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— Adrien —

No dejaba de moverme en mi lugar, no después de lo que había visto esta tarde.

Después de haber ido con el Maestro Fu y explicarle todo lo que sucedió debido a mi desaparición y que le ocultará a Marinette sobre mi regreso, me transforme en Chat Noir, corriendo por los tejados tratando de pasar desapercibido por la gente parisina que caminaba por las calles.

El día estaba un poco nublado y la brisa pasaba por mi rostro dando una sensación relajante, al pasar justo por unos de los parques de la ciudad, la vi o mejor dicho las vi a las dos. Reconoci a Emma, sentí como mi corazón palpitaba fuerte, mi hija había crecido demasiado. Llevaba consigo una pequeña sudadera color verde pistache y unas botas para lluvia. Lograba ver su cabello rubio desde donde me encontraba, el cual estaba formado por una pequeña trenza debido su tamaño.

Ella corría al rededor de uno de los árboles mientras que Marinette estaba sentada en una de las bancas del lugar observando al igual que yo a nuestra hija, pronto se detuvo siendo expectadora de varias flores que se encontraban regadas cerca de ella. Sonreí, quería correr e ir y abrazarlas decirle a mi hija que su padre estaba aquí, que la amaba y extrañaba muchísimo, estaba tentando en ese momento a bajar de una vez por todas, pero cuando crei que todo estaba perfecto apareció él.

Marinette se levantó de su sitio para llegar hasta a él y lo abrazo. Mi cuerpo se tenso al verlos a los dos juntos, escuche claramente la voz de ella llamar a mi hija para que lo saludara.

No lo resistí más y salí de la escena. Sentí un gran nudo en mi garganta, sabía que me estaba haciendo daño al no ir y revelar todo, pero hasta que no estuviera bien la situación no podría hacer nada para resolverlo.

—Creo que será mejor que te tomes un tiempo antes de que veas de nuevo a Marinette—Recordé las palabras del maestro—Tu padre podría hacer cualquier movimiento antes de que tú te enteres, pero solo es una sugerencia. Tú eres el que decidirá que hacer y que no hacer, es tú decisión.

No podría soportarlo más, aparte las sábanas que me cubrían y baje mis pies de la cama tocando el piso helado de la habitación. Me dirigí al pequeño balcón que estaba detrás de mí, estaba realmente preocupado y principalmente aungustiado por la situación.

Podía ver la ciudad casi entera desde ahí, el aire frío chocó contra mi rostro alborotado alguno que otro mechón de mi cabello.

Tenía que hacer algo y rápido, no podía dejar que Marinette se enamorara de él, no si yo estaba ahí para impedirlo.

Antes de que pensará otra cosa, el tono de mi celular me alertó avisandome de una llamada entrante. Lo tome, el número era desconocido pero aún así conteste.

—¿Hola?

—Adrien—Reconocí su voz al instante, era mi padre.

—¿Que quieres?— Me dirigí a él en un tono algo molesto.

—Quiero hablar contigo, se muy bien lo que hiciste...—Su voz cambio a uno mas grave, sabía que trataba de intimidarme, pero no lo lograría tan fácil.

—No iré— Hable rapido—Y además no hay nada de que hablar, para mi ya todo quedo mas claro que nunca.

—No me hagas tomar medidas drásticas para que aparescas—Me dejo sin palabras después de que dijo eso, pronto la imagen de Marinette y Emma apareció en mi mente, no soportaría que les hiciera algo malo—Es tu decision si vienes o no, te espero.—Y sin mas colgó.

No lo dude y rápido llame a Plagg para que me transformará, ahora que sabía lo que mi padre tenía entre manos no me quedaría a adivinar que podría hacer así que salí rápido del departamento y llegue a la mansión. Entre por la misma ventana por la que siempre solía escapar. Antes de que me fuera había sido cerrada pero ahora estaba completamente abierta, al parecer si él esperaba a que apareciera.

Quiero recuperarte/TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora