Capitulo 7.

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*Narra Emma*

   Me costó levantarme, mis ojos ardían demasiado y tuve que colocar unas gotas sobre ellos, aun que algunas terminaron cayendo afuera porque es imposible calcular solo con la luz del baño y estando más o menos dormida. Me paré y seleccioné la ropa que había en un bulto dentro del armario, mientras me colocaba las botas Rocky volvió a entrar.

-Apresúrate. Ryland te quiere fuera ahora mismo, ya están todos listos.- Salió nuevamente.

   Tome mi arma que se encontraba detrás del espaldar de mi cama y otra más pequeña y por último, antes de salir, tome mi navaja, no salía sin ella. Cerré la puerta de mi cuarto con llave y mientras trotaba hacia la salida donde todas las camionetas esperaban, me recogí el cabello en una coleta alta. Rocky estaba esperando en la puerta trasera de una de las camionetas, se estiró y me abrió la de copiloto, agradecí y entre, luego él lo hizo. Ryland conduciría.

-Hay que conseguir el maldito chip.- Me informó Ryland mientras nos poníamos en movimiento.

-¿Qué es lo que hace?- Pregunté y tapé mi boca para bostezar.

-Nos permite ingresar a cada sistema operativo del mundo. Analizar cualquier aparato y obtener cualquier información, incluyendo la del pentágono.- Respondió y me quedé helada, ¿y si él lo usaba conmigo? Tendré que encontrar la falla en ese chip para poder usarlo a mi favor.- Habrá un caos si no llegamos pronto.- Tensó sus manos sobre el volante.- Maten a todos. No quiero prisioneros, ni que tengan piedad. Los quiero muertos.

   No me da buena espina, algo tiene a Ryland asustado y al llegar a ese lugar voy a descubrir el por qué.

-De acuerdo.- Mencioné con inseguridad.

   Pasamos el túnel del centro de la cuidad a toda velocidad con dos camionetas por delante y un par más por atrás y luego de diez minutos de un recorrido aislado de la civilización, llegamos. Al bajar de la camioneta observamos, a lo lejos, la base militar. En realidad no era como una base militar, es como todavía no hubieran llegado a su objetivo. Hay un par de tiendas enormes, y alrededor de esta están colocados los camiones blindados y rodeándolos hay concertinas triples con alambres para evitar el paso de animales y cualquier persona no autorizada.

   Tomé mi arma sacándola de mi estuche y todos comenzamos a dispersarnos lentamente, Rocky venía al lado mío, mientras, sentí un motor encenderse, voltee y ví que la camioneta en la que había venido se estaba marchando. Ryland estaba huyendo y dejándonos el trabajo sucio a nosotros.

-Es un cobarde.-Dije en voz alta y Rocky asintió dándome la razón.

   Comenzamos a avanzar tratando de no llamar la atención, no somos muchos pero lo suficientes como para cubrir todo el perímetro norte de la base. Cada vez estábamos más cerca de las concertinas. Observé que en algunas partes de la tierra se encontraban sin césped, como si hubieran escavado en el lugar.

-¡Deténganse!- Hablé considerando que si lo hacía demasiado alto nos podrían escuchar o podría haber guardias. Mis compañeros lo hicieron.- Hay minas por toda esta parte. Tenemos que tener cuidado.- Uno de ellos, el que se encontraba en el extremo izquierdo, al parecer, no me escucho, él fue el primero en pisar una de las minas, pero antes de que explotara en mil pedazos, muchos de los hombres se encontraban corriendo por donde habíamos caminado, luego de esa explosión comenzó en cadena de las demás, una de ellas exploto más o menos cerca de mí, mis pies se levantaron del suelo y terminé explosada unos metros hacia adelante, mi espalda duele infiernos y mi audición está dañada. Comenzaron los tiros, una lluvia de balas iban en contra del viento; los militares nos habían descubierto.

"El Reencuentro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora