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El silencio es el grito más poderoso

Aiden...Aiden!!

Las voces eran tan lejanas, era un niño, una voz conocida. Mi cuerpo se movía hasta que finalmente permaneció inmóvil:

─Ha sufrido múltiples abusos, su piel está amoratada. Tiene algunas señales de tortura aun más preocupantes ─ La voz de un médico se escuchaba a lo lejos ─ Las medicinas están sobre las mesas con las indicaciones.

Mi cuerpo solo sentia el frio del lugar, la calma, la paz. Esa tranquilidad tan desconocida.

Cuando desperté, recuerdo que estaba en una gran habitación, no era mi hogar. Ya no quedaba nada de él. Los recuerdos que sacudieron mi cabeza en el momento en que me senté para buscar respuestas simplemente me hicieron colapsar. Hasta que un grito salió a viva voz de mi interior. Un grito de agonía, de dolor, de pérdida, de decepción, de angustia. Un grito vacío.

Todo el personal se acercó a la habitación alertado por el escándalo. Los aleje a todos a golpes. Les lance toda clase de cosas que tenía a mi alcance pero sus rostros de pena no desaparecieron. Las lagrimas salian de mis ojos como un torrente de desgracias. Ash se aproximo a entrar por la puerta y esquivo una de las cosas que había lanzado:

─Aiden, clama. Soy yo, Ash ─ dijo con las manos de forma defensiva.

No respondi al instante. Examine todo el lugar con los ojos antes de regresar a él:

─Donde estoy? ─ dije sin bajar la guardia.

─Estas en mi casa. La mansion Bareford

─Quiero ir a c... ─ interrumpi mi comentario porque sabía que no era verdad lo que iba a decir ─ No quedó nadie... ─ dije dejando las lágrimas salir.

─Amigo...lo siento.

─Donde esta ella? Vi que se la llevaron...

─Tu lo dijiste...no quedó nadie.

La Sra. Bareford entró por la puerta con una cara para nada agradable.

─Mamá, déjalo descansar aun no ha...

─Silencio Ash ─ ordenó ─ Alistenlo. Comenzará su entrenamiento.

─De qué está hablando? ─ pregunte llenándome de nervios ─ Que entrenamiento?

─Serás parte del servicio, claro. No vamos a dejarte aquí sin ningún costo querido ─ sus palabras me chocaron. Quería que fuera parte del servicio de la casa.

─Soy un Van d...

─Lamentablemente ya no eres nadie. Nadie sabe que estás aquí. Nadie sabe que estas vivo, por lo tanto, aquí no eres más que un niño malcriado. Apurense y preparenlo, no hablaré una tercera vez.

Todas las Maid que estaban en la habitación se acercaron despacio para cumplir las órdenes dadas por la voz cabeza de la casa. Me vistieron como lo solían hacer las personas en casa.

Termine vestido como uno de los mayordomos de la casa y alguien conocido entró por la puerta:

─Hola pequeño ─ dijo Adolf parado en la puerta. Ash se escondia detras de el.

─Adolf. Serás mi maestro no es así? ─ él asintió con respeto ─ Cuanto tiempo tomara esto?

─Hasta que aprenda lo necesario para servir a esta casa, mi Señor. Con esa mente tan brillante no tomará mucho ─ dijo dandome unos toquecitos en la cabeza. Suspire y seque la lágrima que se me había escapado para mirar a Ash.

Te Pertenezco (Parte 1) | Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora