12 - Primera Parte

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No todos los cuentos tienen un final feliz. Ahora... crees que esto es un cuento?

Muchas veces vemos las cosas desde un punto de vista muy diferente al que realmente de se desenvuelve en la historia realmente... Quizás todo se resuelva, el principal individuo de esta trama quedará felizmente con la dama que tanto espera, en la que tanto piensa y los malos simplemente desaparecen y todos felizmente ricos.

No creo que estés muy cerca del posible final de todo esto. Mucho menos cuando sepas que paso cuando regresamos al campus, luego de que salimos a beber, luego de que paso el buen rato...

Una vez llegamos al lugar, como todos esperábamos estaba repleto de gente, honestamente no me gusta esa cantidad exagerada de personas en un mismo lugar, se vuelve asqueroso estar en un lugar en ese estado. Nos acomodamos en la barra y pedimos una ronda de algunos 12 tragos solo para los 4. Conseguimo unos sillones, nos sentamos bebimos y brindamos. Muchas sonrisas, muchas memorias y brindis por los que ya no estaban aquí. Cada trago se sintió como un latigazo en la espalda, como los viejos tiempos. Uno, dos, tres, cuatro y mi mente ya no distinguia con claridad los objetos, mis mejillas se calentaron y otras partes de mi cuerpo tambien cuando vi que su cabello castaño se paseó por delante de mí para sentarse a mi lado. Cuando mi mano la rodeo por la caderas para sentarla sobre mis piernas y mi mente estalló como un millón de fuegos artificiales cuando la vi sonreír. Cuando vi que nada importaba en ese momento, cuando note que lo que pasara alli, alli se quedaba.

Mia regreso de la barra luego de unos quince minutos con un mesero a sus espaldas y un buen par de rondas más para todos. Cinco, seis, siete, ocho y nuestras lenguas bailaban al mismo compás, su boca y la mia se conocieron por tercera o cuarta vez, era dulce para la amargura que guardaba mi mente con tantos recuerdos y años. Era suave, jugosa. La necesidad de tenerla en mil posiciones no abandono mi mente ni por un segundo. Mis manos se las arreglaron para acariciarla ágilmente sin que nadie lo notara, su cabello se las arreglaba para esconder las salvajes embestidas que le lanzaba, los besos las miradas de pasion y deseo y mantenerlo todo en secreto. Una vez el fuego se calmó lo suficiente para no sacarla de allí en los brazos y arrojarla sobre el asiento trasero del auto se alejó recogiendo su melena para dejarme ver a los demás. Todos actuaban como si no tuvieran idea de lo que había pasado, todos en sus mundos y sus burbujas. Nueve, diez, once, doce y ya me tambaleaba hacia los lados tratando de mantenerme en pie y conservar el equilibrio.

Llegamos al campus con la ayuda del transporte West, con las piernas enredadas y la ropa aun puesta. Me aleje de su cuerpo para ver por la ventana. Mia caminaba felizmente hacia la puerta, Ash iba detrás a sólo unos metros para tratar de sostenerla, pero él era el que realmente necesitaba ayuda. Conseguí que me sirvieran un café en el barista más cercano para calmar un poco el alcohol pero la mente aun me daba vueltas, aunque podía caminar por sí solo. Sostenía a Stella de mis hombros porque sabía que no tenía las fuerzas ni la condición de cargarla hasta su habitación.

Entonces paso.

Un destello fue lo único que logramos percibir. A Mia unos momentos después en el suelo, sostenía su vientre, sangre por todos lados. Los niveles de alcohol de todos nosotros bajaron a cero en una decima de segundo. Sus ojos abiertos y su respiración agitada mientras presionaba el lugar donde había impactado la bala. Miramos a todos lados para ver si algo más se percibía a la distancia. Nada. Estaba todo limpio, no logre ver a nadie aunque mi vista aun no era de fiar. Las cosas cambiaban de mal en peor, era como dar un paso adelante y dos hacia atrás. Que más buscaba y quien lo buscaba era lo que queríamos saber. Aunque una de las preguntas ya tenía respuesta, no entendía como esperaba conseguirlo de esta forma.

Entre todos logramos mover su cuerpo que arrastró parte de la sangre ya derramada sobre el suelo de camino a los dormitorios. Nos quedamos bajo techo. La mire por un momento, mis manos y las de Ash estaban presionando juntas la herida. Stella llamaba la ambulancia histérica. Caos, pánico y desesperación fueron lo único gobernante en mi cabeza en ese momento. Otro disparo entró por la entrada y todos nos agachamos. Mia no se inmutaba, estaba simplemente neutra mirando el techo del lugar, pálida, tratando de mantener su respiración entrecortada y no dejar la sangre que poco a poco llenaba su boca a rebosar la copa. Se mantenía despierta, tranquila, serena. Me asustaba verla de esa forma tan calmada, como si la vida se drenara de su cuerpo a cada segundo, sentía como si su presencia apareciera detrás de mi mirándose a sí misma tendida en el suelo agonizante, débil. Esa expresión vacía me lleno de dudas, expresión sin miedo, sin preocupaciones, como si estuviera lista para lo que fuera, segura y confiada, fría como el la nieve que se acomulaba en la terraza en invierno. Como la brisa de otoño removía las hojas de los árboles y las hacía caer hasta dejar el árbol desnudo en espera de su querida primavera. Ella estaba lista para todo, era fuerte. Pero yo no lo era. No estaba listo para verla partir.

Te Pertenezco (Parte 1) | Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora