Misterioso y peculiar, especialmente por su característico pelo blanco. Sin nombre, sin voz y sin poder de hacer nada en la posición en el que se encuentra. Condenado a sufrir por causa de un suceso del cual aun se desconoce la razones y el por qu...
Había salido hace unos minutos de la casa de Mia, recogí a Stella en la mansion de su padre y note como gritaba algo desde la puerta, al momento en que entró en el auto note que sus mejillas estaban relativamente húmedas. Verla llorar era como un electroshock a mi mente, algo que al instante me decía que algo no andaba nada bien, ella se había enterado de algo, algo malo, que quizás no hubiera querido saber:
─Oye ─ dije mirándola ─ Está todo bien? ─ pregunte tratando de que me diera respuestas.
─Andando, no quiero hablar ahora ─ dijo sin siquiera mirarme.
Un momento después, quizás algunos 20 minutos note como su actitud había cambiado. Me había desviado del camino que conocía, necesitaba encontrarme con una persona que había pasado por una situación muy parecida a la mia, por esta razón permanece oculta desde hace un tiempo,lejos de su familia, lejos de todo, no se presenta para nada y difícilmente sale de ese lugar.
─A dónde vamos? ─ dijo finalmente
─Iremos a ver a alguien que tiene algo importante que explicarme. Alguien que puede ayudarnos con las piezas que faltan para que todo se resuelva más rapido.
Cuando llegamos, estábamos frente a una casa algo abandonada por fuera, y esa fachada era a propósito con la intención de proteger a la persona que vivía dentro. Nos bajamos del auto, caminamos a la entrada principal y alguien abrió la puerta:
─Sr. Demon? ─ dijo el mayordomo que atendió a la entrada.
─Si?
─La Srt. Vanderbilt lo espera arriba. Pasen por favor ─ dijo extendiendo la mano para darnos paso al interior de la casa.
─Cómo es que un lugar que luce así puede lucir tan bien por dentro.
─Todo esto es con un propósito, por esa razón no puedes decir nunca que visitaste este lugar, ni dónde está, no quien vive aqui, esta claro? ─ ella asintió con la cabeza ─ la persona que esta en esta casa se esconde por su propia seguridad, creeme, ella no ha tenido suerte en este mundo ─ acto seguido de subir las escaleras a la recamara principal que técnicamente ocupaba casi todo el segundo nivel de la casa.
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Abrí las puertas, y fue sorprendente relajante ver que todo seguía tal cual lo había dejado. Un salón increíble repleto de pinturas de todo tipo, eventos, obras maestras que se extendían desde la más baja esquina entre el piso y la pared hasta el alto techo de la habitación, colores opacos y vibrantes decoraban el lugar y era impresionante ver que muchas de ellas seguían en tan buen estado, muchas de mi pertenencia y bajo el cargo de su autora y original dueña:
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