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1 de Abril del 2016 (Una semana después)

— ¿Por qué quieres vivir lejos de nosotros? — Me pregunta mamá con un hilo de voz.

Cierro los ojos agobiado. Mi padre está confundido y mi madre dolida. Carajo... Estuve toda la semana preparando como decirle a mis padres que iré a vivir a La Plata y ahora que por fin lo hago, la tristeza de mi madre no deja de atormentarme.

— No entiendo Julián. Hay tantas carreras y cosas que podrías hacer aquí... ¿Por qué quieres irte hasta La Plata para abrir una sucursal? ¿Y la Universidad? ¿Y tu vida con nosotros? — Pregunta mi padre confundido.

— Simplemente quiero ir más allá..Y además vendré seguido a verlos. — Digo lo primero que se me viene a la mente. Mierda.

Mis padres se miran.

— ¿No puedes esperar hasta graduarte de la Universidad? — Pregunta mamá.

Niego con la cabeza.

— Ya lo decidimos con Martín. Es por eso que estamos juntando tanto dinero... además es ahora o nunca. Siento como si estuviéramos perdiendo el tiempo, esperando para graduarnos.

— Pues yo no lo entiendo. — Suelta mi madre enojada mientras se levanta de la mesa de golpe.

Me mira enojada y luego haciendo ese ruido molesto con sus tacos que tanto la caracteriza, se va hacia la cocina y yo me quedo a solas con mi padre. Largo un suspiro mientras bajo la mirada, esperando un reproche de su parte.

— Dale tiempo a tu madre. Es repentino lo que nos acabas de decir.

Levanto la mirada ¿Qué? Pensé que estaría decepcionado.

— ¿Sabes por qué yo no expandí la red de bienes raíces de la empresa en otras provincias del país? — Me pregunta de golpe.

Espera... ¿Que? Niego con la cabeza, confundido.

— Porque cuando estaba a punto de hacerlo... tu madre se quedó embarazada de ti.

Levanto las cejas sorprendido y el continúa hablando.

— Por eso decidí quedarme aquí... armar mi empresa aquí, quedarme con mi familia y sólo limitarme a viajes de negocios.

Suspira. Habla en voz baja seguro para que mamá no escuche.

— No me va mal pero tampoco soy el mejor... por eso te entiendo y entiendo que quieras ir mas lejos. De mi parte tienes todo mi apoyo...

Abro la boca y vuelvo a cerrarla. Me deja estupefacto. No se que decir. Entonces se levanta de la mesa y me hace un gesto con la cabeza para que lo siga. Aun confundido, lo sigo hasta su estudio.

Se sienta en su escritorio mientras yo doy vueltas en su estudio, donde casi nunca me deja entrar. No me dice nada... sólo teclea cosas en su computadora. Estoy a punto d preguntar qué hacemos aquí hasta que él decide hablar.

— ¡Listo!

Doy un respingo.

— ¿Listo qué? — Pregunto con recelo.

Por un segundo se me cruza por la mente que querrá mudarse con mamá y Sofía a La Plata conmigo. Pero esa idea es ridícula.

— Te pase $200.000 a tu cuenta bancaria para que puedas empezar tranquilo tu negocio...

Abro los ojos como platos. No lo puedo creer ¡Papá me está ayudando!

— No pienses que este dinero me sobra pero si puedo decirte que puedo permitirme dártelo. Espero sea suficiente, tomes buenas decisiones y por supuesto quiero ser tu socio. Nuestra franquicia tiene que expandirse de una buena vez.

— ¡¿Suficiente?! ¡Es más que suficiente! — Exclamo con una sonrisa en mi rostro.

Con este dinero más el que tengo ahorrado será más que suficiente para poder empezar. Voy rápidamente y le doy un abrazo a papá.

Él por supuesto está contento conmigo porque piensa que todo esto se trata de mi futuro, de la empresa y de mi carrera, pero lo que en realidad ocultan mis planes, solo tienen que ver con esa chica de cabello y ojos negros que consiguió volverme loco.

                               ~•~

8 de Abril del 2016 (Una semana después)

Martín entra en mi habitación donde estoy dejando mis cosas de la Facultad.

— ¿Cómo te fue en el examen? — Me pregunta mientras mira su celular.

— Aprobé ¿Y tú?

Levanta la mirada.

— Igual pero con la nota mínima... tengo que esforzarme más.

Asiento con la cabeza mientras lo miro de reojo. Martín está cada día más estresado y creo que es por lo de la mudanza.

— Gastón está afuera esperando... será mejor irnos. — Me avisa.

Asiento. Esto será peligroso pero necesario. Salimos junto con mi amigo con la excusa de que vamos a tomar una cerveza por ahí. Nos encontramos con Gastón y nos vamos rumbo a la casa del sujeto que vende armas. Gastón nos explica que se lleva bien con el tipo pero que no son amigos. Pero si dice que todo estará bien... confío en él.

Tener un amigo que vive en un barrio peligroso y también conoce a gente peligrosa tiene sus beneficios pero también tiene sus contras. Desde esa vez que contrate a esas tres drogadictas para que le dieran una paliza a Ivanna dije que no volvería a meterme con gente así... Pero a decir verdad también pensé que jamás me separaría de ella.

Cuando llegamos a la casa del tipo parece una casa común y corriente. Incluso hay niños jugando afuera. Un joven como de nuestra edad sale a recibirnos. Lo primero que veo es la gran cicatriz que tiene en la mejilla. Como una cortada. Me pregunto cómo se la habrá echo.

— Me llamo Aldo. — Se presenta.

Entramos a su casa donde su madre con su abuela toman un café mientras miran la TV. Parecen acostumbradas a que extraños entren a su casa. Entramos a su habitación que llega casi al fondo de la casa.

Puedo notar que Martín está algo incómodo y para ser sincero yo también. El único que no muestra ni siquiera nervios es Gastón. Aldo cierra la puerta detrás de nosotros y luego abre un placard que tiene de todo... excepto ropa. Me quedo petrificado.

— Muy bien. Esto es toda la mercancía. Por supuesto ningún arma está cargada. Sólo díganme cual quieren y yo la sacaré para ustedes.

El placard está lleno de armas de fuego de todo tipo y en las puertas del placard tiene cuchillos de cazador. Mi corazón quiere salir disparado de mi pecho ¿Qué mierda estoy haciendo?

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora