(83)

8.2K 451 30
                                    

26 de Octubre del 2016 (tres días después)

Estoy sentado en mi cama, en la casa de mis padres. Me masajeo las muñecas que aún me duelen por estar tanto tiempo amarrado. Me levanto y agarro los medicamentos que me receto la psiquiatra y guardo todo en mi maleta. No me voy a ir de inmediato, necesito despejar mas mi mente para poder ocuparme de mi empresa y comenzar la Universidad. Mi madre entra en mi habitación, animada. Desde que me dieron de alta, actúa como si nada hubiera pasado.

— ¡Julián, te hice tu comida favorita! ¡Pizza con salsa barbacoa!

— Gracias mamá. —Le contesto rogando por todos los santos que no mencione a Ivanna.

— ¡Tal vez podrías invitar a tu novia a cenar!

Pongo los ojos en blanco. Esto si que es difícil.

— No creo que sea una buena idea. No me siento muy bien.

Mi madre me regala una débil sonrisa y luego se acerca a mí.

— No quiero molestarte hijo, es solo que a diario te extraño. — Me dice con voz dulce.

Le sonrío.

— Yo también los extraño a todos mamá. — Contesto con sinceridad.

Se pone de puntillas y me da un beso en la frente antes de salir de mi habitación. Cuando estoy solo, se me borra la sonrisa. Papá le contó a mi mamá que Ivanna sufrió una crisis porque fue a verme y desde entonces insiste en que la traiga a cenar.

Voy a esperar un poco para avisarle a mi familia que ya no estoy con ella. Primero tengo que convencerme a mi mismo de que ya no volveré a ver a Ivanna nunca mas. Miro la hora y me doy cuenta que ya es hora de tomar mi medicación.

La busco en mi maleta y luego me la tomo con un trago de agua. Estas pastillas evitan que me escape de mi casa a las 4 de la mañana para ir a buscar a Ivanna y apuñalarla hasta que me cansé, por cogerse a otro hombre. Ya me convencí que lo que ella hizo, tenia que pasar porque es lo mejor para mí. El destino no quería que pasara el resto de mi vida, adorando a alguien que no me quería.

Bajo a cenar e intento sonreír para mi familia. Mis padres están animados y mi hermanita es muy feliz de tenerme aquí. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que los hice pasar por mi locura, dejando de lado las mentiras que aun oculto y que solo Martín sabe. Lo primero que voy a hacer cuando llegue a La Plata será buscar un buen Psiquiatra.

Me despido de mi familia y subo a mi antigua habitación. Fue una buena noche. Todo fue como un buen día antes de conocer a esa hermosa chica pálida, de cabello negro, larguísimo. Quiero creer que son las pastillas porque me siento extraño. Mi doctora dijo que si no era necesario no comience los antidepresivos pero creo que voy a empezar a tomar.

Me siento vacío. Sin razón alguna para seguir adelante. Cierro la puerta de mi habitación con seguro, como en los viejos tiempos. Me quito toda la ropa, de la cintura para arriba y luego me acerco al ventanal que da a mi balcón. Aun hace frío aunque falte un mes para la primavera asi que decido quedarme adentro y no salir al balcón.

¿Por qué me siento asi? Tengo un trabajo donde soy mi propio jefe, tengo una carrera... incluso tengo mi casa y mi propio auto. Debería ser feliz. Largo un suspiro y luego apoyo mi frente a la ventana. La luz de la luna ilumina mi habitación oscura. Esto me trae recuerdos. Todos los recuerdos que estoy evitando, que estoy reprimiendo. Los buenos momentos que pasé a su lado.

Desde que la conocí, solo he existido para ella y ahora que no está, no quiero existir. Mi cabeza me dice que todo fue obra de una enfermedad mental pero el cosquilleo y la electricidad en mi pecho cada vez que recuerdo su sonrisa, su cabello por siempre suelto y larguísimo, sus besos y sus abrazos, me gritan que siempre la he amado y que la voy a amar hasta el final de mis días.

Me acuesto en la cama, mirando hacia el techo. Sonrío al recordar como puse una foto tamaño poster de ella en mi techo, para poder mirarla siempre. No quería pensar en ella. Pero ahora es demasiado tarde. Cierro los ojos despacio.

Abro los ojos y me siento en la cama. Estoy en la casa que compré para ella. Es de mañana y el sol entra por el ventanal de mi balcón. Escucho música ¿Que está pasando ahí abajo? Me levanto y antes de bajar me observo en el espejo.

Remera negra entallada y pantalón deportivo gris. Tengo la cara limpia y mis ojos azules brillan por alguna razón. Me acerco a las escaleras y bajo despacio. La música se hace mas notoria. Gloria Estefan canta sobre una mañana constante. Esa cantante le gusta a mi madre. Pero no tengo tiempo para pensar en eso. Sonrío por la escena que se desarrolla frente a mí.

Ivanna, en mi living, bailando divertida, descalza, con solo un vestido corto, ajustado de algodón negro. Su cabello largo baila junto a ella cuando se voltea y me regala una enorme y hermosa sonrisa. Comienza a cantar y yo solo puedo deleitarme con su belleza.

Tengo tu amor y tu suerte
Y un caminito empinado
Tengo el mar del otro lado... — Me apunta con ambas manos mientras estira los brazos. — ¡Tú eres mi norte y mi sur!

Rompo a reir, eufórico y camino hacia ella. La tomo de la cintura, la levanto y la hago dar vueltas por los aires mientras rompe a reir ¡Mi hermosa! Cuando la bajo, me toma de ambas manos y comenzamos a bailar. Se pone a cantar de nuevo y por alguna razón siento que me lo canta a mí.

¡Hoy voy a verte de nuevo
Voy a alegrar tu tristeza
Vamos a hacer una fiesta
Pa' que este amor crezca más!

La tomo por la cintura mientras la canción sigue sonando y la acerco a mí. Ella me lanza ambos brazos al cuello sin dejar de sonreír. 

— Ojala esto fuera real. — Le digo acariciando su mejilla.

Ella sigue sonriendo, me toma de ambas mejillas y apoya su frente contra la mía.

— La enfermedad se ha ido, ahora solo queda amor en tí. No te rindas Julián.

Me despierto de golpe. Estoy en la casa de mis padres, en mi antigua habitación. No quiero pensar en ese sueño. Quisiera olvidarlo... pero fue tan hermoso. Me levanto, me ducho y luego bajo a desayunar antes de tomarme mi medicina. Mi madre esta preparando hot cakes mientras escucha música.

— Dejame adivinar... ¿Gloria Estefan?

Asiente.

— Sabes que me gusta, perdón si te desperté. — Me contesta sonriendo.

Me siento a desayunar.

— Casi lo olvido. Martín te esta esperando en el living. No sé porque no quiso subir a despertarte. — Me avisa mamá.

Alzo ambas cejas ¿Martín está aquí? Voy casi trotando al living y me encuentro a mi mejor amigo sentado en el sofá con cara de preocupación.

— Socio... no me despertaste... ni me avisaste que vendrías tan pronto.

Me devuelve la mirada y no me contesta.

— ¿Estas bien? ¿Está todo bien en la sucursal?

Asiente mientras se pone de pie y puedo divisar la cámara de fotos de Ivanna colgando en una de sus manos. Frunzo las cejas confundido ¿De donde saco eso?

— Tenemos que hablar hermano, pero antes, necesito que veas algo. — Me dice con voz suave.

Niego con la cabeza. No entiendo. Martín se acerca a mí y pone la cámara de fotos en mis manos.

                               ~•~

Canción que Julián, escuchó entre sueños (Su madre tenia la música fuerte)

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora