- Fizzy, necesitamos hablar...- habia dicho mi madre en cuanto baje a desayunar.
La noche anterior había habido cierto...
Alboroto, en mi habitación.
Solo unas cervezas de más, ver algunas fotografias, recordar algunas cosas y yo ya me encontraba pateando y haciendo destrozos con los muebles del lugar.
- Claro... Pero cuando regrese del trabajo, el Sr. Douglas a estado algo estricto con nuestros horarios, así que debo llegar antes.- dije para luego salir disparada fuera de aquella casa.
Me sentia tan ajena a todo ello.
Tan ajena a la vida con dos figuras de padres que se la pasan preguntando "cómo te fue en el trabajo?" O "Come un poco más de ensalada cariño".
No.
Definitivamente el tener que vivir con los monstruos de Ben y Desiree me habia marcado demasiado.
Todo era mentira.
Después del incomodo momento del viernes anterior, el Sr. Douglas me habia dado una semana para descansar, quizas mi rostro demacrado le habia dado a entender que necesitaba algo de reposo.
Mi celular vibro por decimosexta vez en esos pocos días.
Era Noah.
Y no me sentía con el ánimo suficiente como para tratar con él.
Pero si no contestaba, seguiria llamando.
Recordaba muy bien la primera vez que llamo.
Asustada pregunte como demonios habia conseguido mi número y el solo se excuso diciendo que lo vio sin querer en el registro de empleados.
- Hola...- suspire cansada.
- Hey Fizzy! Como estas? Te sientes mejor? Ya vendras hoy a...- rode los ojos y lo interrumpi.
- Aún no me recupero de la infección estomacal sabes, el Sr. Douglas me dio un par de días de descanso, si no te importa estaba durmiendo hasta que llamaste.- un auto paso tocando bocina a todo lo que da y cubri rapidamente el micrófono del teléfono.
- Bien, si necesitas compañia o que te lleven al hospital no dudes en...- lo interrumpi nuevamente.
- Lo tendre en cuenta. Gracias.- escuche como Claire le daba ordenes de fondo.
- Espero que mejores, ya debo irme, cuidate. Adios!- me sentí demasiado culpable al evitarlo de manera tan tosca.
Él no tenia la culpa de querer salir conmigo.
Él no tenia la culpa de que tuviera tanta mierda sobre mi.
Di vuelta en la esquina ya tan conocida para mi.
El vecindario comenzaba a cambiar.
Indigentes recostados en los callejones.
Tiendas de licor y comida rápida.
Pero decidí ignorar las sucias miradas de los hombres de alli.
Solo queria llegar a mi destino.
Mis ojos chocaron con la mirada miel que me recordaba tanto al chico de rulos que habia dejado en Londres, ambas tan penetrantes.
- Hola cariño, es genial verte de nuevo por aqui...- rode los ojos y fije mi vista en él.
- No me llames cariño James. Vengo por... lo de siempre, ya sabes...- rasque mi nuca con algo de nerviosismo.
- Hey, y si en ves de darte esto...- sacudio la pequeña bolsa con polvo blanco. - Te llevo a comer algo... O beber un trago, no lo se, tu decide...- sonrio de lado y se apoyo contra la pared.
- Estaria encantada James, pero ahora solo quiero algo de cocaina para seguir matando mi cuerpo y reducir mi tiempo de vida. Pero no te preocupes, si decido aceptar follar contigo te lo haré saber...- le sonrei con la mayor cantidad de sarcasmo posible.
Y luego solo tendi algunas libras hacia él.
- Nunca aceptaras salir conmigo eh...- fingió tristeza.
- Quién sabe, sigue intentandolo, quizás alguno de estos días venga lo suficientemente drogada como para aceptar...- tome la pequeña bolsa y lo salude con la mano, para luego voltear y caminar sin rumbo por otro par de horas.
Necesitaba enconderme en algún lugar para poder llorar y pensar en mi vida.
Ahora ya era tan común hacerlo.
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Under the Skin (Matt Healy)
RandomLicor, drogas, un fantasma del pasado y un chico ardiente. ¿Es demasiado? No lo creo. (Re-subida de Drugged Love, mejor redacción y continuación)