(10) Fin de la primera parte.

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25 de Junio del 2016.

Entro a mi casa echo una furia, con ganas de romper absolutamente todo. Me sangra el labio pero ese no es la razón de mi rabia. Martín, Gastón y Abel entran detrás de mí.

— ¡¿Pero que mierda te pasa?! — Me grita Martín.

Subo las escaleras hasta llegar al baño. Me lavo la boca y no quiero mirarme en el espejo. Con Martín y Abel hoy nos tocaba un trabajo. Quitarle un maletín a un abogado donde tenía papeles que "nuestro cliente" quería recuperar ya que el abogado lo estaba extorsionando. No salió mal. Recuperamos el maletín pero dejé que el tipo me pegara un puñetazo en la cara entorpeciendo todo el plan y no poniendo todo en riesgo.

Mientras escapabamos con el maletín, se sentían sirenas de policía, casi nos atrapan y el abogado me vió el rostro por un segundo porque dejé que se me corriera la puta máscara. Mis amigos están furiosos conmigo y tienen razón.

Me siento en el piso del baño. Ellos no entienden. Me comporto así porque estoy enfermo de ansiedad. MIERDA ¡Extraño a Ivanna! ¡Demasiado! ¿Cuánto pueden tardar en saber dónde vive? Necesito verla. Me agarro la cabeza y cierro los ojos con fuerza. La necesito... Dios. La necesito.

Tocan la puerta del baño varias veces. Levanto la cabeza de golpe. No es buen momento ahora para que me jodan. Me levanto del piso y abro la puerta. Espero encontrarme con Martín pero Gastón me observa con una mirada sería.

— ¿Qué? — Le suelto con voz dura.

— ¿Puedes decirme que fue todo eso de ahí afuera?

— Sólo fue un descuido.

— ¿Un descuido? Te pegó un puñetazo y vió tu rostro ¡¿Dónde tienes la cabeza últimamente?!

No puedo aguantarlo más.

— ¡¡¡En Ivanna!!! — Grito con todas mis fuerzas.

Gastón retrocede dos pasos, como si le estuviera por saltar encima de él. Martín sube corriendo las escaleras y se nos queda mirando con cara de preocupación.

— El tiempo pasa y yo no se nada de Ivanna ¿Cuánto puedes tardar en saber dónde esta? ¿Acaso tengo que hacerlo yo? Dímelo y yo mismo la busco pero no aguantaré ni un mes más, sin ella. No voy a seguir. No sin ella.

Gastón y Martín se miran de reojo e inmediatamente sé que me están ocultando algo. Me les quedo mirando esperando que uno de los dos me lo diga pero siguen en silencio.

— ¿Qué pasa?.... ¿Saben algo... que yo no?

— Julián.... — Balbucea Martín.

— ¡¿Qué?!

— La información de Ivanna ya la tenemos hace tiempo...

Abro los ojos como platos. Me quedo callado unos momentos. Comienzo a caminar en círculos sin saber que hacer o a que pegarle.

— ¿Por que mierda no me lo dijeron?

— Mírate Julián... estas totalmente dejado. Apenas logré convencerte de que retomes el gimnasio. Tienes que ocuparte de tí mismo primero y luego buscaremos a Ivanna.

Estoy a punto de hacer mierda todo.

— Ustedes no pueden hacerme esto.

— Amigo mírate un poco... Ivanna no querrá estar con alguien así... das miedo hermano. — Me suelta Gastón.

— Dame la información de Ivanna. — Le ordeno.

— ¡No! — Me contesta Martín.

Mi mejor amigo camina hacia mí me agarra de los hombros y me arrastra del baño hacia mi habitación. Me empuja hacia frente del espejo que tengo pegado en la pared tamaño cuerpo completo.

— ¡Mírate! ¡Estas volviendo a lo que eras al principio!

No quiero levantar la mirada.

— ¡Duchate, cortate el cabello, comienza a comer bien, deja de vivir solo para ella y luego hablamos!

No le contesto nada y me quedo mirando al piso. Siento a alguien entrando a la habitación. Siento que Gastón está sacando de la habitación a Martín.

— Déjalo, déjalo...¿Cuál es tu problema? La esta pasando mal...

La puerta de la habitación se cierra y yo me quedo sólo. Lentamente voy levantando la mirada. El pelo me cae por la frente de lo largo que está. Tengo ojeras y la cara chupada, sin contar lo mal que se ve mi labio roto.

Tengo la misma ropa desde hace dos días, estoy volviendo a las mismas costumbres que tenía al principio. Por suerte Martín me convenció de retomar el gimnasio pero recién ahora me doy cuenta de que por lo menos bajé 10 kilos  desde que ella se fue.

Martín tiene razón ¿Por qué Ivanna querría estar con alguien así? Camino hasta el baño y cierro la puerta con seguro. Me quito la ropa mientras continuó mirándome al espejo. Mierda. Que desastre. Tengo los músculos demasiado marcados por la gimnasia pero se ve terrible porque estoy muy delgado. Se me notan las costillas si muevo los brazos y por un momento siento asco por mi mismo.

Saco la máquina de cortar pelo de los compartimientos que están debajo de la pileta del baño. Si no fuera porque Amparo ordena mi casa, todo esto sería un desastre. 

Ajusto la máquina en 2 y comienzo a raparme la cabeza. Cuando termino y me aseguro que todo quedó parejo, me meto a la ducha. Mi cara se ve mejor. Tengo que cuidar de mí, no por mi mismo, sino para ella. Hasta ahora intente seguir con mi vida... pero sin ella, no tengo razones para vivir. Sé que está mal, sé que necesito ayuda Psiquiátrica pero me niego a detenerme.

Salgo de la ducha y voy a mi habitación a secarme y ponerme ropa limpia. Intento calmar mis aparentes nervios y tomarme todo esto como el inicio de un buen cambio. Bajo las escaleras y encuentro a mis dos amigos comiendo pizza y tomando cerveza. Se ve rico y mi estómago cruje. Me miran sorprendidos. Me siento en medio de ellos dos y evito el contacto visual mirando la televisión.

— ¿Algo bueno en la tele? —-ñ Pregunto mientras tomo una porción de pizza.

— Nada nuevo... — Me contesta Martín con voz calmada.

Veo de reojo que está mirando mi nuevo "corte de pelo". Gastón se levanta de golpe y busca su mochila. Me esfuerzo para no desviar mi vista de la pantalla y mirar que está haciendo.

Vuelve con un sobre de papel grande en la mano y lo apoya en la mesa ratona que está en frente de mí. Me quedo mirando el sobre y luego miro a Gastón.

— Ahí tienes todo... No hagas que me arrepienta Julián.

— Tómalo con calma socio...  — Me dice Martín.

Mientras como la segunda porción de pizza, agarro el sobre, saco una pequeña libreta que dice I.R y comienzo a leer.

FIN DE LA PRIMERA PARTE.

Volver a verla. [2] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora