Te Pertenezco (Parte 1) | Completa ✔️

11 - Segunda parte

**ESTE CAPITULO CUENTA CON  ESCENAS SENSIBLE, DE VIOLENCIA, ABUSO SEXUAL O AGRECION. TENLO EN CUENTA**

Oscuro y sombrío como siempre. La niebla cubría todo el bosque y me llegaba casi a las rodillas. Nos adentramos en el bosque hasta que la oscuridad se apoderó de todo lo que nos rodeaba. La copa de los árboles apenas se distinguían y mientras caminaba se filtraba la luna entre los huecos de las ramas iluminando el paso.

Una figura más adelante se asomaba entre los largos y altos troncos de los pinos. Una capa negra como en las películas, pareciendo la muerte desde lejos, extendía la mano y en ella guardaba una llave, una que escondía muchas cosas del pasado. La mire al rostro, pero no distinguía ninguno de sus rasgos.

─Tengan cuidado ─ fue lo único que dijo antes de abandonar el lugar dejándonos solos a los tres.

Mia y Ash a mis espaldas miraron como se alejaba hasta salir de nuestra vista. Escondí la llave en mi bolsillo y no dije nada hasta que estuvimos dentro del auto.

«Volverás a ese lugar?»

«Acaso no recuerdas todo lo que ocurrio alli?»

«Que más guarda?»

El silencio se apoderó de nosotros hasta que llegamos a las ruinas de un lugar abandonado en la memoria de muchos. Pero solo tenían los recuerdos de las cosas que esa casa les dejo ver. Todo lo que pasó dentro de ella es un misterio para muchos. Excepto para los que estuvieron allí, los que escuchában los gritos ignorados por la madre de ese hogar, la furia del rey de la casa y la ignorancia de aquellos que servimos a ellos.

«Eran solo niños»

Decía la voz rota en mi cabeza.

«No merecían terminar de esa forma»

Apretaba con fuerza aquella llave con cada paso que daba hasta que llegue a una puerta quemada que permanecía abierta, dejando ver las oscuras escaleras de ese lugar. No entre de inmediato, recorrí la casa hasta llegar a lo solía ser el salón principal. Subí con cuidado lo que eran las escaleras y me abrí paso en una habitación manchada por el negro de las llamas que se levantaron ese día.

9 de octubre de 2009

Mi cuerpo se estremeció cuando vi la figura de un niño en la pared manchada, el único espacio claro del lugar, donde solía estar la criatura.

Sentí la mano de Ash en mi hombro y suspire. Sali rapido del lugar. Baje las escaleras ante la mirada de Mia y los dos me siguieron hasta el sótano. Oscuro, lleno de cenizas. Iluminamos con linternas hasta encontrar la puerta. La única puerta intacta en toda la casa. Las llamas llegaron hasta allí pero nunca entraron a ese lugar. Inserte la llave en la perilla y la abrí. Las cenizas salieron y la luz entró iluminando una camilla que estaba en el centro del lugar. Látigos, esposas y otras cosas colgaban de los estantes. Los gritos de aquel niño resonaron una vez más en mi cabeza.

Cerré los ojos.

Llegue hasta el pequeño cofre que había en la esquina de la habitación. Allí estaba. Ash y Mia, cada uno a mi lado contemplaron un bastón de plata y una llave Antigua. La llave que necesitaba para conseguir lo que tanto busqué por años. Moví el cofre a un lado y levanté una de las tablas del piso, una caja. La caja sellada con un cerrojo de de Fleur de Lis. Mire detrás de mí. El cuadro de la cama. Corrí hacia él y lo arroje al suelo descubriendo una caja fuerte. Moví las palancas marcando 10─01─04. Se abrió. Un anillo color plata yacía en el interior. Lo saque de alli, me lo encaje en el dedo y en ese momento escuchamos una voz desde el exterior de la casa, una voz conocida.

─CORRAN, SALGAN DE ALLÍ

Los tres nos miramos y corrimos afuera de aquella habitación con todo en mano, la caja, el anillo, la llave y el baston, cerramos la puerta detrás de nosotros y vimos una capa negra alejarse desde la parte de arriba de la casa. Tome a Mia por el brazo y Ash me siguió.