Fünf

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El curso intensivo de Violet se vio interrumpido por una llamada de su novio, quien le pedía que fuera a verlo en ese instante

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El curso intensivo de Violet se vio interrumpido por una llamada de su novio, quien le pedía que fuera a verlo en ese instante. A veces me preguntaba cómo era que me dejaba instruir por alguien que estaba peor que yo. Quería mejorar, no empeorar al grado de tener que hacer todo lo que me ordenaba un idiota que apenas y sabía formar oraciones gramaticalmente bien.

En lo mientras seguía platicando con Kurt por mensajes en Whatsapp y él etiquetándome en cosas de Facebook. Tampoco me etiquetaba en cosas de parejas o algo similar, sino en imágenes y vídeos graciosos; cosa que para mí era que él estaba dando por hecho que estábamos juntos, sino ¿quién en su sano juicio etiquetaría a una chica en cosas en Facebook, en donde las otras con las que está saliendo lo podían ver?

Definitivamente Cupido se estaba vengando de mí dándome una cucharada de mi propio chocolate al involucrarme con el demonio más vil de carne y hueso.

Un viernes por la noche hicimos video-llamada.

—¿Ya te dije que te ves bellísima?

Fruncí los labios, y con la mano desocupada me tapé la cara, la cual sentía que estaba hirviendo como el mismo infierno.

—No es cierto, no estoy maquillada ni arreglada.

—¿Y eso qué? Sin maquillaje te ves tan perfecta. Es decir, ¿cuándo no te ves preciosa?

Me estaba muriendo de sueño. No era de las personas que se desvelaban más allá de las 12 de la madrugada. Cerré los ojos por un momento.

—Creo que terminaré la llamada antes de que me escuches roncar —dije, evitando los comentarios elogiadores de Kurt.

—¿Qué podría ser peor que escucharte roncar?

—Que me veas babear también —Me hundí de hombros, proliferando un gran bostezo—. Y ahí es donde se te acabaría el encanto conmigo, amigo mío.

—¿Amigo? ¿Acaso me estas friendzoneando?

—¿Hay algo de malo en que te diga amigo? Digo, es mejor friendzonearte antes de que tú lo hagas conmigo.

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