BLUE PHOENIX ↯ JUSTICE LEAGUE|✔

THIRTY FOUR • BAD BITCHES CLUB.

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03 • CHAPTER THIRTY FOUR:
BAD BICHES CLUB.

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BRUCE WAYNE YA NO SABÍA qué demonios hacer con Blue. Al principio pensó que tal vez ella solo estaba intentando llamar su atención, pero luego de haberle comunicado sus pensamientos a Alfred, este le hubo hecho ver que aquello era una equivocación colosal. Blue lo tenía todo por parte de Bruce, e inclusive —aunque este no lo admitiese en voz alta— ella era la niña de sus ojos.

Había hablado muchas veces con Diana y Clark para que lo ayudasen con respecto a esa nueva actitud tóxica que Blue había adoptado durante las últimas semanas, y la única idea medianamente aceptable que encontraron los tres fue la de trasladar a Mitchell Corden de Smallville a Gotham City y que viviese en la mansión Wayne, para que le hiciese compañía a su mejor amiga.

Pero ni eso hubo funcionado: Blue simplemente hacía de lado a Mitchell, e inclusive hacía de lado a Barry, quien arribaba a la mansión de manera frecuente para poder hablar con ella.

Bruce hubiese preferido que Blue se quedase con Barry que con esa imitación de chico malo con motocicleta incluida que era Jace Stiles, el muchacho con quien Blue mantenía una especie de relación actualmente.

(Porque Bruce se había enterado por boca de Dick que los hubo cachado besándose —a Barry y a Blue— aquella noche al haber terminado esa salida que hubieron planificado).

¿Era demasiado pedir que volviese la vieja Blue que no se metía ni causaba problemas de ningún tipo?

Esa mañana, mientras se tomaba una taza de café acompañado por Alfred y Mitchell, pudo presenciar que esa Blue con la que a duras penas convivía ahora, era una Blue muy distinta a la que él pensó haber conocido.

Desfilando con una mini falda tan corta que con una simple brisa todo el mundo terminaría viendo su ropa interior, una camiseta que dejaba su abdomen visible pero que no dejaba ver aquella marca que tenía en el hombro y unos tacones casi tan altos como los que Diana solía usar, Blue Sullivan salió de la mansión Wayne colgando su bolso —sí, su bolso, porque ya no usaba su vieja mochila negra— sobre su hombro, dándole un beso de esos mandados a hacer a su novio Jace Stiles (mientras que Alfred y Mitchell evitaban que Bruce saliese a armar la famosa escena del padre celoso y sobreprotector) y montándose en su lustrosa motocicleta negra —de Jace— para ir a la escuela.

—No me dan buena espina —musitó Bruce dejando la taza en la que hubo tomado café en el lavavajillas de la cocina—, ni el guaperas de la moto ni Blue con esa ropa tan reveladora.

—Bienvenido a mi mundo —dijo Mitchell frunciendo el ceño—, yo veo eso todos los días en la escuela.

Bruce se quedó pensando durante un largo rato, y luego sintió como si un foco se le hubiese encendido.

—Mitchell, tú debes saber cuándo darán una fiesta tus compañeros de clase.

—En un par de semanas habrá una fiesta —respondió el moreno—, pero no creo que te dejen asistir, no eres muy joven que se diga...

—Tal vez yo no —dijo Bruce— pero Barry y tú sí.

El joven Corden esbozó una sonrisa llena de complicidad mirando a Bruce. Creía saber lo que este se encontraba tramando.

Y le gustaba la idea.

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