13 - Tercera Parte

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La bala terminó en la corteza de uno de los árboles que rodeaban el lugar. Yo no me inmute, solo estube allí, mirándola, esperando que dijera algo. Ella, solo estaba de pie, frente a mí, sosteniendo un arma con la bala que podría perforar mi cabeza y terminar con todo esto. El único detalle eran sus palabras, sus palabras fueron la verdadera tortura. Di un paso y el cañón toco mi frente de forma fría, ella aun no reaccionaba mas que por las lagrimas que aun salian sin parar. Mis manos fueron bajando el arma para mirarla a los ojos con más claridad. Ese brillo que me volvía loco, esa delicadeza de su ser era simplemente perfecta, pero algo me decía que ella quería hacerlo o debia:

─Por que aun no lo has hecho? ─ pregunte sin quitar el arma de mi camino ─ adelante. ─ Y por primera vez en mucho tiempo una lágrima salió rodando silenciosamente deslizándose por mis mejillas. Tenerla tan cerca y tan lejos era un calvario. Un penetrador silencio se encontraba entre su rostro sorprendido por mis lágrimas ─ Sí, prefiero ser un amante que un luchador, porque toda mi vida, he estado luchando. Nunca sentí una sensación de confort en todo este tiempo, solo cuando te tengo serca, me he escondido por mucho timepo. Estoy tan acostumbrado a compartir que nunca he tenido nada realmente mio. El amor me dejó solo...me abandono ─ no lo soportaba más ─ Y entonces...Encontré paz en tu violencia... —aun con lagrimas en los ojos continue mirandola — No puedes decirme que no tiene sentido intentarlo. ─ sus manos se relajaron pero jamás soltaron el arma ─ Necesito un salvador, Stella... Toda mi vida, me he sentido como una carga. Pienso demasiado las cosas, y lo odio. Estoy tan acostumbrado a equivocarme y estoy cansado de preocuparme. Amar nunca me dio un hogar, así que simplemente me senté en silencio.... a esperar el momento de tenerte ─ sus ojos se llenaron de lágrimas. Bajo el arma, me beso como si fuera la última vez que lo haría. Dio un paso atrás y disparo...

Me quedé mirándola por un momento atónito por el hecho que la persona por la que he peleado por tanto timepo fuera la que disparara el arma.

—Asi que a eso te referias... — dije dejando que un hilo de sangre rebalara por la comisura de mi boca.

Dante salió desde atrás para sostenerme pero aun no había caído al suelo, seguía allí parado, sosteniendo con fuerza la herida, mirándola directamente a los ojos mientras ella no podía creer lo que había hecho. Soltó el arma y corrió hacia donde yo estaba.

—Dame esperanza, porque ya no me queda ninguna...

—Aiden... — dijo entre sollozos.

Con la única mano que aun tenía libre la tome por la cintura en cuanto estuvo lo suficientemente cerca y la bese.

La bese como si no fuera a volver a verla, recorrí su boca como si fuera un espacio único y desconocido, como si fuera el mismo paraíso. El cielo al que desearía ir. No estaba dispuesto a morir en ese momento pero estaba dispuesto a morir por su causa. Si, después de todo aquello. Si, por la mujer que me había fallado mil veces. Si, porque era la unica que habia amado por tanto tiempo y a la unica que realmente quería conmigo. A la unica que queria hacer feliz.

Las fuerzas me fallaban, me temblaba todo el cuerpo y , finalmente, caí al suelo. Me sentía desamparado y en ese momento, en medio de todo aquello, comencé a llorar. Grite porque era lo unico que queria conseguir con todo aquello que estaba pasando, por lo único que me preocupaba lo suficiente como para despertar por la mañanas, lo único que necesitaba. 

Dante tenia el telefono, llamaba a alguien, no sabia a quien, no quería saber. Solo escuchaba los gritos en mi cabeza y las lágrimas que se deslizaban por mi rostro. Me pusieron de pie. Una ambulancia estaba afuera, solo pude ver atrás para percatarme de una cosa. Ella se había quedado allí, arrodillada en el suelo, con las manos en el rostro llorando. Eso es lo último que recuerdo. A ella.

Te Pertenezco (Parte 1) | Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora