Tienes miedo, es de noche, medianoche, para ser más precisa. No sabes a quién recurrir. ¿O sí lo sabes?
Me hablaste a mí. No a ninguno de tus amigos, a mí...
Te contesté, rápidamente. Me contaste lo que sucedió.
Traté de calmarte, hacerte reír y de hacerte saber que, aunque estemos a muchos kilómetros de distancia y solo podamos contactarnos a través de una pantalla, estoy ahí para ti. No importa la hora.
La charla se fue alargando, cambiamos una y mil veces el tema de conversación.
Estás bien, ya lo estás.
Es hora de dormir, mi vida. Que tengas dulces sueños. Te cuidaré desde lejos.

ESTÁS LEYENDO
Me gustas, ¿cómo te lo digo?
PoetryUn nuevo amor apareció en su vida. Ella no se anima a decirle lo que siente. Pero le escribe poesías casi todos los días.