Capitulo 18:

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Todo era muy incómodo.

Matt no había dicho nada en el resto del camino.

No parecia molesto, tampoco tranquilo.

Su rostro estaba muy neutro.

Y realmente preferia que me gritara a que me ignorara por completo.

Finalmente, luego de 20 largos minutos infernalmente silenciosos, llegamos a casa de Matt.

El pánico se extendio lentamente a través de todo mi cuerpo como si se tratara de veneno ardiente, en cuanto mi mirada se poso sobre la entrada de la casa en la que solia vivir hasta hace un par de dias.

Ellos estaban alli.

Yo lo sabia.

Y tenia tanto miedo.

George, Adam y Ross bajaron del auto.

Undi mis uñas en la cubierta del asiento del viejo Mustang.

No queria bajar.

No queria arriesgarme a que me vieran.

El aire no llegaba con naturalidad a mis pulmones, la mezcla tortuosa de miedo, pánico y horror no me dejaba respirar.

No podia despegar la vista de la entrada a ese horrible lugar.

Sentia que él saldría en cualquier momento y me obligaría a volver.

Y entonces el podria terminar lo que... habia comenzado ese dia.

Una mano se poso sobre la mia.

Una ligera ola de tranquilidad y paz comenzó a consumirme.

Como si fuese el antídoto a aquel terrible veneno.

Matt tambien miraba hacia el mismo lugar.

- Tranquila Fizz... Yo... No dejare que él... Te vuelva a hacer daño, nunca. No lo permitire.- trague en seco.

Las lagrimas que venia acumulando se desbordaron, ya no pude contenerlas por más tiempo.

Quite mi mano debajo de la suya y me cubrí el rostro.

No queria que me viera llorar.

Había mostrado demasiadas facetas mías en muy poco tiempo, lamentablemente todas eran igual de patéticas.

- No, no, no... Fizzy por favor, no...- dijo envolviendome con sus brazos.

Estaba incómoda, ya que teniamos la palanca de cambio entre nosotros, pero su toque fue mágico.

- Todo esto es un asco...- murmure entre lagrimas, al cabo de unos minutos.
Matt era tan cálido, me hacia sentir tan... Segura.

- Yo... Sé que no vivo en la mejor mansión, pero quizás ordenando algunas cosas o...-murmuro sobre mi cabello.

- N-no hablo de tu casa, es decir, es genial, me refería a todo esto, mi vida y... lo demás.- interrumpí.

Nos quedamos abrazados asi por varios minutos.

Quizas horas, la verdad no me importaba.

- Quizas... Deberiamos entrar...- susurre contra su pecho.

- Claro...- contesto un poco confundido, cosa que me desconcertó, pero que decidi ignorar.

Una gran parte de mi miedo se habia disipado gracias al sujeto de cabello oscuro.

Un sujeto de cabello oscuro que habia aprecido de una forma casi mágica en mi vida.

Un sujeto de cabello oscuro que me hacia pensar en el hecho de que tal vez mi vida no era tan mala.

Un sujeto de cabello oscuro que, quizás, realmente sentia algo por mi.

Under the Skin (Matt Healy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora