre mi, bastante pesada y lasciva.

Cómo cuando los amigos de Ben iban a beber a casa y me observaban.

Me sentí un poco mal pero continué con mi tarea.

Abri las viejas puertas francesas y entre en la casa.

Aproveche para dar un vistazo.

Todo estaba ordenado de una manera extraña, habían cientos de fotografías en las paredes, también cuadros y varios estantes con lo que parecían ser souvenirs.

Todo era muy bello

Caminé por el pasillo y afortunadamente pude llegar a la cocina antes de que amaneciera.

Habían algunos platos sucios en el fregadero y el refrigerador tambien estaba infestado de fotografías.

No era algo moderno.
Todo tenia un estilo muy antiguo.

Abrí la nevera y saque un pack de 6.

Sentí unas manos en mi cintura y el aire se atascó en mi garganta.

El olor a alcohol era muy fuerte.

El miedo acelero mi corazón.

- Quieres pasar un buen rato bebé?..- susurro en mi oído.

- Sueltame Ross..- dije lo mas fuerte y firme posible.

Eso solía funcionar con los amigos de Ben.

Ellos buscaban chicas dispuestas, no "zorras amargadas" como decía Desiree.

Me apegó a él con fuerza.

La desesperación abrió paso a una descarga de adrenalina.

- Ya basta! Te dije que me sueltes maldicion!-esta vez grite.

Me volteé y lo empujé, pero claro, mis 50 kilos eran una burla en comparación a sus aproximadamente 80.
Él me sostuvo de los brazos y trato de besarme.

- Tu sabes que quieres esto! No te resistas!- me hacia daño.

- No! Auxilio! Matt!- ni siquiera sabia porque había llamado a Matt, mi cerebro estaba en pánico y ese parecía ser el único nombre que me brindaba algo de seguridad.

Apenas había sabido de su existencia hace un par de horas, pero mi cerebro lo era todo excepto coherente.

Escuché como las viejas puertas francesas se abrían de un fuerte golpe, seguido de pasos veloces sobre las viejas tablas de madera del suelo.

Y al cabo de unos segundos.

- Mierda Ross! Qué rayos crees que haces!-

Ese fue el momento en el que me di cuenta de que estaba enamorada del maldito de Matt.

Under the Skin (Matt Healy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora