BLUE PHOENIX ↯ JUSTICE LEAGUE|✔

TWENTY • BLUE'S ILLNESS.

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02 • CHAPTER TWENTY: 
BLUE'S ILLNESS.

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LA JOVEN SULLIVAN CERRÓ LOS OJOS solo un momento cuando ya estuvo en su asiento predilecto en el avión, y no le costó demasiado quedarse dormida gracias al ajetreo y el desvelo —por estudiar hasta muy entrada la madrugada— que llevaba encima ese día.

Primero, solo hubo oscuridad, luego, montones de flamas de color rojo iluminaron el sitio en el que ella se encontraba. Frunció el ceño ligeramente y miró a su alrededor, no había nadie con ella, pero presentía que la compañía llegaría pronto. Susurros se extendieron desde el silencio, llegando todos a los oídos de la muchacha como sonidos ininteligibles gracias a que todos hablaban al mismo tiempo, cada vez más y más alto, haciendo las cosas más molestas para ella.

Soltó un bramido, y pronto, tanto su cabello como sus manos estuvieron envueltos en fuego azul y comenzó a disparar proyectiles a su alrededor, intentando apaciguar el sonido de las voces, pero estas no se callaban.

Cubrió sus orejas con ambas manos, cayó de rodillas al suelo y gritó, pero no solo había provocado un grito, ella había logrado hacer un círculo de fuego azul a su alrededor, desvelando a quienes estaban susurrando: eran sombras, todas de distintos tamaños y medidas, unas más opacas que otras. Podía ver que tenían siluetas humanas, y lo que más destacaba de ellas eran sus ojos rojos.

Pero pronto no estuvo solamente en presencia de las sombras, el mismo hombre que le hubo dejado la marca la última vez también apareció.

—Estamos cerca.

La joven Sullivan tragó saliva grueso, y preguntó:

— ¿Cerca de qué?

—Estamos cerca.

Aquella vez fue diferente a la anterior, aquella vez, antes de que él le tocase el otro hombro y le dejase una marca nueva, un destello de luz blanca se interpuso entre ella y el hombre sombra. La luz que emanaba de ese destello era tan fuerte y luminosa que casi lastimó los ojos de Blue. Escuchó cientos de chillidos y quejas atormentar sus oídos. Eran los chillidos de las sombras, estaban agonizando casi tanto como ella.

Le hacía daño, esa bola de luz blanca le hacía daño, tanto daño que sujetó dos mechones de su pelo, como si quisiera arrancárselo, intentando apaciguar la agonía que había dentro de ella, pero eso no funcionaba.

Y entonces, gritó.

Blue despertó y se incorporó de golpe en su asiento, con la mirada de preocupación y ansiedad de Bruce y Barry muy cerca de ella. Su cuerpo estaba cubierto por una capa de sudor y sentía la garganta seca, casi cerrada. Estaba asustada, casi tanto que ni siquiera llegaba a escuchar las palabras que salían de los labios de Bruce. Se levantó con torpeza de su asiento, dirigiéndose al baño privado del vehículo aéreo. Estaba consciente de que su caminar parecía el de un hombre que ha tomado todo su peso en alcohol, pero su único cometido era llegar al baño.

Pronto, cayó al suelo revestido en terciopelo rojo gracias al mareo que la azotó en ese momento.

Dulce Jesús, ¿acaso ella iba a morir? Nunca antes le hubo pasado nada igual, ni siquiera en aquellas veces en las que hubo sufrido esas pesadillas ni lo que ella pensaba que eran alucinaciones se descompuso tanto como en ese momento.

Todo se encontraba borroso en su campo de visión, no podía distinguir nada y la cabeza le daba vueltas. Pronto, la joven Sullivan cayó en la inconsciencia, haciendo que Wayne estuviese más preocupado por ella que en un principio cuando él y Barry la escucharon gritar mientras dormitaba en su asiento, un poco alejada de ellos.