Sentía como me hervía la sangre. Tenía un cólera horrible que se apoderaba de todo mi cuerpo y solo quería tomar control para la venganza que se avecinaba.
¿Así que Kurt salía con dos a la vez? Ahora lo único que pensaba era que él me había impulsado a tener que auto-sabotearme en el momento en el que la otra chica le dio el sí para que de esta forma se deshiciera de una Alexandra que por primera vez en seis meses se estaba aventurando a tener la oportunidad de una relación estable.
—¿Estás segura de lo que harás? —me cuestionó Violet, enarcando una de sus delgadas cejas marrón a la vez que ocultaba la pantalla de su celular.
—Absolutamente. A mí nadie me trata como plato de segunda mesa, al contrario... Yo soy la que los deja como segunda o tercera opción —espeté, con más rabia de la esperada.
Estábamos todavía afuera de la universidad. El Sol parecía querer matarnos de calor, al igual que lo intensa de la situación que sufrí hacía unos cuantos minutos a lo mucho.
Le había dado la espalda a cualquier acto romántico que tuviera Kurt con aquella chica, que lo único que hacía era darme una envidia de la mala, pero no tanto por su nueva relación con él, sino por lo cardiaco que era su cuerpo.
—Solo dame el maldito número de Edwyn —exigí, desesperada. Le arrebaté el celular a mi amiga y me mandé el contacto.
Estaba locamente sedienta de venganza, y a pesar de eso no pude mandar ningún mensaje ese mismo día.
Tenía que planear todo muy bien, para que no se viera que era algo que me saqué de la manga en vista de la peor humillación que había sufrido nunca. No podía porque me seguía gustando y lo que Kurt había hecho me estaba lastimando demasiado.
¿Qué tienen todos con lastimarme? ¿Acaso se les hacía divertido ver como lloraba por ellos?
Llegando a casa me tiré a la cama evitando todo y a todos, pero seguía metiéndome al perfil de Kurt para ver qué había sucedido hasta el momento con su espontáneo amorío. Su publicación estaba llena de reacciones de "me asombra", sus amigos le felicitaban porque por fin se le había hecho estar con Paulette.
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ROMPECORAZONES
RomanceTerminar, superar, avanzar... volverse a enamorar. Ese era el lema de cualquiera que conocía a Alexandra Kingsley; una chica apática al amor y/o cualquiera que sea su denominación en el mundo de los humanos. Sin embargo, todo da un giro de 180° cuan...