Te acostaste a mi lado. Fue difícil, nunca estuve en la misma cama con alguien más.
Estuvimos juntos toda la noche. Nos distraíamos mirando la televisión pero, entre risa y risa, nos fuimos acercando cada vez más.
Comenzó a hacer frío, nos tapamos. Y el verano comenzó debajo de esas frazadas. Nos rozábamos sin querer <<queriendo>>, brazos, pies, caderas.
Te miraba de reojo.
Mis ganas de abrazarte iban aumentando, las de besarte también.
Mi mente estaba en guerra. Quería hacerlo, pero también pensaba en otra persona. Me sentía confundida.
Finalmente, mi mente le ganó a mis impulsos de robarte besos esa noche.
Quizás es mejor seguir siendo amigos.
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Me gustas, ¿cómo te lo digo?
PoezjaUn nuevo amor apareció en su vida. Ella no se anima a decirle lo que siente. Pero le escribe poesías casi todos los días.