Mire a Niall por unos segundos y ambos estábamos con los ojos desorbitados, sin entender que sucedió.
Sin dudarlo y algo confundida, me levanté del suelo y comencé a caminar lejos del fogón, adentrándome en una de las calles lejos de la gente pero pude ver que el profesor me seguía.-¡Hey!- me llamó pero no contesté, solo comencé a caminar más rápido- ¿A dónde vas? Es peligroso- dijo casi que corriendo detrás de mi- ¡Cas!- me llamó firme- ¡Ven aquí ahora!- me chilló y yo me di la vuelta.
-¡Usted no es nadie para decirme que hacer!- le chillé para que note que con ese tono, estoy intentando de cortar mi relación sea cual sea con él.
-Oh no...- dijo relajando sus hombros y quedándose allí parado, iluminado por un farol que había y detrás de él, se veían los edificios colocados en bloques- ¿Quieres jugar a eso?- preguntó acercándose.
-Solo quiero que me deje en paz- pedí sentándome en el suelo y caminó frente a mí.
-¿Por qué te incómoda tanto?- preguntó- Fue solo un beso...- lo fulminé con la mirada.
-Tal vez para ti fue un beso idiota- dije fría y alzó sus cejas sin creerlo.
-¿Ahora soy idiota?- preguntó en una risa y me tendió su mano- Ya, olvídalo, vayamos a casa. Mañana tenemos que estar temprano en el instituto- dijo y lo mire, no tomé su mano pero si me levanté y comencé a caminar delante de él- Eh... Cas... Es en la otra dirección- dijo señalando su espalda y yo, de mala gana me di la vuelta y pase por alado suyo.
-No me digas Cas- pedí caminando molesta.
Al llegar a su apartamento, el cual seguía igual, me acosté en la cama luego de colocar mi pijama mientras él se duchaba. Miré por la ventana y pude ver el cielo lleno de estrellas lo que me hizo sonreír un poco, siempre adore las estrellas. Quite la vista de la ventana para mirar mi teléfono, allí, no tenía cobertura pero si podía escuchar de mi música lo que ahora no me servía de nada, que me enfado un poco y lo expresé golpeando el teléfono contra el colchón.
-¿Todo bien?- preguntó el profesor quien salía del baño con sus cabellos mojados en un pijama que se trataba de una remera blanca y un pantalón de algodón gris.
-Si- dije dándole la espalda y en eso, escucho que se acerca a la cama y me corrí para dejarle el espacio suficiente y me di la vuelta otra vez para verlo mejor. Pude ver que, en vez de acostarse a mi lado, caminó a la cajonera que había delante de la cama y de allí, sacó un par de mantas y una almohada. Creí que iba a colocarlas en la cama, pero no, las echó en el piso y antes de echarse ahí, lo miró algo incómodo pero luego se acostó allí dejándome toda la cama.
-¿Tienes frío?- preguntó luego de unos segundos.
-No... ¿Estás bien ahí?-pregunté y rió.
-Si- dijo firme- Soy joven no lo olvides- dijo suspirando con nostalgia- Cuando era niño, siempre veía a mi primo mayor salir de fiesta, salir con chicas, ir a campamentos, estudiar...- suspiró ilusionado- Es tan difícil ser joven hoy- dijo.
-¿Por qué lo dices?- pregunté mirando al techo.
-¿No sientes como si estuvieras en un frasco?- preguntó y lo pensé- No es solo miedo a romper las reglas lo que se tiene, es miedo a que te maten. Si Waverby se llega a enterar que te besé, me mata- dijo- Sin rencores- Y al decir eso, sentí como si mi garganta hubiese subido.
-¿Cómo lo sabes?- pregunté y rió como si fuese obvio.
-Está en mi contrato... No puedo tocarte, no puedo besarte, no puedo hablarte de mi vida personal... Tengo que ignorarte...- dijo un tanto dolido- Pero tú no eres como ellos, tú no eres una chica del Este... No tienes nada de ellos.
