Capitulo 56

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No le he dirigido la palabra a Giuliano en todo el día ni el a mi, la he pasado con mis hermanos conversando, con Victoria, mi madre y sus hermanos.

En esto momentos ya vamos para la casa, ya que mañana nos vamos a mudar, tenemos que empacar nuestra ropa, porque si, Giuliano está decidido en mudarnos temporalmente a un penthouse aquí en NY.

Yo no estoy de acuerdo pero que se puede hacer con este hombre tan terco que es. Pero aún así estoy enojada con el.

—Vas a seguir enojada...— pregunta.

—si, es que tú nunca me vas a escuchar o vas a pedir mi opinión o siempre vas a ser lo tú digas y eso me arrecha...— digo mirándolo.

—pero tu sabes que lo hago porque me importas, Fiorella... tú crees que yo lo hago porque me obligan, no es así—

—pero entiéndeme tú también, Giuliano... ponte en mi lugar, tú te cabrearías  si yo no tomo en cuenta lo que pienses...—

—está bien..., Fiorella de ahora en adelante tomaré tu opinión...—

— pero para hacer algo nos pondremos de acuerdo— lo interrumpo.

—ya ahora, me perdonas por cualquier estupidez que te dije..—

—no se, Giuliano... lo que hiciste fue muy grave— digo y lo miro— pero como no quiero terminar así mi día,  te perdono... pero que no se vuelva a repetir...— asienta.

—pero el plan sigue en pie...— asiento.

—si... tú lo quieres así, que puedo hacer... nada—sonríe.

—está bien..., tú qué piensas, ¿crees que pienso con la cabeza caliente...?—

—si..., nadie te puede sacar lo que te propones, aunque uno se oponga igual lo vas hacer... pero yo digo que no hay que huir...—

—Amor..., yo no estoy huyendo, estoy evitando un desastre que no quiero que pase, te estoy protegiendo cueste lo que me cueste... espero que esto se acabe muy pronto... antes que nazca nuestro bebé...— dice y asiento.

—ok entiendo, pero enserio mas que sea pide mi opinión, no soy una malagradecida como piensas pero también tengo derecho a opinar, saber todo lo que pase en cada momento...— asienta.

—Perfecto... entonces ya no más discusiones...— sonrío.

—no más... per..— en un movimiento une nuestros labios.

—pero nada...— susurra y lo beso. Nos separamos por falta de aire y porque esto se está poniendo caliente.— tranquila mujer...— sonrío.

Llegamos a casa, hoy no nos vamos a mudar sino mañana. Bajamos del carro, los de seguridad se quedaron afuera solo vino Michael a hablar unas cosas con Giuliano, me imagino que de la seguridad.

Me siento en el mueble, prendo la tele.

—Fiorella... desea algo de comer...— me pregunta Liz.

—si... no es que moleste, me puede traer ese litro de helado de vainilla...— sonríe.

—con gusto y no es que me moleste... antojos!— hago una mueca.

Mi Jefe, Mi NovioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora