Not Everything is Black and White ┋ FictoberMF18

21. Un postre muy especial

Prompt 21: Postre.

Fandom: Amour Sucré.

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El joven adulto, vestido de traje, intentaba disimular sus nervios mientras observaba a su novia disfrutar tranquilamente de la cena que había organizado en conmemoración a su quinto aniversario.

Era parcialmente curioso que a pesar de llevar los susodichos cinco años como pareja, aún se sentía tímido estando con ella.

Sin embargo, el castaño quería atribuirlo a la ocasión especial que se ameritaba.

—Estuvo delicioso. Gracias por invitarme, Kentin... —la voz suave y enamorada de Sucrette finalmente lo saco de su ensoñación, y parpadeo para apreciar su mirada cálida y sus carmines mejillas. Frente a ella ya no había un plato semivacío; aparentemente se lo habían llevado mientras pensaba en nada y en todo.

El mencionado sonrió ladino.

—Es lo menos que puedo agradecer por ti, y por todos estos años, Su —tomo sus finas y pequeñas manos, y plantó un suave beso en ellas como si se tratara del cristal más fino, capaz de romperse al más mínimo tacto del viento—. Te amo, Sucrette.

—Y yo a ti, Kentin —estrechando sus manos, la chica se acercó para besar los labios de su novio, siendo correspondida inmediatamente por él al tiempo que sentía sus manos ligeramente ásperas recorrer sus cabellos, enredando sus dedos entre ellos. Ante ello, no pudo recordar vagamente su primer beso a pesar de haber sido en un lugar poco común como los vestidores de un instituto.

Al percibir que el inocente beso se profundizaba, con cierto rechazo se separo de ella para posteriormente besar la punta de su nariz.

—¿Sabes? Ha pasado mucho tiempo desde que comenzamos a salir, pero aún siento como si esto fuera nuestro primer beso, nuestra primera cita oficial. Míranos, hace nada salimos de la universidad, pero aún me siento como el tímido enclenque del instituto que temía pedirte una cita ante el temor del rechazo.

Ante ello, río ligeramente. Acaricio las manos de su pareja.

—Pareciera que el tiempo no avanzara cuando estoy contigo, Sucrette. Todo esto: ser pareja, cumplir cinco años... tú. Todo eso parece una ilusión... y quiero que se mantenga así.

Ante la mirada atenta de su ruborizada novia, Kentin suspiro pesadamente. En aquel momento, llego el mesero que los había atendido aquella noche con el postre.

Pero ella no sabría lo qué pasaría después.

Tembloroso y ante la mirada nerviosa de Sucrette, Kentin se levantó, siendo secundado con la balada que invadía el restaurante.

—Sucrette —comenzó—. El tiempo que he pasado junto a ti ha sido maravilloso. Has estado a mi lado en las buenas, en las malas y en las peores, y siempre has estado para abrirme los ojos cada vez que cometo un error. Y aunque tengas tantos defectos como virtudes, esos son los que te hacen única porque es esa chica torpe, quisquillosa y curiosa, pero determinada, noble y de buen corazón de la que me enamore. Por eso, el día de hoy quiero hacerte una pregunta realmente especial.

Ignorando que posiblemente se había convertido en el centro de atención y sin soltar la mano de la chica, se arrodilló, y ella pensó que se atragantaría con su propia saliva producto de los nervios.

En aquel momento el mesero, con una pequeña sonrisa, revelo el postre.

Aunque no era un postre en sí, sino una pequeña caja de terciopelo rojo que Kentin tomo y tímidamente abrió frente al rostro de Sucrette, revelando un pequeño anillo de diamantes.

—¿...Te casarías conmigo?