Capitulo 7:

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Había humo en todas partes.

El olor a sexo y algo más estaba presente.

Mire de reojo a Matt, sonreia y hablaba con Adam.

- La estas pasando bien conejito?..- pregunto Cara, mientras se sentaba junto a mi.

Observe su perfil atentamente.

Era muy hermosa.

Y amable.

Quizás yo también era amable, pero hermosa,
definitivamente no.

Tomó el bolso que estaba junto a mi y de el saco una pequeña bolsa de plastico con algo blanco dentro.

- Uhm... Creo que si...- le sonreí mientras le daba otro sorbo a mi vaso de agua.

Me parecio demasiado extraño que vendieran agua en un lugar como era ese.

Cara vertió un poco de ese polvo blanco en la mesa y con una tarjeta de credito que yacia allí comenzó a alinearlo.

Entonces lo entendí.

Era cocaina.

- Que bebes cariño?..- pregunto sin quitar su concentración del polvo.

- Agua.- conteste encogiendome de hombros.

- Te metiste extasis o?..- me miro achinando los ojos.

Abri los ojos un poco más de lo normal.

Yo nunca había consumido drogas.

Ni siquiera marihuana.

Volteé un poco la cabeza para poder mirar a Matt.

Parecía distraído con las habladurias de Ross.
- Yo nunca... Jamás consumi drogas...- murmure acercandome un poco a Cara.

Dejó la tarjeta de crédito y se quedo quieta.

Muy quieta.

Sonrió débilmente y me miró.

- Bueno... No tienes porque avergonzarte, esto es una mierda cariño... Pero si quieres... Ya sabes, un poco... Solo pídemelo, pero asegurate de perdirmelo a mi, o alguno de los chicos, no a cualquier desconocido. - Era como si estuviera tratando de decir algo más.

Pero no lograba entender qué.

No es como si yo fuera a salir a la calle y preguntarle al primero que se me cruzara "Hey, tienes drogas amigo?" Pero agradecía su preocupacion.

- Bruja! Dame un poco de eso! - grito Matt levantando las manos.

Lo veia más cómodo.

Más animado.

Más drogado.

- Besa mi trasero idiota.- contesto Cara riendo.

Reí un poco y bebí otro sorbo de agua.

Por más que yo no participara en la conversación, o siquiera en el cuadro de la mayoria.

Me sentia a gusto.

Como si encajara con todas esas pobres almas desmoronándose.

Quizás porque yo también me estaba desmoronando.

Vi como la hermosa rubia se agachaba a la altura de la mesa, tapaba uno de los agujeros de su nariz y con el otro se dedicaba a inhalar los pocos gramos de vicio blanco que yacían alineados en el sucio y viejo mueble.

Cuando terminó, solo hizo un par de gestos.

Como frunciendo la nariz.

Luego sonrió.

Under the Skin (Matt Healy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora