Achtundzwanzig

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—Gracias por pasar por mí. La verdad no sé que hubiera hecho si no lo hubieras hecho.

Estábamos en un McDonald's, aguardando por las ordenes que habíamos pedido, dado que me él había visto tan temblorosa, que cuando preguntó cuál fue mi última comida, respondí que a las 10 de la mañana, y desde ese entonces ya habían pasado más de seis horas.

—Te escuchabas tan alterada en el teléfono que no dudé ni por un segundo en ir. Aunque, a decir verdad, me sorprendí un montón cuando llamaste.

—Lo siento, fuiste en la única persona que pensé en esos momentos. Sabía que si llamaba a Morgan las cosas se pondrían peor, y ni se diga de mi papá.

Kurt sonrió de medio lado, él sabía que si no fuera una situación en donde mi mejor amigo se enojara, lo llamaría sin dudarlo más de tres veces. Estaba temblando de nervios, de hambre, de enojo... Él vio como iba vestida, y el aire acondicionado del establecimiento no ayudaba en nada. Se quitó la chamarra de mezclilla que llevaba y me la dio.

—Gracias —dije, poniéndomela para entrar en calor.

—No quiero entrar mucho en detalles, pero sólo quiero asegurarme de que no te hizo algo que no quisieras. Créeme que no tendría problema en hablarle a Owen y tu amigo para ir a recordarle a ese imbécil que no estás sola. —Sus puños se cerraron, en símbolo de enojo contenido.

—Ojalá que todo terminara con tan solo soltar golpes y ya, pero no, gracias. Son asuntos que debo resolver yo sola con David.

—Comprendo. Aunque esto no te estuviera pasando si...

—¿Es en serio lo que me estás diciendo? —inquirí, decepcionada de la conversación—Sí es así, prefiero irme ya, no creo que haya tanto...

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