TWENTY ONE • MASTER PLAN.

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02 • CHAPTER TWENTY ONE: 
MASTER PLAN.

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PARA EL ASOMBRO DE TODOS, luego de haber desayunado y charlado con Alfred, Blue se cambió la pijama por ropa deportiva, la cual consistía en unos shorts deportivos en color negro, un top deportivo que hacía conjunto con el short, sus habituales tenis para salir a correr y una sudadera deportiva que seguramente Alfred consiguió para ella, pensando en que se la pondría porque estaba en colores oscuros.

La joven Sullivan se vistió, dejando su pijama en el cesto de la ropa sucia, se recogió el cabello y tomó su IPod junto con sus audífonos rojo cereza, los conectó y guardó el aparato en el bolsillo de la sudadera. Aun con los audífonos colgando alrededor del cuello, le avisó a Alfred que iría a correr un rato, y al escuchar la respuesta afirmativa del ajeno, salió del complejo en el que vivía para recorrer el bosque.

Si bien, al principio ella no hubo sido para nada fanática de hacer ejercicio, con el tiempo que llevaba viviendo con Wayne había aprendido a aceptar al ejercicio y a convivir en paz con él mientras Bruce no estuviese presente, porque oh dulce Jesús, ese hombre era peor que un entrenador escolar o de gimnasio.

Mientras corría, la canción Fire de Sleeping With Sirens sonaba a todo volumen en sus oídos. Se sentía reconfortante estar así, corriendo sola por el complejo arbolado mientras la música le retumbaba en los oídos, como si estuviese escuchando un concierto propio, que distintos cantantes o grupos musicales le dedicaban solamente a ella. La mayoría de las canciones que ella escuchaba eran como esa, porque las letras de cada una se apegaban a los sentimientos que ella guardaba en su interior. Porque cada canción definía cómo se sentía Blue en el momento y lugar adecuado. Podría pasar un siglo, pero Blue Sullivan no dejaría de ser por dentro la misma chiquilla solitaria y triste a la que todos los demás solían molestar. ¿Cómo podía dejar de sentirse así? Tenía una buena vida ahora, ya no tenía que preocuparse por los comentarios rudos a sus espaldas o que la tratasen como si no valiese nada, porque nadie en esa ciudad conocía su pasado. Nadie sabía que había sido la hija de una maldita prostituta y un jodido alcohólico que molía a golpes a sus hijos menores. Nadie sabía que solía ser hermana de tres muchachos que ahora bien podrían ser narcotraficantes, podrían estar en prisión o vete tú a saber qué otra cosa. La única persona que la ataba en su pasado vivía en Smallville, y era la única persona que nunca la juzgaría, ni la trataría como el monstruo que ella sabía que era. Pero también era a la misma persona a la que le había mentido, a la que le había ocultado la verdad del origen del incendio que acabó con la vida de Scott Sullivan, que le provocó quemaduras graves a ese atracador en Metrópolis, que pensaba estar alucinando con su hermano muerto y un lugar que bien podía ser el jodido Tártaro.

¿Cómo podía ser honesta con él, cuando tenía el miedo de que si le contaba toda la verdad, terminaría alejándose de ella?

Era difícil. Quería tener la paz que tanto anhelaba en su interior, quería dejar de pensar que el peso del mundo estaba sobre sus hombros y que en algún momento terminaría derribándola. Quería dejar de sentir miedo de lo que la rodeaba, de que en algún momento todo lo que estaba viviendo solo fuese un sueño y cuando despertase, Scott Sullivan estuviese esperándola para dejarla tan morada como una berenjena. Quería dejar de sentir dolor, de sentir miedo por culpa de los fantasmas de su horrible pasado.

Quería paz, eso era lo que más quería.

Blue no sabía en esos momentos cuál era la manera de terminar de traer la paz que tanto añoraba a su vida, pero muy pronto lo haría, y no le gustaría hacerlo.

BLUE PHOENIX ↯ JUSTICE LEAGUE|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora