Volver a verla. [2] (BILOGIA)

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26 de Noviembre de 2016. (Un mes después)

Estoy en mi cocina, preparándole un refresco con hielo para mi novia. Estoy en traje de baño, húmedo porque hace un rato salí de la piscina. Martín baja por las escaleras arreglándose su traje de baño. Lo miro con las cejas levantadas. Estaba con Julieta arriba.

— Usamos tu cama y ahora ella se está lavando. — Me suelta divertido.

Cierro los ojos y le hago una mueca de desagrado. Entiendo que esté enamorado pero odio cada vez que me cuenta cuando se acuesta con la amargada de Julieta.

— No quiero saber cada vez que te acuestas con Julieta hermano. — Le contesto.

Se ríe y luego suspira.

— Ay socio, esa mujer es... increíble e insaciable.

Pongo los ojos en blanco. Ya empezó.

— Antes de irte, vas a cambiar las sabanas de mi cama.

Lanza una carcajada. No sé de que se ríe porque hablo en serio.

— ¿Ya le dijiste a Ivanna sobre pasar las fiestas en Saavedra? — Me pregunta mi mejor amigo.

Niego con la cabeza. Hablar del tema me pone nervioso.

— Se lo estaba por decir ahora. Es que con solo pensarlo me pongo alterado... lo sabes.

— ¿Todavía crees que ella volverá a rechazarte?

Siento una puntada de pánico.

— ¡Habla bajo quieres! Estaba pensando pedírselo en donde se lo pedí la primera vez. Creo que es lo justo.

Martín menea la cabeza. No está convencido.

— ¿No crees que deberías esperar un poco mas?

Niego con la cabeza. Este último mes juntos, fue perfecto, el mejor de mi vida. Conocí formalmente a sus padres como su novio y ella conoció a los míos como mi novia. Ahora es más que oficial que estamos juntos. Mamá estaba encantada. Antes de irnos de Saavedra, me aseguré de pedirle perdón a Bruno por el puñetazo. Ella volvió a mudarse conmigo y desde ahí no existe mas que felicidad para nosotros. Amor, cariño y también ese sexo apasionado dónde nos demostramos el deseo que tenemos el uno por el otro, para luego terminar durmiendo entre mis brazos al final de nuestros días.

No quiero esperar mas tiempo para pedirle que sea mi esposa. Necesito que sea mi mujer. Quiero demostrarle que cuando dije que la quería para siempre, era en serio. Julieta baja las escaleras mirándonos a ambos. Tiene el bikini puesto y abajo un short de algodón. Martín la mira con sonrisa de estúpido. Ella se acerca y le da un ruidoso beso en los labios a mi mejor amigo.

— ¿Que hacen? ¿Hablando sobre como van a rechazar a Julián por segunda vez? — Pregunta Julieta con voz burlona.

Abro los ojos como platos y miro a Martín.

— ¿Le contaste a Julieta? — Le pregunto perplejo.

Este se encoje de hombros mientras la abraza por la cintura desde atrás y apoya sus labios en la coronilla de su cabeza.  

— Se me escapó. Lo siento. — Me suelta antes de salir disparado escaleras arriba mientras lanza una risa.

Hay un silencio incómodo siempre que me quedo a solas con Julieta. No puedo evitar verla. Es la mejor amiga de mi novia y ahora también la pareja de mi mejor amigo.

— No te preocupes Julián. No voy a decir nada. — Me dice Julieta con voz suave.

La miro fijo.

— ¿Te sigo cayendo mal? — Le pregunto.

— ¿Sigues siendo un psicópata demente? — Contraataca.

Me río mientras niego con la cabeza.

— No...

Por lo menos no hasta que alguien vuelva a intentar arruinar mi relación con Ivanna. Se encoge de hombros, con una media sonrisa.

— Entonces no.

Sube por las escaleras siguiendo a su novio. Tomo el refresco y salgo hacia el patio trasero. Encuentro a mi chica acostada sobre una reposera, mojada y esta comenzando a broncear su piel. Me encanta... se ve hermosa y derrocha sensualidad sin hacer esfuerzo. Le ofrezco el refresco y luego le planto un beso en los labios. Julieta sale de dentro de nuestra casa con un protector en la mano. Martín la sigue por detrás.

Camino hacia el asador y continuo cocinando las hamburguesas. Martín y Julieta se divierten en la piscina. Creo que es un buen momento para decirle a Ivanna que tengo pensado llevarla a Saavedra. Siento que alguien se para detrás de mí. Me volteo y me encuentro con el hermoso rostro de la mujer que amo. Comienzo a ponerme nervioso. La beso en la frente. Me abraza por la cintura desde atrás y apoya su mejilla en mi espalda. Lanzo un suspiro. Amo cuando me abraza, es reconfortante. Se queda ahí sin decirme nada. Me volteo ligeramente y la miro.

— ¿En qué piensas? — Pregunto.

— En que se acerca fin de año. — Me contesta.

Me da una puntada de pánico. Me río nervioso. Miro su reflejo en la puerta de vidrio. El cabello larguísimo, húmedo le tapa el trasero. Es una buena excusa para cambiar tema.

— Se acerca fin de año y tú aún no te cortaste el cabello. Ya te llega por el culo. — Le suelto.

Se mira en el vidrio, como si recién se diera cuenta que ya esta demasiado largo.

— Pensé que te gustaba... — Me contesta haciendo pucheros.

— Me encanta tu cabello pero piensa amor... anoche intentaba penetrarte y tu cabello estaba por todos lados.

Abre la boca escandalizada mientras mira fugazmente a Julieta y Martín, que están entretenidos y riendo en la piscina, cuidando de que no escuchen. Rompo a reir y creo que es momento de decirle lo que tengo planeado.

— Además no creo que a tu madre le guste cuando te vea. — Le suelto de golpe.

— No veré a mamá hasta el año que viene. — Me contesta sin importancia.

— Si la verás. — Le replico.

Levanta la mirada de golpe y me mira fijo. Continuo cocinando las hamburguesas haciéndome el desentendido. Mi corazón salta.

— ¿Qué quieres decir?

— Que estoy preparando todo para que pasemos las fiestas con nuestras familias. No es algo seguro pero quiero hacerlo.

Si es seguro y lo voy a hacer. Se le iluminan los ojos ¡Si! ¡Bien, se puso feliz! Veo de reojo que Martín nos escuchó y ahora nos está mirando serio. Entrometido. Me gustaría que no fuera tan obvio. Ivanna me abraza de golpe. Me besa y yo le devuelvo una sonrisa nerviosa. Espero que acepte casarse conmigo. Me esforzaría cada dia por hacerla la mujer mas feliz del mundo.